Carlos Alem vive a escasos metros del centro de salud, y en la puerta de su domicilio está construyendo un pozo negro de enormes proporciones. “La situación me está obligando a hacer una obra lejos de lo convencional porque el pozo negro que tengo rebasa constantemente. Es un problema generalizado en el barrio. No contamos con cloacas y los vecinos todas las semanas tenemos que gastar dinero en el desagote de los pozos por la situación de las napas”, explica. “Creo que el verdadero compromiso con la sanidad está en preocuparse por solucionar este tipo de problemas porque estos líquidos cloacales no tratados, que terminan en el cordón cuneta, constituyen un peligro latente para la salud de todos”, concluye.