Alrededor de 4.000 personas se acercaron al autocine de Villa Gesell para asistir a la primera y rocanrolera jornada de la segunda edición del festival Gesell Rock, donde las fuertes medidas de seguridad impactaron más que algunas opacas actuaciones. Colectivos escolares y adolescentes mochileros comenzaron a desembarcar desde el jueves en la localidad balnearia para disfrutar de este encuentro que si bien arrancó el miércoles concentra su mayor atractivo en los recitales que se realizaban ayer, y seguirán hoy y mañana con el cierre de Las Pelotas, en el predio ubicado en avenida Buenos Aires y Circunvalación. En el autocine, que cuenta con cuatro salidas de emergencia, el operativo de seguridad incluyó un total de 120 efectivos, 35 de los cuales fueron distribuidos en las zonas conflictivas de desconcentración, más un móvil de bomberos, una ambulancia y un helicóptero que vigila la zona. Morphotouch Como resultado del operativo fueron identificados 400 jóvenes como consecuencia de la utilización de un aparato, conocido como Morphotouch, que en 15 segundos permite detectar, sólo con las huellas dactilares los antecedentes penales y que en este caso la policía empleó de modo indiscriminado, sin criterio de selección. No obstante fuentes policiales informaron a Télam que seis personas fueron aprehendidas por tenencia de marihuana, pero en el transcurso del recital y durante la desconcentración que se extendió hasta las 2.30 de la madrugada no se registró ningún tipo de desmán ni altercado alguno. Paradójicamente, coexistiendo con las fuerzas de seguridad, asistieron representantes de la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, con la intención de "hacerle saber a las personas que acudan al festival cuáles son sus derechos en caso de ser detenidos", para lo cual se dispuso de un equipo de abogados en el lugar. La programación abultada y homogénea que convocó a un público "rolinga" y en su mayoría masculino, de un promedio de 18 años, se distribuyó en tres escenarios que funcionaron como una especie de muestrario de grupos no tan conocidos como La Senda del Kaos, los locales Made in Gesell, Los Caligaris, la interesante y poderosa Tata Mama, Barrios Bajos y Pampa Yakuza que sonaron en los tablados alternativos, y de otros más populares como Blues Motel, La Covacha y Durabeat en el principal. En un clima que lindó entre la dispersión y la curiosidad, circuló una fuerte versión: se decía que cualquiera de los miembros de Callejeros podría participar de la fecha inaugural, principalmente se habló del cantante y líder de la banda, El Pato Fontanet y del baterista Eduardo Vázquez, que hace poco tocó en un recital que dio La 25, que fueron los encargados de cerrar la noche. Rosarinos destacados En una extensa jornada que comenzó a las 15 con Gangster y finalizó a las 1.30, sobresalieron los rosarinos Cielo Razzo, una de las agrupaciones más conocidas de su ciudad con proyección en todo el país, y Villanos con un show más que digno que también logró capturar la atención del público. Pero la más esperada fue la agrupación azteca El Tri, que volvió a la Argentina después de siete años de ausencia y conquistó a sus seguidores con un show enérgico en el que no faltó "Triste canción de amor", el tema que popularizó en el país La Renga, algo que el cantante Alex Lora agradeció en su recital. (Más información en la edición vespertina de El Litoral).




