Por Dra. Isabel Molinas
Durante la última semana muchos fueron los amigos que me preguntaron qué opinaba sobre la autodestrucción de una obra del artista británico Banksy, inmediatamente después de ser subastada en Sotheby’s, Londres, por un 1,4 millones de dólares. Mi respuesta fue contundente: es un genio.
Por Dra. Isabel Molinas
Profesora, investigadora, gestora cultural y autora de textos críticos sobre arte y educación.
Durante la última semana muchos fueron los amigos que me preguntaron qué opinaba sobre la autodestrucción de una obra del artista británico Banksy, inmediatamente después de ser subastada en Sotheby’s, Londres, por un 1,4 millones de dólares (53 millones de pesos argentinos). Mi respuesta fue contundente: es un genio.
Los primeros argumentos refieren a cuestiones bien tangibles: la imposibilidad de no haber detectado el dispositivo, compuesto por cuchillas de metal y oculto en el marco del cuadro. Es habitual que las obras pasen por un escáner para diagnosticar su estado y conservación. No podían no saberlo. También es poco verosímil que no se haya descubierto el mecanismo a partir del cual se activó la destrucción desde un control remoto. Procedimiento que conocimos a partir de un video compartido en Instagram. Por otra parte, llama la atención que sólo la mitad de la obra se hiciera jirones y la otra mitad permaneciera inmutable, como fiel testigo de lo sucedido. A mitad del recorrido, empleados presurosos la retiraron de la sala.
Hay quienes sostienen que se trató de una operación orquestada por el artista y los vendedores. Algunos se arriesgan a ir más lejos y señalan que es posible que la compradora lo supiera (una coleccionista europea, cliente habitual de la casa) y estuviera dispuesta a pagar lo que fuera por una obra que luego de su destrucción parcial duplicaría su precio. Pero también están quienes sostienen que el artista británico nunca participaría de una broma con características semejantes. En una nota publicada en el sitio Web de Sotheby’s, el ex galerista de Banksy, Steve Lazarides, argumenta que trabajó con él durante doce años y que lo sucedido es totalmente ajeno a su filosofía. Conocemos la relación de Banksy con el mercado y sabemos que “Pest Control”, la organización encargada de validar sus trabajos, se ha negado a certificar la autoría de obras callejeras para proteger el concepto de arte urbano y evitar imitaciones.
No obstante lo cual, luego de la subasta, la misma asociación certificó la “nueva obra” con un nuevo título. Ya no se trata de “Niña con globo”, de 2005, sino de “El amor está en la papelera”, de 2018. Para quienes estén interesados en verla, se expondrá en las Galerías Bond Street de Sotheby’s, el sábado 13 y el domingo 14 de octubre, desde el mediodía y hasta las cinco de la tarde.
Cuando visitamos el sitio Web de Sotheby’s se incluye información sobre otras obras del artista. Nos preguntamos si tienen oculto el mismo dispositivo y si el mercado del arte pasará a ocuparse de la venta de obras creadas en vivo durante las subastas. Muchas son las parodias que hemos visto en los últimos días, ninguna iguala el gesto provocador de una Bansky que no cesa de sorprendernos.
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Arte Expandido es el espacio de opinión de la Dra. Isabel Molinas en la que se narran relatos sobre arte contemporáneo, gestión cultural y curaduría. Encontrala todas las semanas en El Litoral.