Con motivo de sus 25 años como banda, la banda uruguaya No Te Va Gustar realizó la grabación de una pieza audiovisual (CD+DVD) donde revisó una buena parte de su carrera: se trata de “Otras canciones”, material que tendrá su presentación santafesina el domingo 13 de octubre, desde las 20.30, en ATE Casa España (Rivadavia 2871).
Las entradas anticipadas están en venta en la boletería de la sala o de manera online por sistema Ticketway.
Antes del desembarco, El Litoral dialogó con el guitarrista Pablo Coniberti para adentrarse en el mundo de esa producción y el presente de la banda.
—¿Cómo salió la idea de “Otras canciones”? ¿Cómo eligieron los temas y los invitados?
—Estamos cumpliendo 25 años como banda este año. Una manera que se nos ocurrió de celebrarlo era hacer un acústico, algo de lo que veníamos hablando hace mucho tiempo. Obviamente como la banda nunca lo había hecho era algo muy importante para nosotros. Sabiendo que era una vez que lo íbamos a hacer, por lo menos por un buen tiempo. Entonces tratamos de ser muy cuidadosos con la selección de canciones, con los invitados, con el audiovisual que hicimos.
Cuadró todo, porque los invitados que se nos ocurrieron fueron increíbles: es increíble que todos hayan podido con su agenda. El caso de (Jorge) Drexler, de Draco Rosa, que lo conocimos en los Grammy (casi que no lo conocíamos, lo habíamos saludado nomás) y aceptó, porque le gustó la propuesta. También las Flor de Toloache, que es un grupo femenino de mariachis, son neoyorquinas; pudieron venir todas a Montevideo a grabar.
La verdad es que fue mágica la grabación, fue mágico el día del show, por suerte quedó registrado de una forma que nos tiene muy orgullosos y emocionados.
—Lo hicieron en el Sodre.
—En una sala del Sodre que se llama Hugo Balzo. Sacamos las butacas, hicimos una especie de estudio de televisión.
—Era un desafío, porque otros discos con muchos invitados se graban por separado. Acá los tenías que tener todos juntos para poder hacerlo de corrido en vivo.
—Sí, la verdad es que era increíble, y era un desafío importante. Con ninguno de los cantantes pudimos ensayar. Las Flor de Toloache llegaron dos días antes y pudimos por lo menos pasar las canciones; pero con los cantantes prácticamente que fue ahí. Ellos también tuvieron mucha paciencia, porque fueron muchas horas: fueron tres días que estuvimos ahí encerrados, y para ellos era mucha espera; nosotros estábamos todo el tiempo tocando (prueba de sonido, ensayo general, y todo eso). Ellos entraban a pasar su canción después de un buen rato. La verdad es que humanamente fue una experiencia tan grata como en lo artístico.
—Hugo Fattoruso ya había tocado “Clara” con ustedes en Cosquín, con Agarrate Catalina. ¿Cómo salió invitar a esta leyenda?
—Bueno, para nosotros (y creo que para cualquier músico uruguayo) Hugo es prácticamente un dios. Habíamos tenido el privilegio y la suerte de girar con él, habíamos hecho una gira bastante extensa. Él tocaba casi todo el show, salvo algunas pocas canciones en que no participaba. Obviamente cuando íbamos a registrar esto uno de los primeros invitados que pensamos era Hugo, porque es una cosa tan importante para nosotros que participe que no podía faltar. Si bien de la canción dudábamos por momentos que vaya o no, en el momento en que decidimos que Hugo iba a tocar “Clara” ya todo pasó a ser mágico. La verdad es que es impresionante: creo que la tocó una vez y quedó grabada así. Era tan mágico todo lo que tocaba que queríamos que no lo tocara de nuevo.
—Hablábamos de los 25 años, pero vos te incorporaste después...
—¿Cómo se vivió dentro del grupo un aniversario así de una de las bandas de mayor proyección fuera de Uruguay y a nivel latinoamericano?
