Una identidad “Nocturna”, entre la fiesta y la barricada
La artista chilena está presentando su último álbum, donde sus ganas de un mensaje más festivo se vio atravesada por la pandemia y el estallido social de su país. También se trata de su álbum más colaborativo, con cantantes y letristas invitados. De todo esto conversó El Litoral con la cantautora, como así también de su vida en España y sus colaboraciones en la Argentina.
“Nocturna” encuentra a Mena en un momento de madurez, en una carrera de crecimiento gradual pero siempre ascendente. Foto: Gentileza Jesús Leonardo
Un año después de su EP “I. Entusiasmo” (que se reeditó en versión deluxe, con participación de Zoe Gotusso), la chilena Javiera Mena presenta “Nocturna”, un álbum engendrado en el estallido social de Chile, producido en pandemia y sobre la nueva normalidad que se sumerge en las noches de bares y discotecas, versus las noches en medio de los Andes. La dualidad que habita la propia Javiera al ser una chilena viviendo en España pero regresando seguido a su país.
Este nuevo trabajo discográfico suma 11 canciones, incluyendo “Diva” (junto a Chico Blanco) y “Corazón astral” (que formaron parte del EP anticipatorio) y algunos cortes que fueron fluyendo en los últimos meses como “Debilidad” (que tuvo su estreno mundial en las sesiones “Colors”), “La isla de Lesbos”, “Culpa” y “Dunas” (junto a Myriam Hernández).
El nuevo disco se encuentra disponible en todas las plataformas digitales, formato CD, vinilo simple y vinilo de lujo con la portada impresa en lenticular. Se puede conseguir en www.javieramena.com/nocturna. Acompañando el lanzamiento, Javiera presenta “Me gustas tú” como nuevo sencillo: un hit compuesto en Madrid en plena pandemia junto a Luichi Boy y Toni D, integrantes del grupo Cupido. Este single y todos los que componen “Nocturna” sonarán en la gira de presentación llevará a Javiera Mena a recorrer diferentes puntos de España, Chile y Argentina a lo largo de los meses de octubre y noviembre, incluyendo la fecha del 9 de noviembre en el Primavera Sound de Argentina, junto a Björk, Julieta Venegas y Feli Colina.
De todos estos temas habló El Litoral con esta militante de la identidad en todos sus definiciones.
La portada del álbum: una Javiera urbana. Foto: Gentileza Meni
Proceso colectivo
-¿Cómo fue el pasaje del EP “I. Entusiasmo” a este álbum “Nocturna”?
-Sacar el “Entusiasmo” fue un poco para no desaparecer en la pandemia: sacar un EP, el cual contenía canciones de “Nocturna”; en algún momento iba a haber un “Entusiasmo II”. Pero decidí sacar un disco. Algunas canciones de “Entusiasmo” están en “Nocturna”: el concepto final era el disco “Nocturna”; no todas las canciones, sino solo las que contenían “Nocturna”. “Entusiasmo” fue para generar un poquito de entusiasmo en pandemia, pero en la cabeza yo tenía el disco “Nocturna”.
-De hecho “Diva” (junto a Chico Blanco) y “Corazón astral” forman parte del álbum, y “Flashback” no.
-Claro, es que “Flashback” y “Dos” son canciones que me parecían que no estaban dentro del universo de “Nocturna”, sonoramente también: “Nocturna” es un disco que tiene como una sonoridad muy específica. Así se dio, y además hoy en día, con el streaming y las plataformas, uno puede hacer lo que quiera. Entonces ahí viene el juego: ¿qué integramos? Porque tampoco me gustan los discos muy largos a mí, me gustan los discos cortitos. Ya 11 temas me parecía largo.
-Tenías muy claro desde el vamos el concepto, el clima y el sonido, siendo que es también un disco que tiene muchas colaboraciones de diferentes personas a la hora de escribir las canciones. ¿Cómo como se armó y cómo se cerró ese concepto que vos tenías en el marco de ese proceso colaborativo?
