En abril se estrena en Argentina “El exorcista del Papa”, sobre las memorias de Gabriele Amorth. Este sacerdote realizó miles de exorcismos hasta su muerte en 2016. En la ficción, está interpretado por el actor Russell Crowe. Repaso por un subgénero, subordinado al terror, que aportó filmes históricos.
Russell Crowe en el papel del sacerdote Gabriele Amorth. Foto: Screen Gems
Desde que el director William Friedkin adaptó para el cine la novela “El exorcista” de William Peter Blatty, los exorcismos en la pantalla grande fueron frecuentes. Antes se habían hecho films magistrales sobre satanismo (“La séptima víctima” en 1943 y “El bebé de Rosemary en 1968) pero en este caso el eje se colocaba en la pelea (al final, cuerpo a cuerpo) entre dos sacerdotes católicos y el “príncipe de las tinieblas”, que ha poseído a una niña llamada Regan en el corazón mismo de Estados Unidos, es decir Washington.
Es un film que aborda la lucha entre el Bien y el Mal, pero que también reflexiona sobre otras cuestiones como la fe: mientras el padre Merrin jamás duda, el padre Karras quien realiza su primer exorcismo, está en plena crisis. Y sobre las distintas fisonomías que es capaz de asumir el mal para dominar espacios sin ser notado, que se observa en la extensa secuencia en la que Regan es sometida a crueles tratamientos médicos (que hacen pensar, incluso, en la tortura) en busca de una explicación “científico” a su posesión.
Foto: Screen Gems
El aura de este film fue tan intensa que en las décadas siguientes el diablo, como representación física del mal del mundo, fue un habitante frecuente de las películas. Cabe mencionar algunos ejemplos: “El exorcista 2 y 3” (1977 y 1990), “La profecía” (1976), “The Appointment” (1981), “El príncipe de las tinieblas” (1987), “Estigma” (1999), “Exorcist: The Beginning” (2004), “El exorcismo de Emily Rose” (2005), “El rito” (2011) y “Verónica” (2017).
Incansable luchador
En esta misma tradición se puede ubicar a “El exorcista del Papa”, film dirigido por Julius Avery que se estrena el próximo 13 de abril en los cines argentinos. Es una película que está centrada en la vida y obra de Gabriele Amorth, fallecido en 2016. ¿Quién fue? Un sacerdote católico que ejerció como exorcista principal del Vaticano y concretó (de acuerdo a su testimonio, que dejó asentado en dos libros) más de cien mil exorcismos a lo largo de su vida.
Foto: Screen Gems
Según las propias crónicas escritas por este cura, su primer “lucha” contra el demonio fue a mediados de la década de 1980, en compañía de un exorcista experimentado. Desde entonces, realizó varios miles, incluyendo de acuerdo a sus propios escritos algunos de tan solo unos minutos y otros de varias horas de duración.
En una estrategia de marketing bastante evidente, los realizadores de este film seleccionaron al actor Russell Crowe para encarnar al sacerdote Amorth. Tal vez (como señalaron varios medios) jugando con el pasado del actor como “gladiador” en la famosa película homónima de 2000. Que, ahora iría, munido con otras armas, tras un enemigo mucho más potente que el emperador Cómodo.
Foto: Screen Gems
La película cuenta con la dirección de Julius Avery, que el año pasado dirigió a Sylvester Stallone en “Némesis” y tiene en su elenco a Franco Nero (figura del género spaghetti western en los ‘60 y ‘70) a quien le corresponde el papel del Papa.
Polémica
Solo el trailer del film, que se conoció hace algunas semanas, generó reacciones diversas. Por ejemplo, hay un comunicado emitido por la Asociación Internacional de Exorcistas (entidad creada en su momento por el propio Armorth), que expresa sus reparos respecto al film.
Foto: Screen Gems
“El resultado final es infundir la convicción de que el exorcismo es un fenómeno anormal, monstruoso y aterrador, cuyo único protagonista es el demonio, a cuyas violentas reacciones se puede hacer frente con gran dificultad; que es exactamente lo contrario de lo que ocurre en el contexto del exorcismo celebrado en la Iglesia Católica en obediencia a las directrices que ésta dicta”, indica la misiva.
“En cuanto al espectador, ¿qué se puede decir? El exorcismo así representado se convierte en un espectáculo destinado a suscitar emociones fuertes y malsanas, gracias a una escenografía lúgubre, con efectos sonoros que sólo despiertan ansiedad, inquietud y miedo en el espectador”, agrega.
Foto: Screen Gems
Más allá de todo, es probable que muchos espectadores se vuelquen a ver el film. Es que, como decía Alfred Hitchcock, mientras mejor es el villano, mejor es la película. Y, en este caso, el malo es el más malo de toda la Historia.
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