El multiinstrumentista, compositor y luthier uruguayo Milton Blanco presentará en Buenos Aires su nuevo disco "Raíz del Viento", que recorre sonidos del altiplano y las culturas originarias del sur.

El músico uruguayo presenta "Raíz del Viento", una obra que trasciende los géneros y se vincula fuertemente con la raíz espiritual de los pueblos originarios.

El multiinstrumentista, compositor y luthier uruguayo Milton Blanco presentará en Buenos Aires su nuevo disco "Raíz del Viento", que recorre sonidos del altiplano y las culturas originarias del sur.
"Raíz del Viento" es una experiencia musical pero con una fuerte impronta espiritual, que dialoga con el pueblo qom, mapuche y charrúa. Blanco propone un cruce entre lo ancestral y lo contemporáneo.
El repertorio incluye temas inspirados en cantos aborígenes como "El águila negra", "El caballo", "El lapacho floreció" y "Vidala del tiempo". Pero esa vertiente se une a otra, de composiciones propias y versiones Fito Páez y Atahualpa Yupanqui. El resultado: un viaje poético por la memoria sonora de América Latina.

Nacido en Juan Lacaze, Uruguay, Milton Blanco investigó instrumentos precolombinos, trabajó con comunidades originarias y compartió escenarios con Uña Ramos, Beatriz Pichi Malen, Carlos Núñez y Teresa Parodi.
Con más de una docena de discos editados, entre ellos "Alma en quena", "Los antiguos vientos andinos" y "La quena que nombro", su mirada siempre está puesta en la identidad latinoamericana.
"Percibí un contacto con lo ancestral la primera vez que desgasté el borde de una caña y apareció una nota musical, ese primer sonido es como un recuerdo que vuelve a encenderse", contó en una entrevista.
-En tu obra hay huellas de pueblos originarios pero también de ciudades modernas. ¿Cómo se encuentra una quena milenaria con una calle de Buenos Aires en una misma canción?
-Las costas del Río de la Plata van acumulando arcillas y arenas que por siglos nos van llegando de lejos, así también se suma la cultura que aluvionalmente trae el desplazamiento humano.
En Buenos Aires aprendí a tocar la quena con músicos del altiplano que se establecieron en la ciudad y jamás olvidaron su origen. También conocí en la ciudad gente del monte chaqueño que mantenían viva la música qom. Con ellos también me puse a tocar y hubo mucho aprendizaje mutuo.
Los músicos ambulantes que tocan en los trenes y colectivos muestran esa paleta multicolor de los mundos paralelos que nos rodean. A las migraciones internas se han superpuesto otras olas migratorias que no cesan; en la historia humana de crisoles similares han surgido géneros musicales muy diversos.
Hay que estar atentos, estamos envueltos permanentemente en un proceso de asimilación y reformulación que el ruido de la ciudad no debe silenciar.

-Conviviste con comunidades Qom, investigaste instrumentos precolombinos, recorriste festivales internacionales ¿Cómo moldeó todo eso tu estilo musical?
-En el idioma que hablamos de a poco vamos sumando palabras prestadas de otras lenguas, al principio cuesta acomodarlas pero con el tiempo fluyen naturalmente. Eso me ocurrió al rodearme de músicas tan diversas.
Existen instrumentos actuales que conservan escalas que han sobrevivido milenios, hay ensambles de vientos que emiten notas que no se corresponden con los instrumentos de los últimos siglos.
A menudo hice mucho esfuerzo para dejarme atravesar por músicas tan ajenas a mi entendimiento.
Eso me ha ‘dado permiso’ para probar nuevas sonoridades en lo que hago, porque también he comprendido que el acto de hacer música, está motivado por cosas muy distintas en cada cultura.
El impulso musical puede ser religioso, meditativo o festivo y hasta quizás la música pueda ocupar otras categorías dentro de su comunidad, categorías que uno no percibe desde la vereda propia.
A veces pienso que ‘solamente’ percibo la música de una comunidad, porque esa música es nada más que la cáscara de algo que desconozco.

-Muchas veces tu música parece traer paisajes y emociones sin necesidad de palabras. ¿Qué te inspira a la hora de componer: una imagen, un recuerdo, un sonido, una historia?
-Casi todo lo que compongo surge de improvisaciones con mis vientos. Seguramente allí aparezcan transformadas las cosas que he oído y sentido.
Dejo que las notas se encadenen, a menudo el propio sonido que resuena pareciera sugerir caminos a seguir. Sigo tocando y aparecen recurrencias, melodías que se van hilvanando y luego lo llevo al papel.
He guardado durante años algunas grabaciones y partituras; después viene el oficio de compositor reubicando, reconsiderando y armonizando el material sonoro.
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