La Escuela de Espectadores cierra
su temporada con invitados de lujo
El espacio que funciona en el ámbito del Centro Cultural Provincial de Santa Fe tendrá su sexto y último encuentro del año este sábado 24 de septiembre. El tema convocante será “Actoralidades y poéticas liminales”, con exposiciones de Pompeyo Audivert y Vivi Tellas.
Pompeyo Audivert en “Habitación Macbeth”. Foto: Gentileza Teatro Roma
Luego de un recorrido que tuvo cinco etapas (que afrontaron temáticas tan diversas como los vínculos entre el teatro, las infancia, la memoria, el juego y la producción de conocimiento) la Escuela de Espectadores de Santa Fe cerrará su temporada 2022 con un encuentro dedicado a “Actoralidades y poéticas liminales”. Tendrá lugar este sábado 24 de septiembre a partir de las 11 en el habitual espacio del Centro Cultural Provincial “Paco” Urondo (Junín 2457), con la presencia del dramaturgo Pompeyo Audivert y la directora Vivi Tellas. También habrá una clase magistral, a cargo de Jorge Dubatti, una función de “Orfeo y Eurídice 1.0” de Roberto Galván y la Compañía Meraki Transdisciplinar y una clase del taller de crítica teatral.
La fuerza ausente
En diálogo con este medio, Pompeyo Audivert adelantó algunos de los ejes sobre los cuales basará su exposición. “Voy a hablar de lo que vengo trabajando hace ya 30 años en mi estudio. Qué es lo que yo llamo ‘fuerza ausente’. O sea, esa fuerza débil que no está en la teatralidad y tiene que ver con el nivel poético y metafísico al que se debe la operación teatral”, señaló. El dramaturgo, actor y director viene trabajando desde hace tiempo en el desarrollo de una técnica actoral y teatral que intenta poner de manifiesto ese aspecto esa temática de base del rito teatral. “Es esa suerte de sondeo respecto de nuestra identidad y pertenencia a una escala extracotidiana. Creo que el teatro es justamente el arte que se dedica a escrutar esa latitud de la identidad. En esa zona donde el yo no es más que un campo ficcional en esa estructura”, explicó.
Esa técnica, esos objetivos y esa política artística sustentada en la investigación propia se traduce luego en las propias producciones de Audivert como actor y director. “Estas cuestiones que en el laboratorio se trabajan de una forma más profunda o unilateral, también dejan su huella en producciones de un nivel más histórico. En producciones donde aparecen textos, dramaturgias, donde se infiltran estos procedimientos y dan cuenta de estas cuestiones junto con las circunstancias y los avatares de que se tratare”, apuntó.
"Orfeo y Eurídice 1.0" de Roberto Galván y Meraki Transdisciplinar. Foto: Rebeca Zapata
La composición, una idea central
Pompeyo comenzó trabajando desde una técnica relacionada con el automatismo discursivo, con la palabra. “Me produjo fascinación desde muy temprana edad ese procedimiento que utilizaban los surrealistas, en el cual se produce bajo unas condiciones de suelta absoluta del lenguaje sin ningún tipo de condicionamiento, evitando caer en el sentido. Una poética radical. Con eso empezó el trabajo, a partir de mi propia experiencia en esa técnica del automatismo, que empecé a llevar también a las clases y producirla en actores y actrices. Me dí cuenta que todos tenemos esa capacidad poetizante, radical. Ese fue el comienzo”, recordó.
De a poco, empezaron a aparecer otras nociones, que son finalmente las centrales, que tienen que ver con una cuestión de la composición. “Esa palabra se volvió muy central en mi trabajo. La composición del cuadro escénico y del cuerpo de los actores y actrices. Los procedimientos de despliegue compositivo. A partir de la aparición de este concepto, la palabra quedó relegada a un plano secundario. Aunque los asuntos compositivos también daban cuenta de un centro poético, no es ya desde la palabra, sino desde las formas. La cuestión de la palabra empezó a aparecer como la última afloración de estos procedimientos formales, compositivos, discontinuos”, explicó.
Vivi Tellas, Directora de teatro y curadora con gran influencia en la escena argentina. Gentileza Vivi Tellas
Las “máquinas teatrales”
Esa puesta en foco sobre los cuerpos y sus movimientos en las investigaciones y averiguaciones fue derivando en una técnica muy precisa, con reglas muy claras, que le permitieron a Audivert y a sus alumnos desarrollar lo que ellos llaman máquinas teatrales. “Son improvisaciones donde hay reglas de juego formales muy precisas que permiten volver una y otra vez a un tipo de escena muy curiosa, muy poética y metafísica, donde la palabra finalmente brota en una condición que es temática ahora, a diferencia de como lo era antes, pero que tiene un sesgo poético fuerte. Estas escenas máquinas son, de algún modo, la expresión teatral de esa técnica. La forma en que esa técnica se juega ya en un grado de escena”, finalizó.