El compositor y pianista argentino radicado en Francia está presentando el disco “Gare du Sud”, que mezcla elementos del tango, el jazz y el folclore desde una perspectiva personal. París “cambió totalmente mi concepción de aquello que llamamos música argentina”, expresó en una entrevista.
“Pablo Murgier da un cambio y aporte importantísimo a nuestra música argentina y la exporta por el mundo de una manera excepcional e innovadora”, aseguró el músico Minino Garay, quien trabajó junto al platense. Foto: Gentileza Mariana Carletti
“Gare Du Sud”, es una estación de trenes imaginaria de París que expresa el punto de encuentro de un sur musical, construido por “el encuentro de todas las expresiones culturales que nos atraviesan”. Es el título que eligió Pablo Murgier, compositor y pianista argentino (oriundo de La Plata y radicado en Francia), para su último disco, integrado por música instrumental contemporánea que incorpora elementos del lenguaje musical del tango, el jazz y el folklore en nueve obras originales propias que, según el propio autor, intentan “derrumbar” las fronteras entre los géneros y “dibujar” un país imaginario, al Sur. Sobre esto y también sobre las distintas decisiones artísticas que tomó y que lo llevaron a radicarse en la capital gala en 2017 dialogó con este medio.
Partir a la aventura
¿Qué te convenció para radicarte en París 5 años atrás y qué te aportó desde lo artístico esa ciudad?
-Nunca fui una persona que se proyectó viviendo en el extranjero, la vida me fue llevando. Tuve la oportunidad de hacer giras en Europa que me abrieron muchas puertas en un momento en el cual en Argentina se cerraban otras tantas y todo eso me impulsó a tomar la decisión de probar y de partir a la aventura. Tanto desde lo artístico como desde lo personal, estar lejos de casa es ponerse un espejo donde empezamos a ver muchas cosas de otra manera. Cambió totalmente mi concepción de aquello que llamamos música argentina, y la relación y la apertura frente a otro tipo de expresiones. También descubrí otras formas de trabajar y de hacer música, con lo bueno y lo malo.
Foto: Gentileza Elsa Brolkalwsky
La máquina de musicalizar
-Uno de los músicos del Ensamble es Minino Garay ¿Cómo es trabajar con alguien de su experiencia y qué aprendizajes tuviste de su parte?
-Minino es una máquina de hacer música y producir, cuando yo nací él venía de instalarse en París y verdaderamente ha hecho una carrera espectacular. Es cierto que es uno de los bateristas más buscados por artistas de todo tipo en Europa, y es un tipo que ha sabido integrar todo lo que su carrera le ha dado en Europa tocando world music y jazz con el bagaje que él traía desde Córdoba. Es alguien que empuja constantemente y se aprende todo el tiempo haciendo música con él.
Foto: Gentileza Elsa Brolkalwsky
Batallas y libertades
-“Gare Du Sud”, tu nuevo disco, parece ser como un ámbito de libertad musical ¿Lo sentís de esa manera? ¿Cómo se puede pensar este disco en relación al resto de tu obra?
-Siento que es el disco de la música que tengo ganas de hacer, donde he conseguido encontrar por momentos una voz que me pertenece. No es que mis discos anteriores sean menos auténticos, pero sucedieron todos en momentos donde estaba dando batallas en algún punto más puntuales: con el tango, con el folklore. Tanto “Muy lejos” como “Los espejos” son discos que me representan de manera más puntual y específica. En “Gare du Sud” el concepto del disco y el universo sonoro me refleja más en el sentido amplio, y estoy muy contento con esa búsqueda.
Foto: Gentileza Pablo Murgier
Representado en la variedad
-La mayor parte de los temas que integran el disco fueron creados por vos. ¿Cómo fue ese proceso y qué quisiste transmitir?
-En todos mis discos solistas hasta ahora hice solo música mía, y me siento muy cómodo en ese rol. Me resulta indisociable el concepto de pianista-compositor, como si mi lugar personal más auténtico donde puedo aportar algo es el de crear música y tocarla, más que estar en el rol de intérprete que es algo que vendrá probablemente poco a poco más adelante. Respecto a la transmisión, depende de cada tema. Siempre trato de identificar la sensibilidad de cada música que escribo como si perteneciera a otra persona. Una música que vale la pena tiene una esencia escondida que puede ser la belleza, la introspección, la fuerza, la nostalgia. Encontrar ese rasgo y ponerlo a contraluz es el gran desafío de un compositor-intérprete. En el disco hay músicas muy variadas que transmiten sensaciones muy diferentes, me siento representado por esa variedad.
Volver
¿Qué repercusión tuvo el disco hasta ahora y qué expectativas te genera poder presentarlo en Buenos Aires?
-El disco ha tenido una muy buena repercusión en Francia, pudimos presentarlo en una gran sala parisina sold out, nos abrió las puertas a poder colaborar con músicos de la escena del jazz nacional y tenemos un 2023 con muchos conciertos y grandes desafíos. No tengo necesariamente expectativas respecto al show en Buenos Aires excepto la de disfrutarlo al máximo. Tengo muchísimas ganas de volver a tocar; son tres años sin dar conciertos en Argentina, y va a ser un concierto en el cual voy a poder compartir el escenario con músicos que admiro enormemente y con quienes hace mucho que no tengo la posibilidad de hacer música. La expectativa es que sea una fiesta.