Albino explicó que la desnutrición genera debilidad mental porque “ese chico no desarrolla su cableado neurológico, que se genera en el primer año de vida. Cuando nace un niño, el cerebro pesa igual a seis monedas de un peso. Al año y dos meses, cuando el chico comienza a caminar, ese cerebro pesa como 150 monedas (900 gramos) y, de adulto, pesará como 200 monedas (1,2 kilo). El crecimiento gigantesco es el primer año de vida”.
Si bien el cerebro humano nace y muere con la misma cantidad de neuronas, aumenta el peso “porque cada una de las 100 a 140 mil millones de neuronas que que tenemos, emite 15 mil cables si hay buena alimentación y buena estimulación”.
“Por eso -insistió- la solución no es un paquete de leche. El chico cablea su cerebro si le doy una cucharada de leche y un beso. Si lo mimo, lo aprieto, si lo llamo. Yo he visto morir chicos con alimentación parenteral traída de EE.UU.. Se mueren de pena. De hospitalitis. No tienen cariño, nadie los llama, nadie los quiere. El amor es la bomba atómica que produce el cambio”.




