Rosario, nuevo polo audiovisual: el proyecto de Juan Ignacio Cane
El famoso actor de origen rosarino Juan Ignacio Cane, que saltó a la fama cuando interpretó al mánager de la serie de Luis Miguel, busca posicionar a Rosario como polo audiovisual. Foto: Gentileza
Un proyecto que llamó Polo Audiovisual Rosario busca cambiar la cara a la ciudad y posicionarla, hacia su gente y hacia el mundo, como lugar ideal para la producción de contenidos y rodajes audiovisuales. Ya cuenta con un equipo de rosarinos trabajando en este sentido
El famoso actor de origen rosarino Juan Ignacio Cane, que saltó a la fama cuando interpretó al mánager de la serie de Luis Miguel, busca posicionar a Rosario como polo audiovisual, hacia adentro y al mundo, impulsando ventajas logísticas propias de ésta, y el potencial creativo que tienen sus artistas y técnicos.
En una semana gélida, “Juanchy” Cane salía de un largo día de grabación del Estadio del Club Nacional de Football en Montevideo (Uruguay), donde se encuentra filmando exteriores de la segunda temporada de Barrabravas. Ya guarecido en el hotel, relató a Mirador sobre este sueño que de a poco va materializando: “Es un proyecto hermoso que imaginé hace cuatro años, a partir de una falencia que observaba en la ciudad. Me siento rosarino, y algo tengo que hacer con la imagen que damos hacia fuera: pasamos de comer gatos a ser ciudad narco, según los medios. Me da mucha rabia que en el último tiempo en los rodajes me preguntan si es verdad que en Rosario te matan a tiros. Eso duele y algo tenía que hacer”.
El proyecto, que se encuentra en etapa de expansión, lo dio en llamar PAR, por las siglas de Polo Audiovisual Rosario, pero el nombre remite también a la idea de “Rosario como par de muchas ciudades que son sedes de la industria audiovisual”, adelantó.
La propuesta de ciudad como polo audiovisual es por fuera de la política pública, pero en busca de alianzas con el Estado y también con el sector privado para que apueste a la filmación local, ya que ser una ciudad de filmaciones implicará la generación de trabajo de un amplio espectro de oficios rosarinos: modistas, escenógrafos, catering, remises, locaciones privadas, hoteles, entre otros sectores.
Hace varias semanas compartió la idea con el intendente Pablo Javkin y con el secretario de Cultura Federico Valentini, y “se entusiasmaron en acompañar la propuesta”, aseveró. También dialogó con el director de Punto Audiovisual Mario Boggino y con la directora del Festival de Cine Latinoamericano de Rosario, Valeria Boggino, quienes dieron su visto bueno también.
Por ahora el concepto cuenta con varias aristas: aceitar el servicio de la ciudad al mundo como ciudad accesible de locaciones; formar a técnicos y actores locales “para que al filmar las productoras no deban traer equipos de gente de otras ciudades”; búsqueda de inversiones privadas en el sector audiovisual; y convocar a actores y directores reconocidos del país para que instalen la marca ciudad hacia afuera. Pero todo eso, “en sintonía con cambiar la percepción de los mismos rosarinos sobre las producciones fílmicas que se realizan en su misma ciudad, a través de charlas, capacitaciones, y formaciones desde la edad escolar”.
Lo primero de estas varias aristas para Cane es generar comunidad: “Que los rosarinos valoricen las creaciones locales, que muchas veces no se enteran de que existen, para que se vuelva de a poco una masa crítica que valore su cine local”. Entonces precisó que “sin ánimos de altanería”, en su experiencia de vivir en otras ciudades como Buenos Aires, México y Madrid, “en Rosario falta marketing: vender la ciudad y el rosarino tiene que encontrarse con el potencial que tienen las filmaciones locales: hay muchos proyectos creativos, se hicieron series como Maternidark de Romi Tamburello, o El hechicero de Héctor Molina. Yo me pregunto cuántos rosarinos se enteraron de su existencia y los consumen”.
Gentileza
Cómo surgió la idea de un polo audiovisual y cómo avanza
Sobre cómo surgió su proyecto, Cane recordó un momento clave: “En plena pandemia de 2020 estaba en una cena después de filmar la serie de Luis Miguel, y los productores pensaban ciudades no tan chicas donde pudieran filmar. Yo me moría de ganas de decirles que vinieran, pero para eso hay que mejorar las condiciones. Entonces me puse a maquinar”.
