Juan Carlos Scalzo
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Agencia Rafaela
Dueño de una calma envidiable, que no lo abandona a pesar de estar a las puertas de un ascenso, Fuentes, con su habitual estilo didáctico, repasó un año de trabajo que puede terminar en el mayor logro de su carrera como DT.
Más allá del actual momento de expectativa y euforia, todavía sigue vivo el recuerdo de las paredes exteriores del estadio, con pintadas que reclamaban, en términos no muy amigables, su alejamiento del primer equipo, tras la derrota, hace apenas un mes, con Belgrano de Córdoba, cuando pareció que cualquier chance de llegar a Primera había quedado sepultada y provocó un tembladeral, en el que hubo hasta versiones de renuncia de los referentes más importantes de la subcomisión de fútbol.
—¿Qué realidad distinta fue la del día después del partido con el Pirata cordobés?
—Para mí era irreal esa situación, porque habíamos hecho un muy buen partido y se perdió en los últimos 5 minutos. Se magnificaron algunas cuestiones que no tenían real asidero basadas en si había acertado o no con los cambios. Y se vivió como se viven las irrealidades de esta pasión que es el fútbol. Por eso, en esta profesión hay clubes que en el mismo tiempo que yo llevo en Atlético, cambiaron a cuatro entrenadores.
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