-Al final la gente que invité a colaborar en las canciones es gente que yo sabía que iba a entender más o menos la idea que yo tenía para “Nocturna”. Y simplemente fueron las ganas de refrescarme; llevo cuatro discos escribiendo sola, y al final uno empieza a repetirse. Tenía ganas de eso: nuevas mentes en mi concepto, que ya lo tenía bien claro. Hay canciones que ya tenía listas, por ejemplo, “Sombra”, una canción en la que invité a Leti Sala a que escribiera conmigo. Pero una vez que la tenía lista: entonces ese ida y vuelta entre un concepto que yo tenía terminado y que me devuelvan otras cosas que me sacaban de mi sitio, me llevó a tener una letra diferente. En la composición es algo nuevo para mí, y ahora me encantó, porque además es más divertido, como más fresco, aprendés de otras ideas; y está buenísimo, a pesar de que uno ya tenga un concepto claro de las canciones.
-Es una devolución, como pasarla por otro filtro.
-Pasarla por otro filtro. Soy muy abstracta para escribir: eso es como lo que se me da mejor, casi que nada de mundano. Y por ejemplo mi amiga María Valverdina de la banda Cariño, ella es 100 % mundana, 100 % ciudad. Entonces le pasaba unas estrofas y me las transformaba como algo más terrenal, más fotográfico, que tan así como “poético”.
Paleta retro
-El corte que acompaña el lanzamiento es “Me gustas tú”, compuesto en Madrid junto a dos integrantes de Cupido, en plena pandemia. Tiene una onda muy funk de los 70, con la flauta traversa incluida. ¿Cuánto también te aportaron a lo sonoro estas colaboraciones?
-Las colaboraciones básicamente fueron de letrística; el grueso lo produje yo con Pablo Stipicic; tenía ganas también de hacer algo un poquito más cálido también: meterle más instrumentos reales, a pesar de que hago casi todo en la computadora. Creo que las canciones si bien iban por ese lado, por los acordes y todo que trabajamos con ellos, la producción la trabajé en grueso con Pablo; y tenía muchas ganas de eso: de finales de los 70, principios de los 80, es como mi época. Donde más escucho música, a pesar de que ni siquiera había nacido; pero igual siento que en Chile, donde yo me crié, se vivió como 30 años de esa evocación: como que nos quedamos congelados ahí. Quizás por Pinochet, no lo sé, pero creo que hasta el día de hoy hay algunas regiones que se escucha solo eso; y es una época súper de renacer, de nuevos sonidos de que los sintes se empezaban a usar; también como de libertad sonora, todavía no había una industria despiadada. Amo esa época, amo la música de finales de los 70, principios de los 80: favoritos están ahí también.
-Es de suponer que la prominencia de grupos como Los Prisioneros define eso también de alguna forma: marcaron a muchas generaciones posteriores.
-Muchísimo. Los Prisioneros son una banda que bebió mucho del italo disco: Lo conozco a Jorge (González) y a él le encantaba Bananarama, todas las producciones de esa época.
Siempre voy a tener una influencia de Los Prisioneros en mi música, porque son para nosotros como Soda Stereo para ustedes. Son lo más grande, y tienen un contenido político que supieron usar de una manera irónica que para mí es clave. Mi sueño es poder hacer un tema político de esa manera, como los de Jorge.
-“El baile de los que sobran” sigue siendo el himno de la cuestión estudiantil hasta ahora, y la expresión “pateando piedras” sigue siendo vigente.
-Escucho esa canción y me pongo a llorar al segundo; no puedo escucharla y no llorar, como que hay algo muy chileno también que habla de eso. Porque hay una clase social que no tiene respuesta, y que termina pateando piedras; la educación. Pero tan bonito escrito que... uf: es el himno de Chile para mí.
-Volviendo a estos cruces con lo vintage pero que todavía está presente, colaboraste con Myriam Hernández en “Dunas”. Ella viene de esa generación, la canción con ese clima electropop le sienta bien. ¿Lo pensaste por ese lado? ¿Cómo fue invitarla y sumarla?
