Opinión |
Amargas memorias de la hija de Salinger
Por Patricia Souza
J. D. Salinger, un escritor enigmático que se oculta del público desde hace décadas, ha visto cómo su propia hija devela algunos de los episodios más ocultos de su vida en unas amargas memorias que acaban de publicarse en Estados Unidos.
Margaret Salinger, conocida como Peggy, promociona esta semana en las cadenas comerciales de televisión su libro "Dream Catcher", cuyo título juega con el de la única novela de su padre, "The Catcher in the Rye" ("El guardián entre el centeno" o "El cazador oculto"), una obra de culto que forma parte de la historia de la literatura del siglo XX.
La publicación de esas memorias ha desafiado la reclusión que desde hace décadas rodea al autor, quien a sus 81 años reside en Cornish (Nuevo Hampshire) con Colleen, su tercera esposa y antigua enfermera, y sigue escribiendo, pero sólo para que se publique después de su muerte.
Poco se sabe de la vida de Salinger, al que su única novela y trece cuentos magistrales garantizan una fama duradera. Rechaza conceder entrevistas y apenas existen fotografías de sus últimos años; ha demandado a los que divulgaron sus cartas y no ha vuelto a publicar un relato desde 1965.
Y, ¿qué es lo cuenta su hija en el libro, por el que su padre ha dejado de hablarle? Peggy, de 44 años, habla en "Dream Catcher" de la afición de Salinger a las adolescentes, sus vínculos con la Iglesia de la Cienciología, la época en que bebía orina y del maltrato psicológico al que sometió a su madre, Claire, quien pensó incluso en matar a su hija y suicidarse.
Narra además episodios de la infancia del escritor, como hijo de un comerciante judío, su matrimonio con una integrante del partido nazi alemán, Sylvia -a la que acabó llamando "Saliva" cuando el matrimonio se rompió-, y la reclusión en que mantuvo a su madre cuando ésta quedó embarazada de Peggy.
Desde el cuarto mes de embarazo se convirtió en una prisionera en su casa y fue aborrecida por el escritor, según el relato de su propia madre, que ha colaborado en el proyecto de su hija.
Margaret Salinger sólo vivió con su padre hasta los doce años. A pesar de sus difíciles relaciones, en los últimos tiempos visitó al escritor junto a su hijo todos los veranos hasta que, hace dos años, le confesó su idea de escribir sus memorias, por lo que éste dejó de hablarle.
"Dream Catcher", publicada recientemente y en cuya portada aparece una foto de Salinger junto a su pequeña hija, ya ha recibido varios palos de la crítica literaria estadounidense, que ha acusado a Peggy de vengarse de su padre con "un diente más afilado que el de una serpiente".
"Es desde luego, y en prácticamente todos los aspectos, un libro sin atractivo e inoportuno", afirmó Jonathan Yardley en una feroz reseña publicada por The Washington Post.
Pero no ha sido el único en violar la intimidad del escritor, ya que hace dos años Joyce Maynard, una de las ex amantes de Salinger, publicó otro libro, "At Home with the World", en el que narraba su romance con el escritor cuando ella tenía 18 años y él 53.
Según Peggy Salinger, que en el pasado debió ser sometida a psicoterapia y que afirma que ahora ya se ha recuperado de su difícil infancia, la historia que relata Maynard y la que escuchó de su madre son "casi idénticas".
Para explicar por qué ha decidido romper la privacidad que rodea la vida de su padre, la nueva escritora afirma que "ya no sigo sus reglas. Respeto y defiendo la intimidad, pero no el secreto enfermizo".
En cualquier caso, entre la crítica y los lectores hay unanimidad en que Jerome David Salinger será recordado por su personaje Holden Caulfield, prototipo del adolescente rebelde y confuso que busca la verdad lejos del mundo falso de los adultos. (EFE).