De pie. Lucas Giardino y Viviana y Micaela Villarino son parte de la comisión directiva que logró levantar la vecinal del barrio.
Poco faltó para que la entidad barrial de Ciudadela Norte dejase de existir. Fue gracias al esfuerzo conjunto de un grupo de personas que logró mantenerse en pie. Hoy, la institución brinda un importante servicio dentro del barrio.
De pie. Lucas Giardino y Viviana y Micaela Villarino son parte de la comisión directiva que logró levantar la vecinal del barrio.
La vecinal de Ciudadela Norte cuenta con más de cincuenta años de vida. Desde sus inicios procuró crecer y brindar sus servicios dentro de la zona, luchando contra todos los inconvenientes que se han presentado durante los últimos tiempos.
No es secreto que en la ciudad el papel de las vecinales ha ido cambiando, así como también lo ha hecho la relación de los vecinos con este tipo de instituciones que alguna vez fueron fundamentales para el crecimiento de Santa Fe y para la gestión municipal.
Lucas Giardino, presidente de la vecinal, relata que “hoy la institución cuenta con 300 socios. Aunque no logramos que todos colaboren. Muchos sólo se acercan cuando tienen un beneficio, como el otorgamiento de los DNI o la vacunación de sus mascotas. Pero, para darles un ejemplo, menos de la mitad paga la cuota de diez pesos”.
Sin embargo, el panorama actual parece ser mucho mejor que el de años anteriores. Tras problemas internos que generaron la renuncia de parte de su comisión directiva y su intervención, un grupo de gente decidió que cerrar la vecinal no era una opción. De modo que armaron una comisión nueva, instalaron servicios de agua y luz, arreglaron la fachada, abrieron actividades recreativas y saldaron algunas de las deudas que habían quedado pendientes de la anterior gestión.
El proyecto no era menor. Dentro de la vecinal funciona un servicio de copa de leche que asiste a más de cuarenta personas de todo el barrio y una escuela para adultos. Bajar los brazos significaba dejar sin comida y educación a muchas personas que realmente las necesitaban.
Pensar en el progreso
De lunes a viernes funciona el servicio de copa de leche, que se sostiene gracias a una tarjeta social y a la generosidad de panaderías y almacenes de la zona. Al principio se brindaba sólo a los pequeños del barrio, pero teniendo en cuenta las dificultades generadas por la situación económica actual se ha extendido a gente de todas las edades.
Por otro lado, en un cuarto especialmente refaccionado para ello, existe una escuela para adultos que depende de la escuela Raimundo Peña y en la cual los mayores reciben educación primaria durante un ciclo de siete años.
Allí, todos los días y por el lapso de dos horas, dos maestras los asisten en todo tipo de contenidos.
Viviana Villarino, miembro de la comisión directiva de la vecinal, comenta: “Se trata de un grupo muy lindo. Después de mucho esfuerzo lograron juntar plata para irse a Córdoba de viaje de egresados ya que este año terminan el ciclo”.
“Nosotros nos encargamos del mantenimiento y el pago de los servicios del edificio. Los materiales son traídos por las maestras. Además los alumnos tienen su cocina, su garrafa y su televisor y todos colaboran trayendo lo que sea necesario”, agrega Villarino.
Pelearla contra viento y marea. Ésa parece ser la premisa que guía a la vecinal de Ciudadela Norte. El esfuerzo es enorme, pero en los gestos de quienes la dirigen puede leerse la satisfacción de aquello que vale la pena.
Todos los mediodías, un grupo de jubilados tiene como rutina preparar una picada completa con unas cervezas bien heladas y juntarse a charlar de “cosas de la vida”. Este clan de vecinos mayores de edad hasta organiza viajes para ir a pasear y pasar tiempo entre amigos. Ricardo, el más hablador del grupo, afirmó: "Tenemos un barrio hermoso; y este, Llerena al 3900, es el sector más lindo de Ciudadela Norte".
Para saber
Todas las mañanas, Mario Moyano lleva su sillón hasta la plazoleta que está frente a su casa y, sentado debajo de un árbol, disfruta de pasar horas enteras tomando aire fresco y charlando con cada persona que cruza por su lado. Este jubilado dice que aunque los conflictos entre bandas existen, a él nunca le pasó nada. Hace 40 años que vive en la zona y destaca la amabilidad de los vecinos.