—En realidad para la diaria, más allá de esta grabación, y de los conciertos que estamos haciendo, que tienen sí una carga emotiva (sobre todo en las presentaciones en el Gran Rex y en la Sala Larreta de Montevideo, que fueron como presentar el aniversario), por supuesto que tuvimos nuestro momento de ponernos a mirar para atrás. Pero también lo vivimos a diario: seguimos muy apasionados por lo que hacemos, y este disco fue una prueba más para nosotros. La verdad es que fue un trabajo bastante largo, por los meses de ensayo y producción; trabajamos con Héctor Castillo, que es un productor muy importante para nosotros; él es bastante meticuloso, entonces fue un trabajo bastante intenso. La verdad que ver a todo el equipo tan apasionado y tan metido nos hace dar cuenta de que tenemos que seguir y no parar. Mientras esto siga esas ganas de generar algo artístico, que nos haga sentir orgullosos, están intactas desde el primer día.
—¿Cómo es la convivencia de un grupo tan numeroso?
—Creo que debe ser más fácil que en grupos más pequeños quizás: en un grupo muy numeroso los roces siempre existen, obviamente, las diferencias. Pero tenés cómo distribuirlas, no tenés que ver quién. Si sos un trío te ves todo el tiempo las caras entre tres, debe ser más difícil. En este caso estás si las energías están un poco alteradas con algún compañero tenés como por dónde escapar. Creo que un poco pasa por ahí que se nos haya hecho fácil esto con los años, y a medida que pasa el tiempo aprendemos a conocernos más.
También tuvimos golpes muy fuertes como grupo en todos estos años; eso realmente te hacen darle trascendencia a las cosas que tienen importancia y a las que no tienen dejarlas de lado.
—Hablabas del Gran Rex, donde hicieron diez shows, y de la Sala Larreta, donde hicieron ocho. ¿Cómo fue esa experiencia? Eran unos shows especiales, tenían un trío de coristas femeninas, varias cosas.
—Impresionante. También era un desafío: lo habíamos logrado plasmar en el disco, pero eran muchas menos canciones que las que pensábamos para el show. Nuestros shows no bajan de dos horas nunca, no iban a ser la excepción las presentaciones éstas; entonces teníamos que traer canciones que no hubieran estado en el disco y que también tuvieran la misma calidad artística y el mismo trato que recibieron las que fueron grabadas. Que no hubiera tanta diferencia. En un momento cuando empezamos a ensayar se notaba que había un montón de trabajo en unas y en otras no.
El desafío estuvo en emparejar esas dos partes del show, y creo que lo logramos: a tal punto de que quedamos con ganas de publicar las que agregamos; y seguramente lo haremos a fin de año. Como ahora somos una banda independiente podemos mostrar nuestro material como queramos.
—¿Cuánto de parecido suena en esta gira?
—Vamos a hacer exactamente lo mismo. Estábamos viajando con viola, violín, guitarra y coros, unas músicas impresionantes, pero por tema de agenda no ha sido posible. Pero lo suplimos con otro tipo de arreglos que nos tienen igual de contentos. Estamos presentándolo así: es el disco acústico más algunas otras canciones, más algunas cosas que hemos ido mejorando con el correr de los shows: cada show te hace tomarle un poquito el termómetro al público, ver qué es lo que gusta más (nos fijamos bastante en eso).
Más allá de darnos nuestros gustos, también nos importa mucho cómo lo reciba la gente. La verdad es que cada show se siente mejor: estuvimos haciendo el interior de Uruguay, y la gente sale muy contenta, nosotros también, así que estamos muy felices.
—“Suenan las alarmas”, el último disco de canciones nuevas, ya tiene dos años. ¿Están pensando en material fresco, o está relegado por todo este proyecto?
—Venimos hablando de eso, de canciones nuevas, intentando encontrar un lugar en la agenda. Lo que sucedió es que nos sorprendió bastante la respuesta del público con este disco, entonces la agenda se nos fue complicando; en casi todos los lugares a los que fuimos se han agotado las funciones, quedó mucha gente afuera que nos gustaría que no pasara: seguramente a muchos lugares tengamos que volver, como nos pasó con Rosario, donde volveremos en noviembre. Seguramente se nos estire la gira de lo que teníamos pensado. Pero nuestra idea es ya a partir del año que viene es empezar a pensar en un disco nuevo.