-Con los dos colaboradores que tengo es loco, porque cuando escribí las canciones en mi inconsciente estaban estas personas. Myriam tiene una canción que se llama “El hombre que yo amo”, y ella en el videoclip está caminando entre unas dunas. Entonces de ese imaginario nace un poco el tema, que compara el deseo hacia algo que no tienes con estar muerto de sed en el desierto, en un lugar que no hay agua: lo ves por ahí como una especie de alucinación.
Y la invité a Myriam porque me pareció divertido y atractivo cambiarla desde su lugar de baladista y meterla en algo más moderno, más funk incluso. Ella feliz accedió; la conocí haciéndole un cover en un programa de televisión, y me di cuenta que a ella le gustaba mi música. Aproveché ese momento: le mandé un WhatsApp: “Myriam, colaboremos” y ella de una que sí, fue a todas. Hizo gemidos en la canción, la metí a un lugar súper erótico a ella, de una mujer deseada, y fue maravilloso trabajar con ella. La admiro mucho, y necesitamos reivindicarla más en nuestro país.
-Hablando de deseo: “La isla de Lesbos” es una proclama medio festiva, en contraposición con otras canciones tuyas que tomaban la cuestión del amor lésbico, quizá de un lado más romántico, más de relaciones.
-Sí: “La isla de Lesbos” es una telenovela divertida, me da risa. Es más liviana, y no por eso menos profunda: tiene el mensaje típico del orgullo, que es “love is love” también metido por ahí; pero todo muy divertido, como algo luminoso, y en el video también se transmite eso. Muy funky también, muy Chaka Khan: amo a Chaka Khan, entonces puse estos bajitos programados. Y qué mejor que hacer una canción que se llama “La isla de Lesbos” de las lesbianas, porque de ahí viene el término: de la poeta Safo, que vivía en la antigua Grecia; dice la mitología eso. Y faltaba una canción así de lesbianas y la logramos: un himno positivo, buena onda. Que todos pueden disfrutar, los hombres también; ojalá que vaya más allá de eso: creo que va a pasar eso eventualmente.
Chile en llamas
-Destacabas que este proceso creativo que terminó en el disco estuvo influenciado por el estallido social de Chile. ¿Cómo repercutió sobre vos, y cómo se ve desde el presente ese proceso, después del rechazo a la Constitución? Hay cosas que parecen de hace mucho tiempo, aunque fueron hace dos años.
-Fue un momento histórico el estallido, y está muy presente en el disco: lo estaba empezando, con toda una idea en la cabeza, esta cosa de la playa, que sea más italo disco. Que es un poco lo que fue el disco; pero toda esta cosa de fuego que ocurrió, de despertar, se impregnó el disco si o sí. Porque iba del estudio a la casa de mis padres y me encontraba en el camino con unas barricadas, toque de queda en la noche; salíamos de fiesta con toque de queda la gente, había olor a gas lacrimógeno en los sitios para bailar.
Entonces sí o sí repercute eso en el disco, por más que lo quieras o no: por ahí va la mano, por esa cosa de despertar de fuego, que está muy presente en “Nocturna”. Esa cosa como de volver a nacer un poco, como lo que pasó en Chile.
Al día de hoy eso ha ido como decantando; hubo un rechazo una Constitución. Creo que no es que se haya retrocedido, se quedó en un valle un poco; y hay que ver de qué otra manera se puede proponer algo que al pueblo le haga sentido. Porque definitivamente la Constitución que se propuso era hermosa, me encantaba, era muy utópica; pero a la gente le dio miedo, porque la vio como demasiado maximalista, y se perdió un foco, que es lo que el pueblo necesita. Vamos a ver qué pasa. Pero no fue un retroceso sino como “A ver, stop. ¿Qué vamos a hacer? ¿Qué pasó aquí?”.
