En 1965, Curt Meyer-Clason, reconocido escritor traductor y editor alemán de prestigio internacional, eligió un rincón de la provincia de Santa Fe: por seis meses vivió en la estancia "La Alpina", en Clason, departamento Iriondo.

Vivió durante seis meses en la estancia "La Alpina" de la localidad de Clason, en el año 1965. La experiencia le sirvió para valorar la "seguridad del argentino", frente a las heridas de la posguerra europea. El recuerdo de la entrevista que le hizo El Litoral en 1968.

En 1965, Curt Meyer-Clason, reconocido escritor traductor y editor alemán de prestigio internacional, eligió un rincón de la provincia de Santa Fe: por seis meses vivió en la estancia "La Alpina", en Clason, departamento Iriondo.
En ese tiempo, recorrió potreros, apartó ganado y asistió a las yerras junto a peones y capataces. En esas tareas, ajenas a claustros y a tertulias literarias, se topó con una vitalidad que contrastó con la herida todavía abierta de la posguerra alemana.
"Esta energía de América, esta seguridad del argentino, me seduce", confió en diálogo con El Litoral, en una entrevista publicada el 14 de septiembre de 1968, mientras se encontraba de viaje en Buenos Aires.

Nacido en Ludwigsburg en 1910, Curt Meyer-Clason dedicó su vida a tender puentes entre lenguas y mundos. Fue traductor de autores como Gabriel García Márquez, Jorge Amado, Pablo Neruda, Borges y Augusto Roa Bastos, entre tantos otros.
Su paso por Santa Fe fue la confirmación de su idea de que la cultura pasa en buena medida por el contacto directo con las tradiciones locales, con el pulso de la tierra y con la gente común.

La entrevista de 1968, rescatada en los archivos de El Litoral, muestra a un Clason visto desde los ojos de un europeo atravesado por la guerra y el exilio. Se trata del "orden metafísico frente al orden emocional", afirmaría a El Litoral, citando a Keyserling.
Ese contacto lo llevó a valorar una literatura argentina abierta, "plena de aire nuevo", distinta de la que producían muchos escritores alemanes jóvenes, marcados, según él, por el horror y el resentimiento de la posguerra.

Durante aquella extensa conversación con El Litoral, Meyer-Clason habló también de la presencia de la literatura latinoamericana en Alemania.
Mencionó a Jorge Luis Borges como el más leído y respetado y a Miguel Ángel Asturias, Adolfo Bioy Casares, Eduardo Mallea y Vargas Llosa, como escritores con menor presencia.
Lanzó además un juicio directo sobre Julio Cortázar. "Tiene mucha fama en Alemania, pero sus libros nadie los compra ni los lee". Y mencionó su traducción de "Zama" de Antonio Di Benedetto, una de las obras mayores de la narrativa argentina.

Rescatar la estadía de Curt Meyer-Clason en Santa Fe (por eso la decisión de incluirlo en las "Memorias de Santa Fe") implica entender cómo nuestra provincia es parte de un mapa cultural mucho más amplio.
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