"Metales aliados", el documental sobre Atrás Hay Truenos
La producción audiovisual dirigida por Mariano Di Césare, cantante de Mi Amigo Invencible, retrata el lado B y “menos rockero”, el famoso proceso, detrás de la música de la banda neuquina, uno de los emblemas del sonido contemporáneo.
Gentileza Romina Rezynovsky Lo que más deseaba era que la gente conociera la música de Atrás Hay Truenos , dice el director del documental.
“Todo está grabado en bronce / Somos metales aleados”, dice una canción de Atrás Hay Truenos. Los vocablos alear y aliar coinciden en la raíces etimológicas de origen francés antiguo “allier” (“juntar”) y latín “alligare” (“ligar a algo”). En ese intersticio se zambulle el músico y director de cine Mariano Di Césare, une los elementos en formato docu-mental -pero también docu-sensible- para contar la historia detrás de la historia de un grupo de amigos que suenan muy bien.
Fascinado
La conexión, fortuita, fue gracias a la música. Aquella noche se presentaba Mi Amigo Invencible en el mítico Pura Vida. Era sábado, 12 de octubre de 2013. Cuenta Mariano: “Nosotros habíamos tocado en el primer turno. Nos quedamos en la ciudad porque en el segundo turno iba a estar Atrás Hay Truenos. Me acuerdo porque esa fecha modificó mucho mi vida”. La Plata era, una vez más, el puente entre grupos independientes de dos puntos del país alejados por 788 km. Equidistante, la ciudad de los diagonales, volvía a ser epicentro artístico y motor inesperado de “Metales aliados”.
¿Por qué?, se pregunta mentalmente el director del documental y responde. “Eran como las tres de la mañana en ese clima platense de recital, birra y demás. Se subieron estos pibes, yo no tenía la más fucking idea de quiénes eran... ¡y me volaron la cabeza! No solo a mí, sino también a mis amigos de la banda y a nuestras compañeras”. Una bomba muy fuerte. Esas cuatro palabras que podrían titular una canción o un poema, juntas construyen la imagen (más que la imagen, el dispositivo, el cóctel) que encontró Mariano para explicar el acontecimiento. “Quedé impactadísimo por el sonido de las guitarras y por su performance. Eran unos pibes totalmente sencillos y la música que hacían era de una complejidad hermosa. Ese equilibrio me dejó fascinado”.
Hacia mí
¿Cuál fue la primera búsqueda? ¿Qué pasó en el proceso: qué se forjó, qué se evaporó? En la óptica de Di Césare, lo filmado tiene “bastante concordancia” con lo que se ve en la pantalla. “Simplemente, me dediqué a observar. Tomé como excusa la grabación de su disco. Si bien se han hecho miles de documentales sobre la creación de una obra siguiendo al artista, no me entusiasmaba tanto la idea de ir al proceso de grabación. Quería buscar algo más allá. Sin embargo, lo que hice fue que ese más allá viniera hacia mí. Que las cosas sucedieran delante de la cámara sin salir a buscarlas”. Aclara, afina la puntería, el objetivo. “Las salí a buscar como un cazador con su rifle. Yo era mi cámara y me quedaba esperando pacientemente ahí”. Percibiendo, persiguiendo, recorriendo.
Por debajo de ese campo de acción, se movían otras especies. “Todo iba generando un entramado de situaciones, acciones y elementos que dialogaban entre sí alrededor de ese disco. Mientras filmaba, pensaba: quiero saber de estas personas por fuera del arte, de la música, de la industria. Porque estábamos viviendo una suerte de quiebre entre lo que se conocía como una banda de rock y lo que sucedió después de Cromañón. A partir de Él Mató a un Policía Motorizado, empezaron a surgir un montón de bandas, de chicos con ideas y ganas. Y no necesariamente eran músicos profesionales”.
Captura de pantalla de ?Metales aliados? Me gusta trabajar el arte como un acto de solidaridad con quien va a recibir la obra, para que participe y se vuelva menos individualista .
“Me gusta trabajar el arte como un acto de solidaridad con quien va a recibir la obra, para que participe y se vuelva menos individualista”.Foto: Captura de pantalla de “Metales aliados”
Nuevas formas
En ese momento, primeros años de la pasada década del ‘10, ¿realmente había una noción del quiebre de la industria musical? “Sí”, asume Mariano Di Césare. Aunque “no como la tengo ahora porque la distancia te hace ver las cosas más claras. Eran chicos normales, no los bancaba un sello para que pudieran dedicarse solo a la música. De eso se trata la nueva escena independiente. Esa cotidianidad era un refugio. Saber que no se había acabado un ideal de artista (y que había que dejar de perseguirlo). Te relajaba saber que eran personas normales creando una obra enorme, infinita. Sabíamos que navegábamos sobre una nueva forma de hacer las cosas, eliminando el fantasma de la industria”.
