Internacionales: INTE-03


EE.UU. usará sus reservas petrolíferas

Washington, 24 (AFP). - El presidente Bill Clinton respondió al llamado de su vicepresidente y candidato demócrata a la Casa Blanca, Al Gore, y decidió usar las reservas estratégicas de petróleo de Estados Unidos, pero la medida tiene sus riesgos cuando sólo faltan seis semanas para las elecciones presidenciales de noviembre.

La medida "es la política energética correcta, es política de seguridad nacional correcta y es política familiar correcta", declaró Clinton en la Casa Blanca, para defender su decisión de recurrir a 30 millones de barriles de crudo de las reservas estadounidenses, creadas para enfrentar situaciones de crisis.

Pero la decisión de Clinton, en medio de la campaña presidencial disputada ásperamente entre Gore y el candidato republicano George W. Bush, deja la impresión de haber sido cuidadosamente planificada.

"Nadie va a fingir que tomamos la decisión en medio de la nada, los consejeros de Gore estaban en la misma habitación", admitió hoy un alto dirigente del gobierno al diario The New York Times. "Pero el hecho de que esto ayude a Al (Gore) no significa que se trate de una mala decisión política", añadió.

La Casa Blanca confirmó que los consejeros de Gore tomaron parte "desde el inicio" en el análisis de la decisión sobre el uso de las reservas de petróleo, según su portavoz, Joe Lockhart.

Los republicanos acusaron a los demócratas de perseguir fines electoralistas con la medida, en tanto Bush acusó a Gore de buscar un "provecho político a corto plazo".

"Cambió de opinión a 45 días de la elección", declaró Bush ayer, en alusión a que en febrero el vicepresidente se declaró en contra de utilizar las reservas estratégicas.

"Dudo de que (los republicanos) estén preocupados por el fueloil doméstico para este invierno", contestó Clinton sonriente, interrogado por la prensa a propósito de las críticas republicanas a su medida.

Desde el miércoles, se sabía por la prensa que Gore deseaba utilizar las reservas estratégicas para afrontar la escalada de precios del petróleo y ayudar a las familias estadounidenses a pagar la calefacción del próximo invierno, problema particularmente importante en los Estados del noreste.