La primavera trajo bingos y casinos
La Cámara baja votó el proyecto para establecer hasta 5 casinos y 39 salas de bingo, tras una extensa discusión en el recinto. Peronistas y la mayoría de los usandizaguistas votaron el proyecto.
Tras seis horas y media de debate, la Cámara de Diputados aprobó y giró al Senado un proyecto de ley para habilitar el funcionamiento de hasta 5 casinos, 39 salas de bingo y máquinas tragamonedas. La bancada justicialista en su totalidad y 10 de los 13 diputados del bloque radical identificado con Convergencia conformaron una amplia mayoría, en respaldo al proyecto surgido de iniciativas presentadas por Mario Esquivel (PJ) y Miguel Basaldella (UCR). Los radicales en la Alianza, el Frepaso, el PDP y los usandizaguistas Federico Pezz, Ricardo Giacosa y María Silvia Migno votaron en forma negativa el proyecto.
La sesión se caracterizó por la presencia en la barra de dirigentes del Sindicato de Trabajadores de Juegos de Azar y de otros simpatizantes identificados por algunos legisladores rosarinos como integrantes de la barra brava de Newells Old Boys. El ingreso al hall legislativo de los docentes que manifestaban en apoyo a la carpa tensionó la discusión de los diputados, que durante más de dos horas lo hicieron con la mayoría de las puertas cerradas y aseguradas con llaves, para evitar enfrentamiento alguno con los manifestantes.
La extensa discusión parlamentaria tuvo tres instancias. Una primera generada por el radical Angel D'Ambrosio, quien solicitó el pase a comisión del proyecto, por entender que aún el Poder Ejecutivo no había respondido un pedido de informes aprobado a su instancia el 7 de setiembre, por el cual se solicitaba una serie de precisiones sobre lavado de dinero y su relación con el juego. La postura fue apoyada por Carlos Favario (PDP), quien cuestionó la falta de debate en comisión del proyecto, que hace que -a su entender- llegase con serios y graves errores. Justicialistas y radicales negaron el pase a comisión y abrieron el debate del proyecto en general. Una vez votado por 34 legisladores afirmativamente y 11 en contra, se realizó la discusión en particular de los diferentes artículos que obligaron incluso a un cuarto intermedio para aclarar y eliminar párrafos del texto aprobado por la Comisión de Asuntos Constitucionales.
El texto votado anoche autoriza al Poder Ejecutivo a disponer la instalación y explotación de hasta 5 casinos, uno de los cuales funcionará en Rosario y otro en Santa Fe y hasta 39 bingos, uno de los cuales se instalará en Santa Fe; hasta dos en Rosario y los restantes diseminados por la provincia. Luego, la norma autoriza al Ejecutivo a conceder la explotación de dichas salas, mediante la licitación pública nacional e internacional.
El artículo quinto establece una serie de bases y condiciones que deberá cumplir la concesión, como por ejemplo tener un máximo de 30 años, las medidas de promoción turística, establecer la prohibición de la cesión de la concesión, entre otros ítems.
También la ley remarca que estará prohibido el acceso a los futuros locales de menores de 18 años; crea una comisión bicameral de seguimiento para verificar el cumplimiento de la ley; exime del pago del impuesto de sellos a todos los actos vinculados directamente con el proceso de concesión y a la constitución social de los concesionarios, e invita a municipios y comunas a adherir a la ley, otorgando en sus jurisdicciones exenciones de las tasas y contribuciones que gravan la actividad.
El último artículo fue votado únicamente por el justicialismo, en lo que hace a cómo se repartirán los resultados que generen los nuevos juegos, estableciéndose el 75 % a los fines sociales establecidos por la ley 5.110; 5 % a políticas activas de promoción turística; 10 % a municipios y comunas; 5 % a los fines establecidos en la ley provincial de discapacidad 9.325 y otro 5 % para el Cudaio. La distribución de utilidades que propuso el radicalismo limitaba al 60 % para 5.110; otorgaba un 5 % a los hospitales municipales de Rosario y un 10 % al Ministerio de Salud para nosocomios provinciales y SAMCo.
Mario Esquivel, uno de los autores del proyecto, dijo que hay que tener coraje parlamentario para votar una ley de este tipo y remarcó que no hay posibilidad de juego por el juego mismo, sino que debe llegar de la mano de una inversión previa. Recordó que el proyecto lo ingresó el 10 de mayo y fue debatido en diversas instancias y reivindicó que el Estado debe tener el control sobre el juego.
La radical Alicia Tate argumentó en contra de la iniciativa y cuestionó la posibilidad de que de los casinos surja la riqueza. No se detuvo en las dudas morales que trae pero afirmó que "no son la llave del éxito". Enérgica, Tate señaló que "la instalación de casinos es para la ciudadanía una mala apuesta".
El frepasista Alfredo Cecchi se ocupó de rebatir los argumentos que apoyan la instalación de casinos como que toda persona mayor de edad está facultada legal y mentalmente para saber dónde ir y aseguró que la explotación privada del juego está en manos de organizaciones mafiosas. Remarcó que ni ética ni económicamente ayuda al desarrollo social promover el facilismo en el pueblo.
Después, el justicialista Carlos Funes hizo un planteo desde la discriminación que sufre Santa Fe en ser la única provincia del país en no tener habilitados los casinos y cuestionó que la actitud no se haya propagado hacia el resto de los Estados.
El radical Basaldella fundó, como autor de uno de los proyectos, la iniciativa, por entender que constituye un paso importante hacia una actitud de sinceramiento en contra de la marginalidad y a favor del crecimiento.
El demócrata progresista Miguel Bullrich consideró al proyecto un error grave y advirtió sobre las consecuencias nefastas que para la sociedad tiene el juego y asegurando que termina esquilmando a los pobres.
Los justicialistas Federico Reutemann, Irma Foressi y Susana Broda también destacaron aspectos puntuales del voto favorable de su bancada y los radicales Giacosa y Migno fundaron en razones de índole personal su voto negativo.
Por su parte, Carlos Favario (PDP) dijo no oponerse a los casinos, sino a la ley de la cual cuestionó diversos aspectos y lo propio hizo en el debate en particular.
Otro que se opuso firmemente fue el radical D'Ambrosio quien recalcó que las inversiones son distintas al azar y negó que con las nuevas salas se elimine el juego clandestino, tarea que debe realizarla una acción mancomunada de justicia y policía.