La presidenta Cristina Fernández convocó hoy ‘a la unidad a todos los argentinos‘ y ratificó su voluntad de ‘seguir agrandando a la Argentina‘ luego de conseguir, con más del 50 por ciento de los votos, la reelección al frente de país hasta 2015.
‘Siento la inmensa responsabilidad de conducir al país a vivir una historia distinta a la que vivimos en los último 200 años‘, expresó en el discurso pronunciado en el hotel Intercontinental, en el que estuvo acompañada por sus hijos, Florencia y Máximo, y su compañero de fórmula, el ministro de Economía Amado Boudou.
Tal como lo hizo en otras oportunidades, la mandataria convocó ‘a todos los argentinos a la unidad nacional‘, pidió que no se ‘distraigan con enfrentamientos inútiles‘ ni se discutan ‘sobre hechos o realidades. Y si esos hechos pueden mejorarse, nos digan como hacerlo‘, pidió.
‘Tenemos que pensar un país diferente, donde el que venga construya sobre el que ya hizo y lo hizo bien‘, comentó. La Presidenta dijo que su sueño es una Argentina en la que haya ‘continuidad‘, pero aclaró que ese ahnelo ‘no significa continuidad de personas o de partidos, sino de proyecto político de nación y de país‘.
‘De eso estoy hablando, de esa continuidad‘, acotó en su breve discurso pronunciado a poco de que el escrutinio oficial confirmara su triunfo por amplio margen. La jefa del Estado reconoció que los números obtenidos en la votación la ‘impresionaron‘, y agradeció las felicitaciones recibidas por parte de varios de sus pares latinoamericanos, como la brasileña Dilma Rousseff, el venezolano Hugo Chávez, el chileno Sebastián Piñera, el colombiano Juan Manuel Santos y el paraguayo Fernando Lugo.
Muy seria, la mandataria retó enojada a los militantes que abuchearon ruidosamente cuando mencionó que también la habían llamado el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, y su adversario en el comicio, el socialista Hermes Binner. ‘No seamos pequeñitos, en la victoria siempre hay que ser más grande, más generoso y más agradecido‘, los reconvino.
En varias momentos de su mensaje, Fernández recordó a su esposo y antecesor, Néstor Kirchner, porque ‘sin las cosas que él se atrevió a hacer era imposible que hoy estuviéramos aquí‘, dijo.
Al final, hizo subir al estrado a sus hijos, a su nuera Rocío y también invitó a sumarse al grupo a la novia de Amado Boudou, que durante todo el discurso presidencial permaneció silencioso a su lado. ‘A esta mujer no la mueve ninguna ambición ni ningún interés, sólo el profundo amor a la patria y la firme voluntad de honrar la memoria de él (por Kirchner) y la de miles como él‘, aclaró luego de ratificar su decisión de continuar con el modelo.
En este marco, admitió que hay ‘minorías, poderosas pero minorías‘, y consideró entonces que ‘depende de las grandes mayorías, conformadas por los trabajadores, por las clases medias, no ser desviadas en el camino y hacer fracasar proyectos‘.
Finalizado el discurso, la mandataria se trasladó hacia la Plaza de Mayo para saludar a los militantes que se habían reunido allí. (DyN)




