Falta y Resto: 'Revolución y tradición'

Hacia la Falta del futuro

A la renovación en dirección y autoría se agrega la de los integrantes, que suman a algunos “jóvenes veteranos” y hacen que la más emblemática de las murgas uruguayas sea ahora “una murga joven”, una parte más de ese movimiento. 

Mauricio Garín El histórico Jorge  Coca  Vidal junto a Leandro Castro (director escénico y coautor) y Lucas Lessa (otro de los responsables de la música).Mauricio Garín El histórico Jorge Coca Vidal junto a Leandro Castro (director escénico y coautor) y Lucas Lessa (otro de los responsables de la música).


Y a la renovación en dirección y autoría se agrega la de los integrantes, que suman a algunos “jóvenes veteranos” (como Javier Carvalho en los primos y Gastón “Ratón” Angiolini en el bombo) y hacen que la más emblemática de las murgas uruguayas sea ahora “una murga joven”, una parte más de ese movimiento. Por eso los cruces con Raúl y el Mono (los únicos vestidos diferente, de traje) parecen casi una transición a lo que será la Falta y Resto del futuro, y quizás por eso el título del espectáculo es “Revolución y tradición”.

Pasado y presente

Y el show va y viene: por ahí pasa “Cuando juega Uruguay”, la obra de Tintabrava y Jaime Roos, “¿No lo tomarán a mal? Esta no va”, juegan desde la ficción. De ahí se derivó al segmento humorístico central del espectáculo 2015, centrado en las elecciones uruguayas : “Los ojos del Pueblo” y “Roberto Rodríguez”, donde el pequeño gran sobreprimo Jorge “Coca” Vidal pudo mostrar sus dotes cómicas, y el cuplé “Con un mango en el bolsillo”, una reflexión sobre las consecuencias del desarrollo capitalista del paisito y el cambio que eso trae en las costumbres.

De vuelta por los clásicos, Carvalho encaró a capella, sin micrófono y atravesando la sala, “El espejo”, creación de Roberto García, miembro fundador de la Falta fallecido en 2012, para que más tarde la murga en pleno arremetiera con “El grito del canilla”, otra creación de la dupla Castro-Roos, que alguna vez entonara Washington “Canario” Luna, y que tuvo una dedicatoria a Araca la Cana y sus 80 años (fundada allá lejos por los diarieros).

Volviendo sobre el material del último Carnaval, ya con la tropa avanzada en el vestuario (diseño de Natalia Sendra, la cordobesa que cautivó a Castro), Carvalho abrió “En abril se legaliza”, justo el cuplé que justifica esas prendas y la hoja de marihuana de los afiches: una reflexión sobre la legalización de la cannabis, el supuesto cambio de costumbre y la tensión entre lo que es legal e ilegal (“Es legal que un niño por la calle se pueda encontrar/con un señor que impunemente supo torturar”, pero puede ser víctima de “una ley que quisieron instaurar/los que dejaron libre al militar/para que al niño traten como un adulto delincuente”). Todo esto atravesado por el ritmo del reggae, a dos guitarras y redoblante con hi-hat de batería (en manos de Matías González).

Después del último momento humorístico de los dos veteranos, el desopilante número del chamán (humor de ese directo, pero que no falla) llegó “Un cacho de bajada”, la bajada del año 2007. “Vamos a hacer la última que ya están por dar sala”, dijo Raúl, antes de “dar una pasadita” a la despedida de este año: “A los boliches de antes, a los boliches de ahora” (con su dedicatoria a la juventud latinoamericana y los estudiantes mexicanos de Ayotzinapa) y la “Bajada 2015”.

Principio del final

“Buenas noches, querido público santafesino”, saludó el letrista, como si fuera el comienzo real, con “Hoy la luna enamorada está”, para arremeter con una de las obras cumbres del género, gestada por Mauricio Rosencof y Jaime Roos: la “Despedida 1987” de El Gran Tuleque (“Carnaval, el dios Momo te ha vuelto a soñar...”), que Falta y Resto ha hecho propia, como embajadores de la murga por el mundo, y (quizás no sea necesario aclarlo a esta altura) porque siempre se han destacado en el mundo del Carnaval por la calidad interpretativa, más allá de las formaciones.

La alianza con Roos volvió a estar presente cuando Carvalho se puso al frente del colectivo en “Adiós Juventud”, mientras que Tintabrava hizo lo propio con “Colombina” y Andrés Vásquez, en voz y guitarra, con el inmortal “Brindis por Pierrot”.

Tras las presentaciones del caso, el último canto fue con el estribillo de “Se va la murga” que, como es tradición, terminó en las escalinatas del teatro, en el aire libre donde la murga nació, abrazando a los espectadores y con las voces retumbando en la vacía Peatonal. Para que sea hasta la próxima... o hasta el otro Carnaval.