“Rompelo Tano”: tributo en forma
de disco a un referente del tango
En septiembre se celebra el centenario del bandoneonista Osvaldo Ruggiero, quien trabajó por décadas con su tocayo Pugliese. Su hijo Daniel produjo un disco para recordarlo. Para eso, con su hermano Adrián, convocaron a otros músicos y al cantor Ariel Ardit. Es la primera placa consagrada en su totalidad a composiciones de Ruggiero.
Osvaldo Ruggiero fue un bandoneonista y compositor dedicado al tango. Tras integrar la orquesta de Osvaldo Pugliese fue uno de los fundadores del Sexteto Tango, que todavía integraba cuando murió, en 1994. Foto: Gentileza producción
Los que aman el tango y su historia, saben muy bien quién fue Osvaldo Ruggiero y conocen los méritos que lo llevaron a ocupar un lugar destacado en la cultura argentina. Es que este músico fue uno de los miembros fundadores de la orquesta de otro Osvaldo, Pugliese, en 1939 cuando apenas tenía 17 años. Poco tiempo después, hacia 1943, cuando ya tenía a su cargo el primer bandoneón fue clave para la gestación del estilo característico de la orquesta, donde permaneció hasta fines de los ‘60 hasta que fundó Sexteto Tango.
Este año, con motivo del centenario de Ruggiero, sus hijos Daniel y Adrián armaron el disco “Rompelo Tano”, que incluye composiciones del recordado bandoneonista para orquesta típica, con arreglos originales escritos especialmente para este registro. Diagramado con la colaboración de ocho bandoneonistas y un cantor invitado, tiene el valor de ser el primer material discográfico dedicado íntegramente a las composiciones de Ruggiero. Además, contiene una obra inédita del artista, arreglada y dirigida por su hijo, Daniel.
Daniel Ruggiero. Foto: Nina Abrebaya
El título “Rompelo Tano”, remite a la frase que le repetían a Osvaldo Ruggiero cuando trabajaba con Pugliese, por su particular forma de acentuar y frasear con su bandoneón. Esto adquiere una dimensión más profunda si se toma en cuenta que, como señaló Daniel Ruggiero a este medio, aunque su padre recibió influencias de Pugliese, también aportó mucho de sí para forjar las particularidades de su orquesta. “Él comenzó en la primer orquesta y desde ya que tiene influencias de Pugliese, pero me animaría a decir que el estilo de Pugliese aún no estaba consolidado, que fue siendo a la vez que comenzaban con la orquesta, y ahí mi viejo estuvo desde el principio, con lo cual las influencias fueron en ambos sentidos”.
Un constructor colectivo
Consultado respecto al legado principal de Osvaldo Ruggiero, tanto a nivel musical como personal, Daniel aseguró que es de códigos, lealtad, humildad, enorme trabajo, mucha creatividad, y de una profunda convicción de ir hacia adelante. “Estamos hablando de alguien que durante 30 años estuvo en la orquesta de Osvaldo Pugliese, siendo un ídolo, en la época en que el tango tenía ídolos, que nunca quiso encabezar su propia orquesta, a pesar de tantísimas ofertas para hacerlo. De alguien que creía en las construcciones colectivas, y que al momento de dejar la orquesta formó el Sexteto Tango, otra vez parte de un grupo y no un solista. Hay una entrevista en la que él dice que se sentía más cómodo desde dentro de un grupo de trabajo y no como líder”, manifestó.
Adrián Ruggiero. Foto: Demian Marchi
A la vez, desde lo musical, el legado de Ruggiero es inmenso y perdura hasta hoy a partir de su particular forma de frasear, sus composiciones y sus arreglos. “La admiración que me transmiten mis colegas lo hace alguien fundamental en esta música y en el desarrollo histórico del bandoneón”, aseguró Daniel en su contacto con este medio.
Novedoso
Ante la consulta sobre cuál es el sello autoral de Ruggiero, lo que caracteriza su obra y la mantiene en vigencia casi tres décadas después de su fallecimiento, Daniel apuntó que hay un estilo en los temas “Catuzo”, “A mis compañeros” y “Para dos”. “Sin dudas, hay algo muy tanguero, muy marcado, muy Pugliese por supuesto, pero además hay otro grupo de composiciones que tiene un aire folclórico, particular y novedoso en esa época, ‘Bordoneo y 900’, ‘Malambeao’”.
Sobre “Chalita”, una obra inédita de Osvaldo que está incluida en el disco “Rompelo Tano”, aseguró que es algo especial. “Es una partitura vieja, amarillenta, donde en la portada hay un mensaje de Osvaldo Pugliese, que dice algo así como que había encontrado ese material en un cajón, y que se acordaba que le pertenecía, todo un descubrimiento, no hay fechas con lo cual no sabemos de qué año es el tema, ni el mensaje.
Al trabajar para el disco, descubrí su estilo, su forma de escribir los bandoneones, y el aire folclórico, donde se enmarca en otros temas de mi viejo. Una experiencia muy particular, arreglar y orquestar un tema de mi padre fue una gran motivación, intentar pensar lo que él quería de ese puñado de notas, fue realmente muy movilizante”, apuntó Daniel.
Querido
A lo largo de los años, los hijos de Osvaldo Ruggiero tuvieron la oportunidad de cruzarse y trabajar con referentes del tango de las últimas décadas. Todos ellos, sin distinción, lo recuerdan. “Hacen referencia a la importancia de su toque, de sus composiciones y sus discos tanto con Pugliese como con el Sexteto Tango. Y los que tuvieron la oportunidad de conocerlo y compartir, siempre hablan de su generosidad, y su presencia”, cerró Daniel.