Convidada
-Saliendo del disco, hiciste un colaboración al revés: participaste tanto en la canción como en el video de “Amuleto” de Marina Bertoldi, del disco “Mojigata”. ¿Cómo se dio esa conexión y cómo llegaron a esa canción y a ese video, un poco “jugando al doctor”?
-Es ilustre de Santa Fe la Marilina, es de Sunchales. Hay carpinchos también, que los amo, ¿no? Nos conocimos a través de una entrevista que nos hicieron a las dos, supe de ella y la amo, soy fan: me hice muy fan de su música, la encontré como una mujer muy power; pero nunca lo conocí.
De repente un día me escribe y me dice que quiere hacer una “colabo” conmigo, y yo así como “What?”; justamente estaba pensando en hacer una “colabo” con ella: de hecho en una de las canciones del disco que se llama “Sombra”, la viola que está al final la toca a ella: la invité a una colaboración más instrumental.
Ella me invitó a “Amuleto” y fue maravilloso: llegué a Argentina, grabamos el video; la conocí, nos hicimos amigas. El videoclip es una maravilla: de hecho la directora Miche después dirigió el video de “La isla de Lesbos”; se armaron bonitos vínculos a través de esa colaboración con Marilina. Después la tocamos en la Ballena (Azul del CCK) hace poco, en un evento de mujeres.
La admiro un montón, y quiero seguir haciendo cosas con ella: ahora cuando vaya a Argentina la veré. Y ella está petándolo al mil por mil creo en Argentina y en toda la región.
Proyección
-Estuviste girando por Argentina, hace casi un año fue la primera vez que llegaste acá a Santa Fe, recorriste bastante el país después del parate que hubo para muchos artistas. Ahora te va a tocar compartir el escenario con Björk en la fecha del Primavera Sound. ¿Cómo estás viviendo este momento de tu carrera a nivel expansión latinoamericana?
-Muy bien. Siento que he tenido una carrera gradual, como que nunca he tenido grandes explosiones y subidas. Entonces he podido disfrutar del camino en ese sentido, y lo agradezco un montón. Primero empecé a ir a Buenos Aires: al principio me iba en un bus, pasaba los Andes, porque me interesaba y sabía que ahí podía tener un desarrollo. Y también por mis amigas, que desde el comienzo siempre fui.
Poquito a poco después me llamaron de México, unos años después hice otro disco; pero fue todo súper lento. Además en la época que yo empecé recién Internet estaba empezando a ser el lugar de la música; y me he podido dar ese lujo: de ir a pasó lento pero firme.
Y la internacionalización ha sido gradual también: ahora vivo en España. Pero ahora siento que está habiendo como una cosa que el tiempo mismo ha dado: que nuevas generaciones me conozcan y que les guste mi música. Siento que mi obra ha envejecido bien, lo cual es impagable. Y que cada vez se sume más gente a escucharme, pero desde un camino gradual.
-Vivir en España seguramente te ayuda también a una proyección dentro del mercado hispanoparlante.
-Sí, para las conexiones, para la comunicación con artistas que vienen de otros países: aquí todo el mundo viene. Está mucho más conectado que Chile claro, totalmente; a pesar de que en dos semanas me voy a Chile y paso mucho tiempo allá.
Chile es un país que geográficamente no queda de paso; si bien hay mucha escena, mucha buena música, si Argentina queda un poco lejos, imagínate Chile. Lugares como México, al lado de Estados Unidos, o España en el centro de Europa, obviamente para un artista hace que podamos tener como más lugares donde mostrarnos.
-¿Qué más se viene para tu futuro cercano?
-Se vienen muchas cosas, todo lo que tiene que ver con “Nocturna”, por el momento: tocar en vivo, en el verano quizás regresar a Argentina nuevamente. Y ya estoy empezando otro disco.
Por el momento eso, presentación de este disco y empezar otro, que es como el camino natural: se saca un disco y uno empieza a engendrar otro. Porque en “Nocturna” me demoré como dos años y medio en hacerlo, el que viene también, espero no me demore tanto más. Y algunas colaboraciones también que he hecho y ahora van a empezar a salir.