Cuini Amelio Ortiz (desde Berlín)


Cuini Amelio Ortiz (desde Berlín)
Ya han participado en ediciones anteriores largometrajes de dibujos animados en competición oficial. La novedad es que este año son dos los trabajos de animación que compiten por el Oso de Oro.
“Art College 1994” lo firma el realizador de la República Popular China Li Jian. Son recuerdos de su época en la escuela de arte, en los años noventa, con las contradicciones típicas de ese período en que hay que pensar en prepararse para la vida después de terminada la universidad. En el caso de China, salir a un mundo que oscila entre tradición y modernidad. Un bello trabajo de dibujos animados, con diálogos llenos de pasión por el arte, deseos, fantasías sexuales, insatisfacción, inseguridad, indecisión. En otras palabras diálogos de estudiantes.
El otro animé viene de Japón, se llama Suzume y lo firma Makoto Shinkai. La técnica de animación es impresionante, con todos los elementos del típico dibujo animado japonés. La historia cuenta de una adolescente de 17 años que vive un encuentro misterioso, se percibe que una terrible catástrofe sucederá en Japón y decide poner orden al curso de la historia.

Un poco demasiado épica para mi gusto, pero de todas maneras una experiencia interesante (aunque no estoy segura si este festival es el lugar adecuado para su debut mundial) “Sur L’Adamant” (En el Adamant) es el nombre del documental de Nicolas Philibert en competición. Nos cuenta lo que sucede en un barco grande, espacioso y acogedor, Adamant, en el corazón de París, que abre sus puertas diariamente, como clínica ambulante, a personas con problemas psíquicos. Los pacientes son enviados de otros hospitales o instituciones psiquiátricas. No hay comentarios en este viaje en barco, (que no navega a ningún sitio), pero que nos hace partícipes del día a día de quienes van al barco como pacientes. Se nos abre una ventana a un universo de música, pintura, filosofía delirante, cocina, entre otras actividades. El director escucha. Sus protagonistas hablan y nos hace partícipes de sus mundos intensos, difíciles y, muy a menudo, de una inimaginable poesía. Algunos muestran un - tan “saludable” como irónico- desfasaje de la normalidad. Bello documental, un apelo valiente. Debo reconocer que me identifiqué con varios de los protagonistas.