Unas 26 empresas obtuvieron licencia para operar, y alrededor de 10 ya anunciaron sus planes para empezar a competir en todo el país. El gobierno espera inversiones que rondan los 6.000 millones de dólares, de los cuales una gran parte provendrá de Telefónica y Telecom, las operadoras que hasta hoy se repartían el servicio en el territorio argentino.

Pero lo cierto es que la rebaja no se dará de igual manera. "El ingreso de competencia en el ámbito de las comunicaciones no tendrá una incidencia cierta hasta dentro de un par de años, en el segmento de la telefonía básica y residencial, porque este servicio requiere la construcción de una red de tendido telefónico, con el que se duplicará el que hoy existe", reconoció ayer el secretario de Comunicaciones, Henoch Aguiar.

Por lo tanto, para que baje el costo de las llamadas urbanas habrá que esperar un tiempo. Al respecto, Aguiar destacó que "la llegada al usuario residencial es el desafío más grande. En otros países, la rebaja llegó al segundo o tercer año de la competencia; acá va a llegar en el segundo semestre de 2001", confió el funcionario.

En donde sí ya se está dando una poda de entre el 20 y el 40 % es en los servicios de larga distancia nacional e internacional, que se desreguló en noviembre del año pasado.

Desde ese momento y hasta hoy, las únicas habilitadas para competir eran Telefónica, Telecom, CTI y Movicom-Bell South. Alrededor de 3,5 millones de personas cambiaron su operador de larga distancia.

Aguiar afirmó que con la apertura total es de esperar que los valores para realizar llamadas tanto al exterior como interurbanas "caigan aún más". Aparte de las comunicaciones de larga distancia, los usuarios residenciales se verán beneficiados, en principio, con fuertes rebajas en los servicios de Internet.

También es cierto que no todas las empresas que entren a competir otorgarán el mismo servicio. Por cuestiones de rentabilidad, operadores como Comsat, Impsat, Diveo, MetroRed y Techtel, se concentrarán en brindarlo sólo a las empresas, un mercado que mueve unos 1.500 millones de dólares anuales.

Aguiar aseguró que "sin la desregulación, en 18 meses, la Argentina suele generar hasta 2.000 millones de dólares de inversiones. Con la apertura, vamos a triplicar esta cifra y arañar los 6.000 millones".

Para el funcionario, este arribo de flujo de capitales "es un verdadero desafío, si se toma en cuenta la situación económica argentina e internacional".

"Tenemos empresas que están pidiendo licencias y calculo que comenzarán a operar sus servicios en el período de marzo, abril y mayo del 2001", agregó.

De la mano de las inversiones, Aguiar ratificó que en el próximo año y medio, las empresas del área de las telecomunicaciones demandarán un total de 15.000 nuevos puestos de trabajo directo, al tiempo que crearán otros 3 indirectos por cada uno directo.

Sin embargo y a pesar de todas las virtudes que el gobierno destaca en la desregulación, quedan varios temas pendientes:

El ingreso del sector privado en la prestación de los servicios telefónicos se concretó precisamente el 8 de noviembre de 1990, cuando la entonces interventora en Entel, María Julia Alsogaray, anunciaba a las 20:25 por cadena nacional que la empresa estatal ya no existía.

De esta forma, con la venta por unos 5.000 millones de dólares de Entel, se permitió el ingreso de las empresas española Telefónica e ítalo-francesa Telecom, las cuales se instalaron en la región sur y norte del país, respectivamente.

Ambas firmas, que ganan cerca de un millón por día según el promedio de sus balances anuales, perderán ahora la exclusividad del servicio en corta y larga distancia, además del acceso a Internet.

Un año atrás, se permitió el ingreso de las empresas CTI y Movicom-Bellsouth para competir en los segmentos de larga distancia nacional e internacional, mientras que desde mañana quedará desregulado totalmente el mercado.

Según Graciela Torres, directora de Adelco (Acción del Consumidor) de Santa Fe, "falta información" para el usuario de telefonía por parte del Estado ante la desregulación telefónica que comenzará a regir mañana.

Si bien la Secretaría de Comunicaciones de la Nación se comprometió a enviar una nota para orientar a cada usuario en el nuevo mercado de apertura a la competencia, para Torres ya "es un poco tarde, sobre todo teniendo en cuenta que desde que se privatizó Entel, hace 10 años, se sabía que el monopolio de Telefónica y Telecom se acabaría en el 2000".

"Esto revela una imprevisión total por parte del gobierno, que tiene la obligación de defender al usuario ante el avance de las empresas telefónicas privadas".

Agregó que la competencia es positiva en la medida que permite la elección, "pero una persona debe optar por convicción propia y con toda la información en la mano, y no porque una empresa la atosiga de llamados para abonarla a su servicio".

También recordó que hasta el momento no están resueltas dos cuestiones que se habían prometido, como mantener el número telefónico ante el cambio de operador y la posibilidad de elegir una empresa telefónica en cada llamado.

"Lo que vemos hasta el momento es que los usuarios están a merced de las empresas que ya comenzaron o empezarán a prestar el servicio en el país", remarcó.

Cabe recordar, por ejemplo, que cuando se desreguló el servicio de llamadas interurbanas e internacionales, muchos usuarios fueron presuscriptos de manera compulsiva por las empresas y luego volvieron con su operador original, situación que se repitió en Santa Fe como en otras provincias.

Hasta hace diez días bastaba con hacer el trámite vía telefónica para presuscribirse a una u otra empresa. Ahora el trámite sólo lo podrá realizar el titular de la línea o quien pueda probar que está a cargo del pago de la factura telefónica, por ejemplo, a través del contrato de alquiler. Además, en el término de 48 horas de concretado el acuerdo, la empresa deberá enviar una carta al usuario en la que le notifique los términos de las ofertas y las tarifas correspondientes al plan elegido.