Alejandra Cugno trabajaba como directora de la escuela Nº 268 de Cañada Rosquín, a donde viajaba todos los días en su auto desde la ciudad de San Jorge.
El lunes de su desaparición salió como siempre, a las 17.30, pero eran las 19 y todavía no había regresado. Preocupada, su madre denunció la ausencia. Más tarde la policía supo que alzó a un hombre “colorado”, que hacía dedo en el camino.
Lo que ocurrió a partir de entonces y hasta el hallazgo del cadáver sólo pudo revelarse tras la detención de Baroni, un hombre que a pesar de no contar con antecedentes penales habría cometido otro hecho de características similares contra una mujer de Devoto, Córdoba, que lo reconoció cuando los medios nacionales publicaron su foto. No se descarta que le atribuyan otros casos de la zona.




