Al igual que hizo hace quince años con Mickey Rourke, a quien le ofreció un papel que rehizo su carrera en “El luchador”, el cineasta le brinda a Brendan Fraser, en “La ballena”, la posibilidad de realizar el trabajo más jugado de su carrera, que lo pone a las puertas de su primer Oscar.
Brendan Fraser, otrora galán y héroe de acción, realiza una metamorfosis impresionante para su interpretación en “La ballena”. Foto: A24 / Protozoa Pictures
Hacia 2008, la carrera de Mickey Rourke estaba paralizada. Había sido, en los 80, una de las figuras más descollantes del cine norteamericano. Películas como “Diner”, “La ley de la calle” (dónde Francis Ford Coppola le otorgó el icónico papel de “el joven de la moto”), “Manhattan Sur”, “9 semanas y media” (donde interpretó a un misterioso broker de Wall Street), “Corazón satánico” (donde entabló un duelo actoral con Robert De Niro) y la interesantísima “Johnny Handsome”, de Walter Hill habían hecho de él una estrella de gran carisma.
Pero entrados los 90 todo cambió. Más allá de algunas intervenciones secundarias en proyectos como “The Rainmaker” (1997) de Coppola y “Buffalo '66” (1998) de Vincent Gallo, no logró acceder a roles del nivel de la década anterior. El hecho de que se haya visto obligado a intervenir en una mediocre secuela de “9 semanas y media” en 1997, ambientada en París, es una síntesis de su declive. Tampoco en los primeros años de la década siguiente pudo revertir la situación, salvo por sus intervenciones en “Código de honor” (2001), “Hombre en llamas” (2004) y “Sin City” (2005), adaptación de las novelas gráficas de Frank Miller en la cual pudo recuperar (a través de su encarnación del marginal Marv) algo de su brillo de antaño.
"El luchador". Foto: Wild Bunch, Protozoa Pictures, Fox Searchlight
En ese punto exacto llegó Darren Aronofsky y le ofreció el papel que lo volvería a colocar en la cresta de la ola en “El luchador”: el de Randy “The Ram” Robinson, un luchador profesional de wrestling (lucha libre) que (en este punto la ficción es una copia de la realidad) tras haber sido una estrella en los 80, trata de dar continuidad a su carrera en tugurios de baja categoría. Cuando descubre las secuelas que su actividad le han dejado, busca recuperar a la hija que abandonó y establecer una relación sentimental con una mujer. Aunque finalmente no ganó, compitió por el Oscar y demostró su valía.
La historia se repite
Hacia 2022, la carrera de Brendan Fraser estaba paralizada. Había sido una joven promesa en la primera mitad de los 90, tras intervenir en películas como “School Ties” (1992) (acá se conoció como “Código de honor”), “Con honores” (1994) y “Cabezas huecas” (1994). En 1997 corrió el riesgo de moverse hacia la comedia de aventuras en “George de la selva” y la jugada le salió bien. Más adelante (con proyectos sólidos en el medio, como “Dioses y monstruos” de 1998, donde aguantó un protagónico junto a Ian McKellen) se sumó al proyecto que le daría fama y fortuna: “La momia” (1999), a la cual regresaría otras veces.
Pero los 2000 no fueron tan beneficiosos. Sus actuaciones en “The Quiet American” (2002), adaptación de una novela de Graham Greene a cargo de Phillip Noyce y en la oscarizada “Crash” de Paul Haggis, no fueron suficientes para darle relieve a su carrera. Ni siquiera su labor en la serie “Trust”, junto al prestigioso Donald Sutherland. El hecho de que uno de sus últimos trabajos haya sido, en 2019, la fallida “The Poison Rose”, un intento de thriller neo noir con John Travolta a la cabeza, pone de manifiesto los escollos del actor.
Foto: A24 / Protozoa Pictures
En ese punto exacto llegó Darren Aronofsky y le ofreció el papel que lo volvería a colocar en la cresta de la ola en “La ballena”: el de un solitario profesor de inglés que padece obesidad mórbida y que intenta reconectar con su hija adolescente para convencerse de que “ha hecho al menos una cosa bien en su vida”. En la película (que se estrenará en Argentina el próximo 2 de marzo) Fraser realiza un trabajo que le exigió un fuerte compromiso desde los físico, que ha sido elogiado en forma unánime por la crítica y que le permitió entrar en carrera para el Oscar al Mejor Actor. Además, fue la llave para proyectos como “Killers of the Flower Moon” (lo nuevo de Martin Scorsese) y “Batgirl”, basada en el popular personaje de DC. Nuevamente Darren Aronofsky rescató a un actor en caída.