Ingresando de lleno en la ópera prima del artista mendocino, hay un elemento clave en su abordaje: el plano secuencia. Un modo de ir a los márgenes, evitando obviedad y contundencia. “Utilicé dos formas del plano detalle. Una para mostrar lo que quería mostrar, como en la escena en la que se diferencian los tres tipos de azúcar (blanca refinada, rubia, de caña molida). La otra forma era esta: si ni yo no sabía lo que estaba filmando, podía dar espacio a quien quisiera completar la falta de información. Si la exacerbaba y dejaba por fuera el resto de la información, me concentraba solamente en una parte, en un fragmento del plano: lo hacía más dinámico. De esa forma me gusta trabajar el arte, las canciones. Es un acto de solidaridad con quien va a recibir la obra para que participe y se vuelva menos individualista. Porque, en definitiva, lo hacemos para que alguien lo vea”.
Potenciar
Mariano trabajó con una Canon 60D. Y con lentes de fotografía fija. Como se trata de una cámara sin sonido, hubo que potenciar ese elemento. Invitada por Diego Martínez (bajista de Atrás Hay Truenos, encargado de posproducción de sonido del film), la música y performer Violeta Castillo se encargó de trabajar los foley (NdR: efectos de sala generados en el estudio de grabación). También fue clave la montajista, Libertad Gómez. Ella propuso muchas de las canciones: “en la primera versión de la película que armó fue un flechazo fuerte y confié plenamente en su criterio”.
Las canciones son, en cierto modo, la música incidental de “Metales aliados”. “Hay un dato relativamente curioso”, reconoce Di Césare. “Los temas elegidos no son del disco en el que se ve que estaban trabajando (‘Bronce’, 2006), sino del que vino después. Un disco de remix que se llama ‘Bronx’ (2018), donde culmina lo que estaban grabando”. Ínterin, intervalo, aquí-y-ahora, proceso. “Justamente, me agarré de un proceso para estructurar la filmación. Lo que más deseaba era que la gente conociera su música. Que después de la película fueran a darle play a los discos de AHT. Viste cuando te gusta algo y decís: ‘¡che loco, escuchen esto!’ Y se logra. En un momento quise poner un tema entero con pantalla en negro… no llegamos a eso, pero hasta ahí iba a llegar”.
Empezó a crecer
La música fue mi compañera. Siempre. Rememora, sin comillas, porque se oye una voz sin intermediarios: es el niño Mariano situado en su habitación de Godoy Cruz. Nacido un 6 de agosto de 1985, toca “en banda” desde 1999 con Arturo Martin, baterista de Mi Amigo Invencible. Hardcore, punk, “toda una escena”. Por entonces, terminaba la secundaria.
“No quería dedicarme a la música porque la disfrutaba de esa manera, sin ponerle un marco. Pensé que para poder trabajar, dejando la música libre de ciertas presiones, tenía que estudiar cine o fotografía”. Fueron dos años en una escuela de Cine en Mendoza hasta que dio el paso: Buenos Aires, Universidad del Cine. “Cuando vine, seguía tocando. Era algo muy importante en mi vida, pero no pensaba que fuera lo que me iba a dar de comer. Bueno, el monstruito empezó a crecer solo y acá estoy... trabajando de la música”.
Los préstamos entre música y cine son una constante en la configuración, no solo artística, de Di Césare. La publicación del videoclip de “Freelance” en mayo de 2020, marcó un hito, una resignificación de su rol en el área audiovisual de Mi Amigo Invencible. La dirección fue de Manque la banca, músico y director de cine barilochense radicado en La Plata. El dato no es menor: además de las nociones omnipresentes de epicentro platense e interdisciplinariedad, hubo un cambio: Mariano cedió la dirección. Anteriormente, realizó prácticamente todos los videos, “cosas de una banda independiente que no tiene plata”. Cuando el grupo empezó a generar sus recursos, “me relajé y pude compartir las ideas a un/a director/a, decirle cómo me gustaría hacer el video, con qué elementos. Se nota cuando abrís el trabajo y se integra más gente. El cine es eso: trabajo en equipo”.
Qué necesitás
En el último tiempo, Mariano había visto “Transformación”, documental que retrata el proceso de grabación del álbum homónimo de Palo Pandolfo. La obra, el testimonio, contó con la dirección de Iván Wolovik, profesor de Di Césare en la UCine. Una noche, después de algunos años, maestro y alumno se encontraron. “¿Y el cine, qué tal?”, bastó que indagara Iván. “La música me empezó a ganar mucho tiempo”, respondió primero Mariano. Pero no quedó ahí. De yapa, le contó que le quedaban los crudos de un documental. “¿En serio? ¡Vos tenés que terminar esa película! ¿Qué necesitás para hacerlo?”. Wolovik le contó del Festival Escenario, craneado por él, y su espíritu: artistas creando. “Me pasó el número de la montajista y en tres meses terminamos la película. Hermoso”.
Así las cosas, las expectativas de Mariano son las de una banda, cómo no. “Girar con la película: que se presente en muchas salas del mundo”. Por ello, en estos tiempos, se ha dedicado al subtitulado, con la intención de que “Metales aliados” tenga la posibilidad de entrar en festivales. “Es un proceso y sigue siendo independiente. Además, estoy dedicado al nuevo disco de Mi Amigo Invencible”. Nace la inquietud: ¿En qué etapa se encuentra el álbum? “En la primera mitad del año nos ponemos con la preproducción. Vamos a tratar de que salga a mitad de año (julio o agosto), como hemos venido haciendo. Pero no quisiera adelantar mucho porque está en proceso”.