Ignacio Andrés Amarillo
La banda uruguaya presentó su séptimo material de estudio este viernes. En exclusiva, El Litoral dialogó con el guitarrista Santiago Butler sobre el trabajo realizado y la nueva etapa que se abre.
Ignacio Andrés Amarillo
La Vela Puerca lanzó el viernes “Destilar”, su séptimo trabajo de estudio, nueva demostración de la potencia de la banda uruguaya en 13 canciones inéditas, muy diferentes entre sí. El material ya se encuentra disponible en formato CD y tiendas digitales; próximamente se lanzará una edición especial en vinilo. El primer corte de difusión de “Destilar” es “La nube”, cuyo videoclip, estrenado el 11 de mayo, fue dirigido por Gabriel Nicoli y Juan Mountford.
Para conocer más sobre la nueva propuesta, El Litoral dialogó con Santiago Butler, guitarrista de una alineación que se integra con Santiago “Enano” Teysera (voz, armónica, teclados y guitarras), Santiago “Cebolla” Cebreiro (segunda voz y guitarra acústica), Nicolás “Mandril” Lieutier (bajo), Carlos “Coli” Quijano (saxo), Alejandro Picone (trompeta), Rafael Di Bello (guitarras) y José “Pepe” Canedo (batería).
Desarrollo
—“Destilar” sale casi cuatro años después de “Érase...”. ¿Cómo fue el proceso de gestación de las canciones?
—“Destilar” es nuestro séptimo disco. Tuvo un proceso quizás un poco más rápido que los anteriores, no tuvo una preproducción tan larga; notamos que es un disco más espontáneo, no fue tan pensado. Y nos dimos cuenta de que eso le da un aire más fresco, más directo. Hay que esperar ahora qué dice la gente, qué le parece el disco. Es un disco de rock, la gran mayoría de las canciones es bailable y hay una lenta.
—En su momento, hablamos con el Cebolla antes de que salga “Érase...”, y él dijo que era un disco “100% honesto”, con las cosas que querían decir. ¿Se puede decir lo mismo de “Destilar”?
—Las letras son bastante existencialistas, se hacen preguntas sobre lo que puede ser la era moderna, los temas virtuales, sobre varias cosas. Pero dejando un mensaje positivo siempre. Yo no escribo, los cantantes sí, los agarra con diferentes cosas en la cabeza que los llevan a escribir. No se reprimen en cuanto a qué escribir y qué no: es lo que les sale en el momento. Me parece que es un disco con letras bastante interesantes.
—¿Qué cosas notan que pueden haber cambiado o evolucionado en este material, con respecto a otras etapas de la discografía de la banda?
—Algún cambio con respecto a las letras ya lo dije, existencialistas sin llegar a ser muy fuertes. Con respecto a la música como decía recién capaz que es un disco más espontáneo que los dos anteriores. En el anterior, tratamos de llegar a algo que ahora pudimos desarrollar más: buscando musicalmente con las guitarras y los vientos ciertos equilibrios. Siempre uno tiene cosas nuevas, o una intención nueva con las guitarras o los caños: en los discos van cambiando su papel, o el tipo de arreglo que hacen.
Estamos con un tecladista amigo (Diego Méndez), hay lugar para que él llene, la música la vas armando con los jugadores que tenés. Cada experiencia es diferente; obviamente la banda trata de crecer hacia algún lado.
—En varios temas las guitarras están más al frente, son más eléctricos.
—Sí, pueda ser que sea un disco más guitarrero, con las guitarras un poco más al frente que en el disco anterior. Son las que mandan un poco, quizás pudimos ver que puedan ir más adelante y sean las que llevan el tema. Cuando hacés la mezcla vas viendo cómo se arman las canciones. En sí es ver bien qué precisa cada canción: si nace de un riff de guitarra tiene que estar más al frente.
—Va pidiendo.
—La canción pide, claro.
En las sierras
—Trabajaron en el estudio Sonorámica, en las sierras cordobesas, y lo terminaron en La Pedrera. ¿Cómo fue trabajar en esos contextos aislados?
—Algunos músicos de la Argentina, de Catupecu Machu, nos pasaron el dato de un lindo lugar en Córdoba, cerca de Mina Clavero. Y estábamos buscando aislarnos un poco para hacer el disco, y estar en un lugar concentrados, por fuera de lo cotidiano. Siempre nos hemos ido de nuestra casa, nuestro lugar habitual, para poder concentrarnos un mes, 15 días: estar aislados del mundo, entre nosotros, monotemáticos. Llegás a las 10 de la mañana y te vas a las 9 de la noche.
