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Una metáfora de la sociedad global

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Con el desembarco de "Expedición Robinson", en Canal 13 Artear, se inició una escalada que continuará el año próximo con "Big Brother", en Telefé, y que hará conocer al público argentino una tendencia creciente en la TV mundial, la búsqueda de públicos gregarios a los que se ofrecen contenidos que son una metáfora de la sociedad global.


"Expedición Robinson", un concurso de supervivencia en una isla desierta que premia con 100.000 dólares a un único ganador, "es una metáfora de lo que es el nuevo orden mundial y su institución central, el mercado", sostuvo Ana Quiroga, directora de la Primera Escuela de Psicología Social Enrique Pichón Riviere.

"El valor central que se exalta es el individual. Por lo tanto es totalmente coherente con los valores hoy hegemónicos en el mundo y lo que se quiere seguir instalando, este orden de fragmentación social y dispersión subjetiva que está generando daño en la gente", opinó Quiroga.

Bajo la conducción de Julián Weich, en "Expedición Robinson" compiten todos contra todos. No obstante, en la primera parte del desafío se enfrentan dos equipos. "Artificialmente se coloca a los participantes en situaciones grupales, pero son grupos donde falta lo que se llama grupalidad. Pueden tener objetivos coincidentes, pero no son comunes, y no hay identificación, sino parcial", explicó Quiroga.

Es un "como si" de grupo -sostuvo la psicóloga social-, pero no es el único supuesto que plantea la producción del ciclo. Para la periodista Norma Morandini "parece que hoy la única verdad es la mentira, en el sentido que hoy todo es como si".

"Como si el protagonismo, cuando lo único que hacemos en común con una gran audiencia es ver un determinado programa. Que no se piense que el único criterio de verdad sea la emoción, aunque no todo lo que emocione sea verdadero", reflexionó Morandini.

"Creo que en la medida en que nuestras vidas se vuelven más autistas -agregó-, la gran ficción, el gran `como si', es que pertenecemos a algo común que es lo que miramos todos, pero que a la vez es lo que nos va haciendo más individuos".

"En `Expedición Robinson' -continuó Quiroga- yo me puedo aliar con el grupo Sur, siendo del grupo Sur, para derrotar al grupo Norte, pero esa pertenencia -rasgo fundamental de lo grupal- está condicionada porque yo, además, tengo que derrotar a todos los integrantes del grupo Sur, siendo del grupo Sur".

Entonces, el elemento de control no sólo es sobre la calidad-sobrevivencia, sino de los unos sobre los otros, y el grupo aparece como vaciado, un "como si" de grupo, donde los lazos afectivos y de intereses comunes dejan de ser lo dominante.

"El grupo vaciado de los elementos centrales de la grupalidad es una metáfora de lo que en el proceso de reorganización de la producción se instaló como `círculo de calidad total', donde en apariencia se puede salir de la alienación del trabajo y la gente puede diseñar lo que produce, pero todos tienen la responsabilidad de la calidad, y todos se vigilan a todos", advirtió Quiroga.

Desde la revista Tres Puntos, Marcos Meyer razonó: "Fort Boyard (ciclo también conducido por Weich) puso en escena el funcionamiento ideal del capitalismo, con dos equipos que competían por un mercado (los premios) con reglas claras (la mano invisible) que les llegaban desde afuera, mientras un famoso y los conductores (representando a los consumidores) los alentaban a ganar sin trampas".

"Expedición Robinson es la apuesta en abismo de las reglas del capitalismo salvaje -comparó Meyer. Dos grupos de ocho personas elegidas tras un largo proceso de casting del que participaron siete mil postulantes, deben sobrevivir en un par de islas caribeñas. Y el hecho de que los grupos deban autodepurarse hace pasar todo abruptamente de Robinson a Darwin".

Teniendo en cuenta la historia literaria "Robinson Crusoe", la situación a la que remite el título del ciclo televisivo no es casual. Crusoe era un náufrago, en una isla desierta, enfrentando el terror de sobrevivir lejos de los humanos, y teniendo que dominar los rigores de la naturaleza.

Pasado un tiempo, y sobreviviente de las duras condiciones naturales, Robinson nota con alegría que hay presencia humana en su isla. Pero al instante concluye que los hombres que podrían significar su salvación son ni más ni menos que caníbales, y por lo tanto, pasan a convertirse en su terror principal.

Quiroga interpretó que "si lo que se instala en el mundo es la competencia despiadada, que también se instala en los lazos de la vida laboral, y esto impregna toda la vida social en un momento en que la precarización laboral ha precarizado la vida en su conjunto, Expedición Robinson es particularmente indicativo de una ideología".

Julián Weich no tiene la misma interpretación. "Este programa se viene produciendo hace cinco años y sería una pavada pensar que nosotros podríamos hacer un programa pensando que refleja el momento globalizador, porque sería como decir que `Fort Boyard' fue un paralelo con las Invasiones Inglesas, y nosotros no vamos más allá del rol de productores", planteó.

El productor original fue la cadena CBS, que inventó el envío llamado "Survivor" (Sobreviviente) como respuesta al éxito de su competidora ABC, cuyo dueño es Disney, que triunfó con su programa de preguntas y respuestas "�Quién quiere ser millonario?".

CBS vio compensado el redoble de apuesta cuando la cadena se hizo feliz acreedora de una audiencia calculada en 51 millones de personas, sentadas frente a la pantalla para la última emisión del ciclo, cuyo finalista se alzó con un millón de dólares y cuyo aviso publicitario de 30 segundos se cotizó en 600.000 dólares.

Mark Burnett, productor ejecutivo de "Survivor", analizó que "la estructura del juego generó alianzas tácticas entre los participantes que, oportunamente, debieron traicionarlas porque era uno solo el que podía alzarse con el botín".

