Lunes 23.1.2023
-Última actualización - 8:26
El español Javier Castillo se refirió a él como “uno de los mejores escritores de thriller”. Y su afirmación es certera: Federico Axat, ingeniero de profesión, escritor por vocación, se ganó a través de novelas como “Benjamin” (2010), “El aula 19” (2012), “El pantano de las mariposas” (2013) y “La última salida” (2015). “La hija ejemplar”, su último trabajo, no hace más que confirmar la destreza de Axat para elaborar tramas que, desde su andamiaje, alimentan el placer de la lectura. En este caso, el personaje Camila Jones (una celebridad del periodismo de investigación) investiga una desaparición que la obliga a desenredar una complicada madeja que incluye vínculos familiares y oscuras manipulaciones. En una entrevista concedida a este medio, brindó detalles de la creación de la novela, pero también de su proceso de creación.
-¿Cómo ubicarías a “La hija ejemplar” en el contexto de tu propia obra? ¿Qué puntos en común tiene y cuáles son sus particularidades?
-“La hija ejemplar” es un thriller psicológico, pero también una novela de personajes. Es decir, sigue los lineamientos del thriller, con una trama vertiginosa, giros argumentales y la premisa general de atrapar al lector y no soltarlo. Sin embargo, los personajes no son actores al servicio de esa trama sino que tienen, en muchos casos, sus propias agendas. A estos dos conceptos, que han estado presentes en diversas proporciones en mis anteriores trabajos, y que muchas veces suelen entrar en conflicto, he pretendido llevarlos un paso más allá en este libro, con una trama rápida y sorprendente y varios personajes de mucho peso. Estoy realmente conforme con el resultado.
Foto: Gentileza del autor
-Comentaste en una entrevista que no construís los argumentos de antemano, sino que los vas diagramando a medida que lo vas escribiendo ¿En el caso de “La hija ejemplar” funcionó de esa manera?
-Siempre lo he hecho de esta manera. Muchos lectores se sorprenden cuando se enteran, porque mis novelas no parecen libradas al azar. Es la ventaja de reescribir. Normalmente mi proceso creativo empieza con una o dos ideas y a partir de ahí voy construyendo mientras escribo, volviendo atrás cuantas veces sea necesario para rectificar cosas. No es un proceso premeditado sino algo natural para mí. De esta forma, la ventana creativa está mucho más tiempo abierta, y eso permite que una buena idea se cuele en el libro si llega antes de que lo termine. En un esquema de trabajo donde la planificación lleva uno o dos meses, en contraposición a dos años, que es el tiempo que puedo tardar en escribir un libro, las posibilidades de encontrar las mejores respuestas están a mi favor.
-Hay referencias en tu libro a personajes clásicos del policial (Sherlock Holmes, por ejemplo) ¿Sos lector de este tipo de obras? ¿Cuánto influyen en la creación de tus tramas?
-Algunos de mis autores preferidos escriben género policial, pero no considero que haya leído lo suficiente para siquiera acercarme a ser un entendido en la materia. Como lector siempre me siento en deuda. Tengo el defecto de no ampliar suficiente mi espectro y centrarme en pocos autores. En general, trato de leer lo que me gusta y de no cuestionarme. Considero que, además de esos autores, mis tramas están bastante más influenciadas por el cine, en películas como “Sexto sentido”, “Los sospechosos de siempre” y tantas otras que me marcaron en la adolescencia. Mi ambición siempre fue recrear ese tipo de tramas en mis libros.
Foto: Gentileza del autor
Lo racional, muy presente
-Sos ingeniero civil ¿Considerás que incide tu formación en este campo a la hora de escribir?
-Soy una persona analítica. Me gusta la matemática, la ciencia en general, soy un ajedrecista amateur, sin duda lo racional está muy presente en mí, y por ende en mi obra. Racional no significa que necesariamente mis tramas se limiten a lo terrenal, sino al hecho de buscar en todo momento que las piezas encajen de forma lógica. Me gusta especialmente cuando una revelación hace que la trama adquiera una nueva significación.
-¿Cómo es, en tu caso, la construcción de los personajes?
-Similar al de la trama en general. Parto de unas pocas premisas conocidas y voy descubriendo a los personajes a medida que escribo y convivo con ellos. Es curioso lo que sucede cuando ha pasado un tiempo desde que termino un libro; es como si los personajes estuvieran en alguna parte, como sucede con esas personas que han sido cercanas en algún momento pero que las circunstancias de la vida han hecho que nos separemos de ellas. Dicho en criollo: los siento exactamente igual que a personas de carne y hueso. Primero los descubres, y luego los quieres (o los odias).
Foto: Gentileza Destino
-Se te ha señalado (y cito a Infobae) cómo el “gran autor del thriller psicológico”. Esta consideración, junto al alto nivel de tus trabajos, obviamente repercute en la expectativa del público lector ¿Cómo opera en tu rol de escritor?
-En general me cuesta reconocer mis virtudes, pero hay una que sí veo en mí y que además me enorgullece: no me preocupa demasiado la opinión de las personas en general. Suelo fiarme de algunas personas de mi círculo íntimo y de confianza cuyas opiniones respeto, y a veces también de otras que apenas conozco pero que me interpelan de alguna forma, pero en todos esos casos suelo pasar todo por un filtro personal, ciertamente crítico, que me sirve de faro. Escribir no deja de ser para mí una necesidad y una fuente de extremo placer, y lo que haga tiene que ser en pos de eso. No podría escribir sólo para complacer a los demás, no sería sustentable en el tiempo. Para mí la clave está en escribir lo que yo tengo ganas, sobre las cosas que tengo ganas. Esta verdad tan simple responde muchas preguntas y resuelve muchísimas encrucijadas en este oficio. No digo que este principio pueda aplicarse de forma inflexible en la vida en general, pero en mi caso trato que sea el que rige mi carrera literaria.