Entonces recordó: “Comenzó siendo una utopía, pero buscaba estar más cerca y aportarle algo a la ciudad. Quiero capitalizar mis relaciones públicas para posicionar a Rosario para producir contenidos audiovisuales, con sus ventajas logísticas de cercanía y de gente creativa, y traer a las personalidades que refuercen la marca de la ciudad”.
Se trata de una propuesta desde el sector privado, aunque por ser una política pública, es indefectible que tendrá aristas relacionadas a la Municipalidad, ya que filmar en la ciudad implica contemplar aspectos administrativos y logísticos de los rodajes.
Sobre esto, cabe recordar que desde 2022 el programa Rosario Filma brinda algunos auspicios y el recurso Puente. Aunque la propuesta nació también como estrategia para cooptar a las productoras nacionales e internacionales a realizar inversiones millonarias y rodar sus films en locaciones de la ciudad, en sintonía con la esencia del PAR.
De esta forma, enfatizó: “Un conjunto de políticas públicas debe ir de la mano. Una decisión que es clave es el avance de la Ley de Cine que está cajoneada en la Legislatura provincial y que el sector audiovisual reclama desde hace tiempo”.
Recordó que, en este sentido, para octubre viene nuevamente el Festival de Cine Latinoamericano de Rosario, y sobre este, destacó: “Este tipo de eventos hay que promocionarlo bien y que vengan grandes actores y directores, pero sobre todo hacia adentro para que los rosarinos se apropien de su propio festival".
Cabe destacar que desde la pospandemia fueron varios los tanques cinematográficos que se realizaron en esta ciudad, en sintonía con el objetivo de instalar la ciudad como polo de locaciones: Vera y el placer de los otros de Federico Actis y Romina Tamburello, Perros del viento de Hugo Grosso, Argentina, 1985 de Santiago Mitre, Empieza el baile de Marina Seresesky, Un crimen argentino, de Lucas Combina, y Sed de Julia Solomonoff. En ese entonces el ex secretario de Cultura, Dante Taparelli se entusiasmaba con la idea de “Rosario como cinema verité”, pero este año el panorama, de la mano con la crisis del INCAA, ya es magro nuevamente: este año son dos o tres coproducciones en proceso de rodaje.
El equipo de PAR, que avanza en forma de productora audiovisual, es conformado por un grupo de rosarinos: Lorena Rey (actriz, realizadora audiovisual y docente), Gonzalo Pereyra (diseñador), Diego Lorenzini (administrador de empresas) y Manuel Sánchez Luppi (admini de empresas, asesores), entre otras personas que colaboran de forma más satelital.
Cane destacó que su objetivo es empoderar al sector audiovisual al nivel de otras metrópolis: “En una carrera de contador, apenas te recibís haces balances en varios trabajos hasta que te volvés bueno en eso. Un actor o director no tiene posibilidades de desarrollarse en la ciudad, y termina siendo profesor en las escuelas de cine”.
Entonces ejemplificó: “En Montevideo, donde estoy ahora filmando, es un polo desde hace 20 años, y eso significa que cada vez que hay un rodaje, ya cuenta con los equipos técnicos necesarios para las filmaciones. En cambio, para filmar en Rosario, un film debe traer a la mayoría de sus equipos porque acá no hay experiencia, y para tenerla, hay que apostar a la ciudad y filmar. Falta esa gimnasia”.
El objetivo entonces es cambiar la cara de la ciudad, pero también hay otros objetivos: “A mediano plazo quiero que esta sea incubadora con historias rosarinas para exportar. Y a largo plazo, si se genera comunidad y los mismos rosarinos entienden el valor de las producciones en la ciudad, la idea es que se generen crowdfunding de filmaciones con cuatro películas por año sobre la ciudad, y que los mismos rosarinos sean los inversores. Algo similar a las producciones audiovisuales que realiza Hernán Casciari con la comunidad de su revista Orsai. Es muy necesario en la ecuación que los privados lo banquen”.
Otro objetivo es la formación de “una masa crítica en el cine”, y para eso, expresó: “Queremos llevar el cine a las escuelas primarias y secundarias. Yo descubrí mi vocación de actuar cuando vino un productor a mi escuela y actué para un corto a mis 16 años. Fui a la escuela Maristas y de ahí conservo a mis amigos, algunos de ellos que están en el PAR”.
Una primera actividad fue realizada desde PAR, cuando vino Érica Rivas a presentar “Matate amor” con entrada gratis en el Centro de Expresiones Audiovisuales, y a la par brindó una charla para actores.
De cara a un futuro cercano, con entusiasmo, Cane adelantó: “Ya estamos trabajando en una segunda actividad, y la tercera será la proyección de cortometrajes en una escuela primaria”.
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