El televisivo director presenta hoy en la sección Special de la Berlinale su película basada en la novela homónima de Jonas Jonasson (“HundraÃ¥ringen som klev ut genom fÃÂnstret och fÃÂrsvann”, título original en sueco), todo un éxito de ventas internacional, en especial en su país de origen, donde vendió más de un millón de ejemplares y fue Libro del Año y Premio de los Libreros.
Allan Karlsson es un anciano que el día que cumple 100 años decide escaparse por la ventana del cuarto de la residencia donde vive. Sus primeros pasos en libertad le llevan a la estación de autobús del pueblo donde acaba robando una maleta con 50 millones de coronas que desencadena toda una ‘road movie‘ con muertes y equívocos, pero sobre todo, con mucho sentido del humor.
El actor y cómico sueco Robert Gustafsson, de 49 años, fue el encargado de dar vida a Allan. Dos kilos de silicona y cinco horas al día en maquillaje obraron el milagro de convertirlo en un anciano de 100 años.
“La comedia ya ha sido vista en Suecia por 1,5 millones de personas‘” informa el director Feliz Herngren en declaraciones a dpa.
Herngren espera que la gente que vaya a ver la película no se quede sólo con la sensación de que ha visto una comedia, sino que se lleven también un mensaje a casa: “Trabajamos todo el tiempo por el futuro y nos preocupamos de cómo será la vida, en lugar de vivir el aquí y ahora”.
A lo largo del film el espectador se sumerge no sólo en el presente surrealista del anciano y las personas con las que va trabando amistad en su periplo, sino también en su pasado, con ayuda de flashbacks.
Antes de cumplir 100 años y acabar en una residencia de ancianos, Allan fue agente doble de la CIA y de la KGB, ayudó al físico estadounidense Robert Oppenheimer a crear la bomba atómica, vivió los acontecimientos más importantes del siglo XX y bebió y bailó con personajes históricos como Josef Stalin, Harry S. Truman o Francisco Franco, quien sale bailando sevillanas en el film.
dpa






