La inflación de 2007 fue de entre 22,3 por ciento y 26,2 por ciento, según una medición alternativa realizada por un grupo de empleados del Indec agrupados en ATE, que denunciaron la manipulación de los datos oficiales.
Este "cálculo alternativo" de la variación de precios al consumidor se hizo en base a una conjunción de cifras oficiales recogidas en Mendoza y luego proyectadas a los distintos escenarios.
La difusión de este indicador se hizo a un año de iniciarse lo que ellos consideran "la intervención" del órgano estadístico por parte del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, a través de Beatriz Paglieri.
El cálculo fue realizado tomando como parámetro la variación de precios que se produjo en Mendoza hasta el mes de septiembre, que según los técnicos de ATE-Indec hasta ese mes "eran confiable".
Por eso días a dirección de estadística de la provincia cuyana mantuvo una fuerte polémica con las autoridades del Indec nacional, denunciando la modificación de los datos que ellos enviaban.
Esta situación provocó el alejamiento de la funcionaria a cargo de ese área y ya en los últimos tres meses de 2007 las cifras de Mendoza que tenían una inflación mensual entorno entre el 1,5 y el 2 por ciento se alinearon con las de Capital y gran Buenos Aires.
Metodología
Los técnicos de ATE-Indec tomaron como válida la variación de precios entre enero y septiembre y reprodujeron la situación de Mendoza (evaluando la canasta de hábitos de consumo) con la región metropolitana.
En consecuencia estimaron que en los primeros nueve meses del año la inflación acumulada fue de 19,1 por ciento.
Luego proyectaron tres escenarios considerando que la tendencia se mantuvo estable en el tercer trimestre (en dos de ellos) y que se aceleró en el restante.
En consecuencia, para los dos primeras proyecciones la inflación se ubicó 22,3 y 23,4 por ciento, mientras que se elevó a 26,2 por ciento para la restante.
"Por lo tanto, la subestimación respecto del valor oficial -8,5 por ciento- estaría entre dos y tres veces", dijeron los técnicos de la agrupación.
En el caso de alimentos y bebidas la situación es mucho peor dado que según este cálculo habrían aumentado entre 36,4 por ciento y 38,4 por ciento.
Este cálculo impacta directamente en los valores de las canastas básica y alimentaria, con las que se determinan los porcentajes de pobreza e indigencia.




