“Reto al destino”: 40 años de la película
que convirtió a Richard Gere en estrella
Llegó a las salas el 13 de agosto de 1982 y se convirtió en un éxito de taquilla. Es la historia de amor entre un indisciplinado aspirante a marine y la empleada de una fábrica de cartón, con el duro entorno de una escuela militar. Pero le permitió a Gere empezar a perfilarse como símbolo sexual masculino, algo que lograría definitivamente en “Mujer bonita”.
Zack Mayo debe afrontar, al mismo tiempo, un estricto entrenamiento militar y el su creciente enamoramiento hacia una joven pueblerina que aspira a una vida mejor. Foto: Lorimar Television, Paramount Pictures
En términos de cine mainstream, los años 80 estuvieron plagados de supermachos infalibles, capaces de enfrentar ejércitos completos. Incluso el boxeador Rocky Balboa, que era en su origen un perdedor dispuesto a poner toda su fuerza de voluntad al servicio de una migaja del sueño americano, se convierte en un gladiador musculoso capaz de enfrentar a una máquina de matar soviética como Iván Drago. Pero, hacia 1982, los ‘70 todavía estaban cerca, con todos sus claroscuros. Por lo cual es comprensible que Zack Mayo, el protagonista de “Reto al destino”, que hoy cumple 40 años desde su llegada a los cines, sea un aspirante a marine cargado de conflictos, poco apegado a las normas y muy vulnerable.
La trama, que se trató de emular luego bajo diferentes variantes, es simple y efectiva. Zack Mayo, un joven cargado de conflictos, ingresa en la Escuela Naval Militar de los Estados Unidos. Mientras trata de adaptarse a la rigurosa disciplina del ejército, se enamora de una de las chicas del lugar. Que, en términos del sargento Emil Foley, solo tratan de “quedar embarazadas para poder casarse con un piloto”. La descripción de las semanas de entrenamiento de Mayo, le permite al director Taylor Hackford (también creador de “Sol de medianoche”, “El abogado del diablo” y “Ray”) demostrar cómo el joven puede convertirse en un oficial y un caballero (tal es el título original del film) y entablar un auténtico “reto al destino” (como se la tituló en Latinoamérica).
Debra Winger también logró cimentar su carrera tras interpretar a Paula. Foto: Lorimar Television, Paramount Pictures
Largo y sinuoso camino
El film es un logrado drama romántico (posiblemente la química entre sus protagonistas sea una de las claves para el éxito de taquilla que obtuvo) y propone una mirada interesante sobre temáticas como los mandatos familiares, la disciplina, el amor, la amistad, la madurez y la superación. Pero tuvo algunos efectos fortuitos que contribuyeron decisivamente para su configuración como un clásico de los ‘80. Uno fue proyectar a Gere como símbolo sexual y estrella de cine. El otro, el de hacer de una canción de Joe Cocker y Jennifer Warnes (“Up Where We Belong”) una obra de culto, ícono de su época.
El duro entrenamiento del sargento Foley. FOTO: Lorimar Television, Paramount Pictures
En términos simbólicos, “Reto al destino” funciona como reflexión del sinuoso camino (el entrenamiento en la Academia) que debe atravesar el protagonista para poder alcanzar cierta noción de felicidad conyugal. Al mismo tiempo, el mítico final en el cual Zack (Gere) busca a Paula (Winger) y se la lleva en brazos (del mismo modo que una pareja de recién casados) brinda una idea de quiebre de un destino que parece prefijado, sobre el cual se vuelve a lo largo de toda la película y cuyo costado trágico está representado en la historia paralela de Sid Worley (David Keith). Parte del recorrido que debe hacer Zack consiste en confrontar con sus propios demonios interiores, corporizados en el durísimo sargento Foley (Louis Gossett, Jr., premiado por su interpretación), quien no le deja otra alternativa que “ponerle el cuerpo” a sus problemas.
De desafíos a mujeres bonitas
Debra Winger compitió por el Oscar a Mejor Actriz de 1982, estatuilla que quedó, con absoluta justicia, en las manos de Meryl Streep por su labor en “La decisión de Sophie”. Y a Louis Gosset le tocó el premio al Mejor Actor de Reparto por su interpretación como el inflexible Foley. Pero el que mejor aprovechó la vidriera que supuso el film fue Gere, quien fue capaz de aprovechar el impulso para trabajar, el resto de los ochenta, con directores como Francis Ford Coppola y Sidney Lumet. A principios de la década siguiente sería el protagonista (junto a la bonita Julia Roberts) de otro romance de esos destinados a quedar en la retina. Pero esa es otra historia.
El afiche del film. FOTO: Lorimar Television, Paramount Pictures