Juan Ignacio Novak
Durante la década del ’50 filmó con actores de la primera línea de Hollywood, como Gary Cooper, Edward G. Robinson y Barbara Stanwyck. Antes, en su país natal, rodó obras maestras como “Apenas un delincuente” y “Donde mueren las palabras”. Intervino en varios géneros, desde el western y al policial. Falleció el 11 de enero de 1987, a los 79 años.
Juan Ignacio Novak
Alejandro Agresti dirigió a Keanu Reeves y Sandra Bullock en “La casa del lago” (2006). Juan José Campanella hizo lo propio con la serie norteamericana “Colony”. Norma Aleandro trabajó junto a Ted Danson e Isabella Rossellini. Leonardo Sbaraglia participó de una superproducción junto a Robert De Niro. Hasta el “Gordo” Jorge Porcel hizo un pequeño papel en “Carlitos’ Way”, protagonizada por Al Pacino. Ejemplos de argentinos que intentaron hacer pie en Hollywood hay muchísimos, pero el caso de Hugo Fregonese es único y posiblemente irrepetible: en el primer lustro de la década de 1950 arribó a Estados Unidos y allí comandó elencos conformados por los personajes más reconocidos del star system de la época, como Gary Cooper, Lee Marvin y Anthony Quinn.
Pero el gran mérito de Fregonese, quien antes de su escala en el país del norte realizó en su Buenos Aires natal “Apenas un delincuente” (1949), pionera en el rodaje en exteriores y la magistral “Donde mueren las palabras” (1950), sobre un guión de Homero Manzi y Ulyses Petit de Murat, es que se movió con solvencia en distintos géneros, sin encasillarse en ninguno, aspecto que valoró la crítica europea. “Según los franceses, Hugo Fregonese es todo un auteur de films de acción, inspirados por el tema de la fuga. Lo han comparado con Tourneur, Andre De Toth, Don Siegel y otros directores de culto de su era”, escribió Alfredo García en el suplemento Radar, de Página 12, el domingo 10 de agosto de 2008.
Grandes nombres
Dentro del policial negro, Fregonese dirigió “One Way Street” (1950), con James Mason (conocido por “El Zorro del desierto”, donde interpretó al militar alemán Erwin Rommel), en el papel de un psiquiatra que huye tras robarle 200.000 dólares a un jefe mafioso y “Black Tuesday” (1954), con Edward G. Robinson, sobre la fuga de dos condenados a muerte. Las dos están consideradas como ejemplares mayúsculos de un género que cultivaron muchos cineastas, influidos por las corrientes europeas, y dentro del cual se enmarcan obras maestras del cine como “Retorno al pasado” (1947).
En una etapa de auge del western, el argentino también dejó su impronta. Filmó “Apache Drums” (1951), “Untamed Frontier” (1952), con Joseph Cotten y Shelley Winters, “Blowing Wild” (1953), con Gary Cooper, Barbara Stanwyck, Ruth Roman y Anthony Quinn y “The Raid” (1954), con Van Heflin, Anne Bancroft (más tarde la despiadada señora Robinson de “El graduado”), Richard Boone, Lee Marvin y Peter Graves, ambientada en la Guerra de Secesión norteamericana. También condujo el filme de aventuras “Mark of the Renegade” (1951), con el actor mexicano Ricardo Montalbán, galán latino de la época y Cyd Charisse, moldeado sobre una historia del creador de “El Zorro” y “My Six Convicts”, un drama carcelario por el cual fue nominado a un premio del Sindicato de Directores (DGA). Más difícil de clasificar resulta “Man in tha Attic” (1953), un thriller de terror sobre Jack el Destripador interpretado por Jack Palance.
Regreso
A pesar de que construyó una filmografía hoy considerada de culto, Fregonese no logró asentarse en Hollywood. Emigró a Europa, donde se ocupó de productos de bajo presupuesto y regresó a la Argentina donde modeló sus últimos trabajos: “La malavida” con Hugo del Carril, Soledad Silveyra y Víctor Laplace y “Más allá del sol”, donde Germán Kraus encarna al aviador argentino Jorge Newbery. El realizador argentino René Mugica, citado por Fernando Martín Peña, decía: “Fregonese era así. No se hallaba en Buenos Aires y quería irse, pero cuando estuvo allá tampoco se sintió bien y también quiso irse. Él era, esencialmente, un desarraigado”. Murió el 11 de enero de 1987, hace 30 años.