Romina Grosso-Télam Con un recital muy breve, tenso y desprolijo, Charly García cerró la tercera jornada del Gesell Rock, que se realiza en el autocine de esta ciudad balnearia, al que llegó con una hora y media de retraso, rompiendo con la excesiva calma que se respiró entre el público y las bandas desde que se inició el encuentro rockero. "Quería tocar con ustedes, quería tocar solo, porque es difícil esto, y yo no me lo merezco. Soy el inventor y ahora me voy", dijo García antes de retirarse del escenario dejando en banda a unas 2.000 personas que lo habían esperado, pese al frío, hasta las 2 de la mañana. En cuarenta minutos de show, un Charly quisquilloso y molesto con el sonido, se bajó los pantalones, tiró todo lo que encontró a su paso (revoleó el micrófono, el pie y unos auriculares), tironeó de los cables y enloqueció a sus músicos y a los plomos con sus conocidas salidas impredecibles. "Cuando venía en la limousine, veía cómo se iban los que no tienen aguante. Yo no llegué tarde, ellos llegaron temprano", ironizó promediando el show y provocando a un público divido entre los que lo insultaron sin miramientos y los que aclamaban su presencia antes y después del recital. "El aguante", "Desarma y sangra", "Anhedonia", "La hija de la lágrima", "Yendo de la cama al living", "Rezo por vos" (que dedicó a su compañera y guitarrista María Gabriela Epumer), fueron algunos de los temas que tocó al frente del cuarteto chileno que lo secunda hace unos años y de un set de tres violines que hermoseó las canciones. "El Holocausto" Más allá de esos gestos que incomodan, el creador de "Promesas sobre el bidet" hizo algo poco común en los festivales de este tipo -"algo que ya no se hace en Villa Gesell, que se hacía cuando Villa Gesell era Villa Gesell", afirmó- estrenó un tema: "El Holocausto", que como el mismo reconoció tiene claras influencias "floydianas" (por Pink Floyd). Así fue como el genio del rock (ausente este año en el próximo Cosquín Rock, tras su polémica y tardía actuación el último año) dejó su marca en Gesell, sacudiendo la extraña armonía que sobrevoló anteayer en el encuentro veraniego. Aunque no le dio el gusto de compartir el escenario con el otro ex Cadillacs Flavio Cianciarullo (que previamente se presentó en el mismo tablado con Flavio M. Proyect), Vicentico sobresalió notablemente entre las propuestas de la tercera jornada con una impecable actuación. Al frente de su numerosa y excelente banda y haciendo gala de su profesionalismo y su carisma escénico interpretó temas como "Tiburón" , "Culpable" y el súper hit "Los caminos de la vida", que formaron parte de un recital exquisito que opacó a bandas como Attaque 77, que le sucedió con un recital discreto y previsible. Tampoco se concretó el regreso de la legendaria banda metalera V8, que se esperaba como una sorpresa en el show de Almafuerte, algo que el cantante y líder de la popular banda heavy metal habría decidido guardar para más adelante en un teatro porteño. El punk-rock del power trío Carajo y la fiesta desatada por Kapanga (a la que sumaron en calidad de invitados Cianciarullo y el cantante de Horcas) lograron acaparar la atención del público en el escenario principal. El metal fue protagonista en el escenario temático y tuvo como exponentes a Nativo, Logos, Plan 4, Karma Sudaka y Tren Loco, entre otros, mientras que En Ojotas, Primitiva y Mastifal hicieron lo suyo en el tablado más chico. TELAM.