Surgió la idea, conocimos el estudio Sonorámica y decidimos ir. Nos quedamos viviendo muy cerca, a 15 minutos: es un lugar hermoso, tiene unas vistas increíbles. Nos ayudó mucho, prácticamente grabamos el 80% del disco ahí. Después hubo otra etapa en febrero-marzo en La Pedrera, el balneario en la costa de Rocha (Uruguay), donde los cantantes grabaron sus últimas voces y alguna cosita más. Más tarde, llegó la etapa de mezcla, con Esteban Demelas (que es nuestro sonidista), y darle fin al disco.
Virtualidad
—El 11 de mayo salió la “La nube” como adelanto. ¿Por qué eligieron ese tema?
—Uno busca el corte, el tema que represente al disco, que pueda darte ganas de escucharlo entero. Nos gustaba ese tema, es bastante para adelante, y una de las primeras ideas que trajo Seba, además: con el riff de guitarra, para arriba y sin mucha vuelta. El Seba dice que no tiene estribillo, es un “puentribillo”: tiene dos partes.
Hicimos un video también, con Gabriel Nicoli, nos parecía que iba a estar bueno como para dar el puntapié inicial, es un disco que viene más rockero. No son decisiones en diez minutos, hubo que hablar unos días para ver qué tema elegíamos.
—¿Cómo fue el trabajo con Gabriel para armar ese video, y cómo salió la historia?
—La idea fue toda de Gabriel: mostrar al “Enano” enclaustrado en su mundo, con lentes virtuales; y mostrar a un “Cebolla” más preocupado por esa situación. Después lo lleva a ese plano virtual, a la playa de Piriápolis, como reflexionando, pero puede ser todo que no estén ahí. Está entre las cosas tangibles y todo lo que está ahora, un tema muy actual: todo es tan rápido y tan virtual que ya la realidad se escapa. No sabemos qué es real y qué es digital, una cosa que se nos viene encima.
—Curiosamente, “el Enano” tiene una casa en Piriápolis.
—Sí, y el director del video también, están los dos en el barrio. Buscando una locación linda encontraron ésa.
Hacia adelante
—¿Qué expectativas ponen en esta próxima etapa que se abre con el disco?
—Es como todo disco, sale, y ya tenemos la fecha de presentación: el 10 de agosto en la Plaza de la Música en Córdoba. Como lo grabamos en Córdoba, y por un montón de amigos que tenemos, vamos a salir desde ahí. Y el 10 de junio vamos a dar toda la lista de conciertos, todas las ciudades de la Argentina donde tocamos siempre, también en Uruguay más a fin de año. Vamos a viajar a México, Lima en Perú, Santiago; y queremos ir a lugares latinoamericanos donde no hemos ido nunca, como Colombia.
—¿De dónde se saca la energía como para sostener un proyecto así durante tantos años y que no decaiga?
—Es un proyecto divertido, positivo, en el hecho de que tenemos la suerte de habernos ganado el cariño de un montón de gente, damos conciertos y nos van a ver, podemos hacer lo que nos gusta; todos los factores positivos que trae el tener una banda: poder vivir de esto, viajar y conocer lugares nuevos, tratamos de ir a donde nunca fuimos. Tuvimos la suerte de haber ido varias veces a Europa, a México y Estados Unidos.
No es un trabajo del que te puedas quejar. El futuro es incierto, es verdad, pero siempre todo es para mejor: las cosas mejoran, la banda va tocando mejor; quizás grabemos mejores discos, o las giras sean mejores. Eso inspira para poder seguir con este trabajo.
Ficha técnica
“Destilar” fue grabado en enero de 2018 en los estudios Sonorámica de Traslasierra, Córdoba, con grabaciones adicionales realizadas en febrero del mismo año en La Pedrera, Rocha (Uruguay). La producción artística corrió por cuenta de la propia banda, con Esteban Demelas como ingeniero de grabación y mezcla, esta última en colaboración con Nicolás Lieutier.
El álbum cuenta con la participación de músicos invitados como Raly Barrionuevo, Mariano Otero, Mauricio Ortiz, Ernesto Tabarez, Diego Schissi, Carlos Cosattini, Iara Cosattini, Carolina Folger, Patricia Villarejo y las voces en coro de Manuel Ferreiro, Álvaro Garroni, Marcos Mezzottoni y Esteban Demelas.