Sol Gómez es una cantautora y guitarrista paraguaya de género folk-pop, radicada en Córdoba. Actualmente se presenta como Sol Gómez Trío, sumando a Solange Rivadero en bajo y a Ismael Salgueiro en bombo y cajón.

Grabado en la ciudad de Córdoba, el nuevo trabajo de la cantautora Sol Gómez se nutre de paisajes, afectos y un cambio de paradigma que pone la vida en el centro.

Sol Gómez es una cantautora y guitarrista paraguaya de género folk-pop, radicada en Córdoba. Actualmente se presenta como Sol Gómez Trío, sumando a Solange Rivadero en bajo y a Ismael Salgueiro en bombo y cajón.
Tiene editados los EP "Humalama" (2022), "María" (2025) y el más reciente “Quizás mañana” (2025), su primer trabajo de larga duración.
Fue producido por ella misma con Salgueiro, grabado en Maya Studio (Córdoba) entre julio y agosto de 2025, con la mirada puesta en la visibilización de la escena regional.
Así, participaron artistas invitados como Lucero Sarambí de Paraguay, Lalo Aguilar de Chaco y Belén Bowles de Bolivia. Cada uno con aportes y matices.

Este último trabajo, integrado por diez canciones, se basa en vivencias de los últimos tres años, "viajes, enamoramiento, despedidas y sanación", según la propia artista.
"¿Qué descubriste de vos misma al volver a ese recorrido?", le preguntó El Litoral al arrancar una entrevista. "Que la cultura es distinta pero como sociedad estamos todos haciendo un traspaso generacional hacia un paradigma biocéntrico", dijo.
"En criollo: poner la vida en el centro y menos lo material. En lo personal aprendí a aceptar errores y seguir, para viajar hay que ir ligero", agregó. Y ese fue el punto de partida para repasar su labor y su mirada sobre la música y la vida.
-El disco nace en un cruce entre Paraguay, Bolivia y Argentina. ¿Cómo dialogan esos territorios en la construcción del paisaje sonoro del álbum?
-Inevitablemente, al hacer esa primera grabación después de componer las canciones, entra ese paisaje sonoro.
En "Modo automático" eran los autos de Santa Cruz (Bolivia), en “Asietee” los pajaritos de Asunción (Paraguay), en “Vaso precipitado” la ruta yendo a Formosa (Argentina).
Dicen que la música no tiene fronteras, pero más allá de lo poético, nos recuerda que somos nosotros quienes atravesamos el espacio y viajar te abre la cabeza a nuevas posibilidades de ser auténticamente humano.

-Tu búsqueda transita entre la vida urbana y un anhelo de calma. ¿En qué momentos del proceso sentiste que esas tensiones se volvían motor creativo y no obstáculo, y cómo se reflejan en las diez canciones?
-En el momento que empecé a reconocerme como trabajadora de la cultura. Sin un norte, rocé la locura buscando la calma.
Pero una vez que entendí que mi misión es trabajar por una cultura más solidaria y que estas canciones son un reflejo claro de ese anhelo profundo de conexión con lo real, entonces pude sentarme a trabajar en el disco.

-En este proyecto confluyen colaboraciones regionales y una producción artesanal junto a Ismael Salguero. ¿Qué creés que aportaron esas voces y timbres invitados a la identidad final del disco?
-Las colaboraciones fueron primero una intención de compartir con otros artistas, que viene de la experiencia que me gustó mucho en “Chacolaborativa”.
Ahí me puse a escuchar las canciones en loop hasta ver cuales necesitaban un apoyo y quién podría ser. Lucero Sarambí, Lalo Aguilar y Belén Bowles tienen la capacidad de decirte verdades con ternura, y en eso coincidimos.
Para mí fue un gusto gigante trabajar con Isma, especialmente por su capacidad de escucha y el respeto que emana como productor. Aparte de que es el master del Ableton, tiene buen gusto.

-Tu obra está atravesada por una mirada de cuidado, introspección y activismo cultural. ¿Qué tipo de conversación esperás abrir con el público durante esta nueva gira con el formato de Sol Gómez Trío?
-Espero que les sea un respiro al alma, una pausa en su semana, un desatar lo estancado. Lo loco es que estamos hablando de un público muy diverso, así que nos vamos con la mente y el show abierto en todo sentido y bueno, ver como fluye.