La obra del grupo Eclíptica se presenta el domingo en La Abadía. Desde el amor no correspondido hasta el desamor, cada movimiento cuenta una historia en un montaje que utiliza los cuerpos para movilizar emociones.
“A través de los diferentes cuadros, la obra presenta historias diversas que no dictan cómo debe ser el amor, sino que exploran las distintas formas en que puede aparecer en nuestra realidad”, dicen los realizadores. Foto: Gentileza Lucía Leguizamón
Este domingo 1 de septiembre se estrena la obra de danza teatro “Polifonía. Un montaje sobre el amor” del grupo Eclíptica Teatral. Luego, la puesta tendrá funciones los domingos 8, 15 y 22, en el Teatro de la Abadía (Estanislao Zeballos 3074), siempre a las 19. Bajo la dirección de Brenda Jerichau, trabaja sobre el amor, para lo cual se ancla en diferentes encuentros entre cuerpos que aman o amaron. A través de cinco cuadros independientes analiza el amor no correspondido, propio, reprimido, a primera vista y el desamor.
El equipo creativo de “Polifonía. Un montaje sobre el amor” (Luna Saavedra Andreotti, Salomé Espíndola y Brenda Jerichau) dialogó con El Litoral para brindar detalles de la propuesta. “Al decidir explorar la temática de las relaciones vinculares, quisimos encontrar una forma que nos permitiera abordar el concepto del amor de manera profunda y versátil. Optamos por la danza teatro porque esta disciplina nos ofrece la posibilidad de crear personajes que van desde lo cotidiano hasta lo puramente conceptual”. De hecho, en ‘Polifonía’, los cinco cuadros temáticos relatan distintas historias de amor, cada una con su propia estética y enfoque.
“El reto de representar lo conceptual y metafórico del amor a través de los cuerpos de los intérpretes nos permitió dar vida a personajes basados en las sensaciones físicas que el amor genera. Nos dimos cuenta de que era imposible abarcar todas las historias y aspectos del amor que queríamos explorar en una sola narrativa”, agregaron. Desde un principio la pregunta rectora fue: ¿es posible crear una serie en formato teatral? “Esta inquietud nos llevó a experimentar con la idea de cuadros unitarios que, aunque independientes, forman parte de una serie mayor que explora el amor en sus múltiples formas. La obra incorpora elementos del lenguaje japonés y de la cultura oriental”.
Gentileza Lucía Leguizamón
Materializar el amor
-¿Cómo llegaron estos conceptos y estéticas y cómo influyeron en la creación de las escenas y en la expresión de los sentimientos que querían transmitir?
-Los consumos culturales del amor occidental nos llevan diariamente a historias que se desarrollan de manera acelerada, apasionada y resueltas fugazmente. Esa sensación de “ligereza” alcanza a las aplicaciones de citas y las redes sociales utilizadas en la actualidad, como espacios en donde se subasta “el amor”. Cuando como equipo creativo nos acercamos a una percepción del amor y comenzamos a buscar la forma de materializarlo, las ideas fueron rápidamente condimentadas por las producciones culturales orientales que nos habilitaron sobre todo imágenes del mundo interno de personajes sensibles, que poseen lenguajes corporales con ritmos más pausados, donde los silencios hablan, abundan las conversaciones de miradas y el extender la mano para acariciar la piel de un otro se convierte en un viaje disfrutable. Esto se lleva a la puesta por medio, por ejemplo, de la decisión de vestuarios no sexualizados y atemporales; o, al momento de recortar lumínica y corporalmente para remarcar los detalles, haciendo eco a un lenguaje cuasi cinematográfico; y, entre otras cosas, al uso de la disciplina dancística para crear escenarios metafóricos que exteriorizan la introspección de los personajes.
Lo imperfecto
-“Polifonía" se distancia de las idealizaciones y fracasos del amor en la cultura contemporánea, para centrarse en vínculos más reales y humanos. ¿Cómo se refleja esta elección en la puesta en escena y en la interpretación de los actores?
