Miedos que reaparecen

Fueron muchos los cineastas que se sintieron subyugados por los personajes creados por ese cronista de los miedos que es el escritor Stephen King. De hecho, es posible contabilizar más de un centenar de películas y series inspiradas en los dictados de su frondosa imaginación. Pero son pocos los que pudieron captar la esencia de sus relatos y trasladarla al lenguaje cinematográfico donde, como bien decía Alfred Hitchcok en sus conversaciones con Truffaut, la imagen es la que manda.

Frank Darabont lo hizo en “Sueño de libertad”, sobre la redención de un presidiario. Rob Reiner cautivó con su descripción de los códigos de la amistad en “Cuenta conmigo”. Brian De Palma, con la colaboración de Sissy Spacek, sintonizó con el turbulento conflicto que atraviesa la tragedia de “Carrie”. David Cronenberg generó angustia ante el dilema existencial de Johnny Smith en “La zona muerta” y Bryan Singer esbozó un áspero retrato de la corrupción en “El aprendiz”, donde un viejo nazi entabla una particular relación con un adolescente obsesionado con los campos de exterminio.

Sin embargo, pese a que el propio King nunca estuvo de acuerdo en este punto, fue Stanley Kubrick (el de “2001, Odisea del Espacio” y “La naranja mecánica” el que logró traducir en fotogramas con mayor precisión e ingenio visual las pesadillas descritas por el autor. Fue en “El resplandor” (1980) cuyos paneos por el interior del hotel Overlook, triciclo de Danny mediante todavía resultan turbadores.

Al igual que el resto de la filmografía de Kubrick, “El resplandor” es portentosa desde lo visual, pero divide aguas en el resto de los ítems. Muchos centraron la mirada en la minuciosa descripción de un hombre que se sume en la locura en una ambiente que lo predispone. Así, los solitarios pasillos del hotel con sus apariciones fantasmales representan una metáfora de los intrincados laberintos de la mente humana. Otros colocaron en primero plano la sobreactuación de Jack Nicholson (llevada al paroxismo en su recordada frase “Aquí está Johnny, mientras destroza una puerta con el hacha), el flojo trabajo de Shelley Duvall, que incluso fue nominado al Razzie (premio anti Oscar) a la peor actriz, y en su larga duración que no alcanza a desarrollar toda la eficacia de la complejísima trama diagramada por King.

Lo cierto es que el paso del tiempo (casi cuarenta años) puso las cosas en su lugar y “El resplandor” ocupa, según el sitio web IMDB en el cual los usuarios son los que llevan la voz de mando, el segundo lugar entre las 100 mejores películas de horror de todos los tiempos. La supera solo “El exorcista” y más abajo se ubican “La masacre de Texas”, “Psicosis” y “Alien, el octavo pasajero”.

Novedad

Consciente del potencial de sus criaturas, Stephen King no abandonó al protagonista de “El resplandor” en las heladas soledades del hotel de las montañas. En “Doctor Sueño”, novela publicada en 2013, se reencuentra con Danny Torrance muchos años después de sus tribulaciones infantiles, pero marcado por aquellas experiencias que se traducen ahora en traumas, problemas de ira y alcoholismo.

La trama se sitúa justo cuando las habilidades psíquicas que le permitieron huir de los horrores escondidos en el Overlook y en la mente de su enloquecido progenitor resurgen y establece contacto con una niña llamada Abra Stone, a quien tiene que rescatar de una amenaza.

La traslación al cine de esta historia no se hizo esperar mucho y el estreno de la versión dirigida por Mike Flanagan (quien escribió el guión junto al eminente Akiva Goldman, responsable de los libretos de filmes como “Una mente brillante”, “Soy robot” y “El código Da Vinci”) será el próximo 7 de noviembre. El rol protagónico, de Danny ya convertido en hombre mayor, recae en Ewan McGregor, mientras que el resto del elenco lo integran Rebecca Ferguson, Zahn McClarnon, Carl Lumbly, Alex Essoe y Bruce Greenwood.

No es la primera vez que Flanagan se adentra en el mundo de Stephen King. Ya lo hizo en “El juego de Gerald” (2017) un thriller psicológico intepretado por Carla Gugino que obtuvo buenas críticas. Además, tiene experiencia en el género del horror, como la estimable “Absentia” (2011) y “Ouija: El origen del mal” (2016), aterradora e inteligente precuela del film de 2014. Las condiciones están dadas para que el film repercuta entre los seguidores del género. Y tal vez sirva para demostrar de nuevo que, al menos en el cine, el mal nunca muere del todo.