Sucesos: SUCE-01


Crisis en la Federal por la
insólita fuga de los presos

La Policía Federal enfrenta una crisis sin precedentes por la evasión de los presos. Llamarán a declarar al superintendente de Seguridad Metropolitana.

El juez Gabriel Cavallo indagaba anoche a los últimos seis efectivos detenidos en el marco de la investigación por la fuga de tres presos ocurrida en la alcaidía del Departamento Central de Policía.

Luego de que los nuevos detenidos declaren en la causa, el magistrado analizará qué otros pasos tomar en la investigación y, entre esas decisiones, estudiará la posibilidad de llamar a indagatoria al superintendente de Seguridad Metropolitana, comisario Roberto Galvarino, quien quedó en la cuerda floja luego de la insólita fuga. (ver recuadro).

Hasta anoche, en tanto, Cavallo no había resuelto cuándo se concretaría la reconstrucción de la fuga, una medida pedida por la Fiscalía para intentar esclarecer el hecho.

Cavallo resolvió imprevistamente detener a otros seis policías, integrantes de la máxima cúpula de la Comisaría 6ª de la Policía Federal, la seccional que tiene jurisdicción sobre el Departamento Central.

Los detenidos son el comisario mayor Gustavo Carca, a cargo de la seccional; los subcomisarios José Pablo Mur, Ricardo Eloy Orsi, segundos jefes de la dependencia; el oficial inspector Darío Montaña, a cargo del móvil que recorría la zona; y los principales Adalberto Rosa y Pedro de Rui.

Si bien fuentes policiales habían indicado que el subcomisario Guillermo Calviño también había sido detenido en la causa, autoridades de la causa precisaron que ese subcomisario no estaba entre el grupo que fue detenido, pero no quisieron explicar qué vinculación podría tener con la investigación.

Los efectivos detenidos y Calviño fueron puestos a disponibilidad por la cúpula de la Policía Federal, junto con otros quince suboficiales, integrantes de la dotación de la alcaidía donde estaban los presos que lograron escapar.

Ahora, el juez Cavallo intenta determinar cuál fue el rol de los policías de esa seccional durante la huida, de los ciudadanos paraguayos Fidencio Vega Barrios y Luis Alberto Rojas -acusados del asesinato del vicepresidente de ese país Luis María Argaña- y del argentino Daniel "Tractorcito" Cabrera, miembro de la superbanda de Luis "El Gordo" Valor.

Con la detención de los últimos seis policías, ya son diez los efectivos sospechados por su presunta participación en la fuga.

Desde el comienzo permanecen arrestados el comisario Hugo López, jefe de la alcaidía; la auxiliar Violeta Locatelli, y el suboficial Sofío Godoy, ambos custodios de los evadidos.

A éstos se les sumó en la noche del jueves el cabo Víctor Parodi, que sospechosamente estaba de franco en la noche de la fuga.

Grave crisis

Mientras el paradero de los tres prófugos sigue siendo un misterio, la Policía Federal sufre una crisis sin precedentes: no sólo fue la primera vez en 112 años de historia que alguien se escapó de esa alcaidía, sino que los evadidos estaban implicados en un crimen internacional y ahora existirían pruebas de que huyeron amparados por efectivos de la fuerza.

Además, las sospechas en torno de la connivencia con la Policía se refuerzan si tiene en cuenta que el juez Cavallo fue avisado tres horas después de que, según el parte oficial, los prófugos escaparon.

Cuento "chino"

Según las fuentes judiciales, desde el primer momento "la historia contada por la Policía sobre cómo fue la fuga no cerró". Por ejemplo, se podía entender que Locatelli se hubiera olvidado de cerrar una reja, pero no que Godoy también lo hubiera hecho. Tampoco se explicaban por qué en un armario ubicado en el sector de los detenidos se guardaban un pico, dos barretas, esposas y hasta un cinturón con balas.

Ahora, como se tienen casi "certeras sospechas" de que habría corrido dinero para "comprar" la ayuda policial durante la fuga, el juez Cavallo ordenó investigar el patrimonio de los policías involucrados y espera los resultados de esas pesquisas.

Fuentes judiciales indicaron que, además, Cavallo ya tendría "totalmente esclarecido" para qué se usaron en la fuga los dos handies que se incautaron en la causa, uno encontrado en el Departamento Central de Policía y otro incautado en la vivienda de Sofío Godoy, el oficial que dijo haber sido duramente golpeado y sólo tenía un punto de sutura en la oreja y un moretón en el maxilar.