-Es reflejada en la puesta al mostrar cómo el amor se manifiesta con sus imperfecciones y contradicciones. A través de los diferentes cuadros, la obra presenta historias diversas que no dictan cómo debe ser el amor, sino que exploran las distintas formas en que puede aparecer en nuestra realidad. Este enfoque fragmentado se refleja en la interpretación de los actores, quienes asumen el reto de desarrollar y transmitir cada historia en un tiempo limitado, capturando la esencia de las emociones y sensaciones que el amor genera en sus múltiples facetas. La simplicidad de los detalles, como los gestos sutiles y los silencios, juega un papel crucial en "Polifonía".
Gentileza Lucía Leguizamón
Metáforas visuales
-¿Cómo trabajaron estos aspectos en la coreografía y en la dirección para lograr transmitir la profundidad del amor sin recurrir a la palabra?
-Nos enfocamos en transformar sensaciones físicas, como una caricia, una mirada o el cosquilleo en el estómago, en movimientos coreográficos que actúan como metáforas visuales. Estos pequeños detalles, como la angustia que se siente en la garganta o la piel que se eriza, se traducen en una danza que expande esas emociones. Así, logramos que los intérpretes, tanto de forma individual como colectiva, puedan corporizar las diversas manifestaciones del amor, permitiendo al público conectar visual y emocionalmente con lo que experimentan los personajes.
Dejar las corazas de lado
-Se nota potencial para resonar con las experiencias personales del público. ¿Qué tipo de emociones o reflexiones desean provocar en los espectadores?
-Queremos que el público se permita conectar con las narrativas de la obra, no solo para observar lo que sucede en escena, sino también para reflexionar sobre sus percepciones del amor, evocando recuerdos y vivencias. Además del análisis que pueda generarse, los invitamos a dejar de lado las corazas, a entregarse completamente a lo que cada fragmento tiene para ofrecer, dejándose llevar por las emociones que emerjan. Que permitan que esa polifonía de escenas los inspire a redescubrir y valorar la autenticidad y la intensidad en sus propios vínculos emocionales.
Gentileza Lucía Leguizamón
Un viaje emocional
-Desde su fundación en 2013, Eclíptica Teatral recorrió un largo camino. ¿Cómo describirían la evolución del grupo? ¿Qué significó para ustedes llegar a una obra tan introspectiva y cargada de simbolismo como "Polifonía"?
-El grupo exploró diversos formatos, adaptándose a los tiempos y contextos, lo que incluyó incursiones en el radioteatro y otras formas de acercamiento a la teatralidad. Esta adaptación y experimentación es un reflejo del deseo por mantenerse vigente, en sintonía con su entorno y con las necesidades expresivas del grupo. Actualmente, Eclíptica se encuentra en una etapa en la que la danza ha tomado un papel central en su manera de contar historias, donde la corporalidad y el movimiento enriquecen la narrativa. Querer hablar del amor, un tema ampliamente explorado, nos desafió a ir más allá de los lugares comunes, donde era necesaria una búsqueda e investigación. Este proceso ya en sus inicios, generó una polifonía de voces y perspectivas sobre la temática elegida. Fue entonces que, a través de la danza y la construcción de imágenes, logramos condensar ese proceso en significados y emociones. Traduciéndose en cada gesto, cada interacción en el espacio, creados como un reflejo de la complejidad y la multiplicidad de significados que el amor puede tener. Evocando una narrativa que es tanto íntima como universal. Así, “Polifonía” no sólo se convirtió en una obra sobre el amor, sino en un viaje emocional y simbólico que busca resonar en lo más profundo de quienes lo experimenten.
Brenda Jerichau. Foto: Yuse Zalazar
El equipo creativo
Los intérpretes son Agostina Dela Rosa, Agustina Cejas, Alfonsina Acosta Pisano, Chechu Castro, Eugenia Mariotti, Enzo Leites, Karen Almada, Lucía Mazuquin y Paulina Albarello. La coreografía es de Jerichau, con asistencia de Acosta Pisano, Mazuquin y Albarello. El diseño en comunicación visual es de Aixa Huergo, el vestuario de Cecilia Tolosa, la fotografía de Lucía Leguizamón, la dramaturgia de Luna Saavedra Andreotti, Salomé Espíndola y Jerichau y la producción general de Saavedra Andreotti. La dirección general es de Jerichau, asistida por Espíndola.
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