La conducta le pareció a Burnett "simplemente una reacción muy normal en la dinámica de un grupo: sucede todos los días, en mi trabajo y en el de cualquiera".

Julián Weich, el moderador de los caníbales

Julián Weich, el conductor de "Expedición Robinson", cree estar haciendo un buen programa y que aunque hay muchas cosas con las que se puede manifestar desacuerdo, lo que opina la gente es que la propuesta del ciclo se entiende.

"Creemos que estamos haciendo un buen programa y que la gente lo entendió. Que eso no ocurriera era nuestro mayor miedo, porque el ciclo tiene muchas reglas y su formato es muy nuevo", comentó Weich.

Acerca de los comentarios deslizados por los participantes de "Expedición Robinson" a la hora de excluir a otro competidor, como "me parece que tiene que salir Laura, que es gorda" y "Guillermo porque es un hombre mayor", Weich opinó que "no podemos calificar si es lindo o feo lo que se dice".

"Hay muchas cosas con las que uno puede estar en desacuerdo, pero es la opinión de la gente. No podemos calificar si es lindo o feo lo que se dijo, aunque en la edición del material tratamos de dejar la menor cantidad posible de malas palabras", justificó.

"El rating aumenta programa a programa porque la gente va conociendo el desarrollo de cada personaje a medida que vive en la isla, adonde llevamos 16 personas, todas en condiciones de ganar", consignó Weich.

Más que el dicharachero conductor de "Sorpresa y media", otro de los ciclos de la productora Promofilm conducido por Julián, el rol de Weich como moderador de los desafíos de "Expedición Robinson" lo acerca a una especie de Jacques Cousteau neutro, quien con tono medido interpreta un documental.

"Por momentos, las condiciones en las que vive la gente son muy malas: tienen hambre y frío. Y yo no puedo ser muy blando por una cuestión de respeto por lo que están viviendo. Entonces trato de ser neutro o tener un clima de cierta frialdad", explicó.

"Para dar una idea -ejemplificó-, nos tocó un temporal de lluvia y la producción tuvo que reaccionar frente a esa situación, y adaptarla a lo que los participantes necesitaban".

Weich vio la versión estadounidense del "Big Brother", el programa en el que 60 cámaras filman las 24 horas a un grupo humano conviviendo en una casa cerrada. "Me resultó muy morboso, muy espía de la gente -dijo-. Y no es que me moleste `ver', sino el concepto de la cámara oculta y de la gente que es filmada las 24 horas del día". Pero aclaró que "aunque el formato del ciclo en los diferentes países es igual, depende cómo uno elija producir los contenidos: ellos te dan la caja y vos la llenás como quieras".

El formato de "Expedición Robinson" -género televisivo bautizado "reality game show" (juego-show documental)- fue creado por un inglés y usado por primera vez en 1997 en Suecia, país en donde el primer participante desclasificado terminó suicidándose. En la presentación que Canal 13 realizó a principios de octubre, Weich no pudo evitar hacer un crudo comentario: "Les tocó una persona que tenía fecha de vencimiento", ironizó.

Laura Korkoian es psicóloga asesora del área de casting de "The Real World", el ciclo del canal musical MTV que desnuda los secretos de los jóvenes norteamericanos, en formato de telenovela documental. Korkoian opina que para los jóvenes, "aparecer en el programa abre las puertas a la profesión de la celebridad: es el primer paso hacia el éxito", y tiene la impresión de que "el peor miedo de esa generación, después del miedo a la muerte, es el terror a no triunfar".

Norma Morandini y el "espiado voluntario"

La periodista y conductora Norma Morandini (actualmente a cargo de "Paradojas", por Canal 7) se declaró perpleja porque en esta sociedad hay tanta necesidad de ser mirado y de ofrecerse como "espiado voluntario" a cambio de dinero.

"Me deja perpleja esta sociedad donde hay una gran necesidad de ser mirado. Creo lo que dice Fernando Pessoa: "el que inventó el espejo envenenó el alma humana", opinó Morandini. "La televisión es como un espejo del alma humana, pero, encima, contaminado por el dinero, porque si voluntariamente admito ser espiado, es porque estoy buscando dinero", sentenció.

"�Qué da identidad hoy? �El ser mirado? -se preguntó Morandini. Se obtiene identidad social como sustitución de otros derechos que son negados, como el derecho al trabajo, la educación y el ser ciudadanos. Y hay otro sector que mira pasivamente para sorprenderse, juzgar, reírse y tener su entretenimiento".

La periodista analizó que "hoy los hechos y eventos masivos como un festival de rock son el `uno más uno', una sumatoria de individuos que se juntan sin interactuar. La sensación de comunidad, donde la plaza pública era el `otro' al que le tenías confianza, ha desaparecido, aunque ya son varias las personas que conozco que han vuelto a cantar en los coros", comentó.

"Un amigo me dijo `no sabés lo maravilloso que es escuchar tu voz resonar en la voz de los otros'. Me pregunto si éstas no son respuestas individuales a los procesos de no identificación", conjeturó.

"No puede ser que la libertad de expresión la tenga sólo el que es dueño de la expresión -continuó Morandini. Este debate se está dando en el mundo, pero acá no lo podés siquiera enunciar a riesgo de que te acusen de que buscás la censura".

En nombre de la tolerancia, existen para Morandini "nuevos clichés que actúan como censores muy poderosos, por ejemplo, el de que el televidente quiere ver eso. Pero, �quién sabe lo que quiere la gente?", desafió. "�De qué habla que mucha gente vea determinado programa? �De la calidad del programa o del estado psicosocial?", interrogó la periodista.

"Entonces sí funciona como una metáfora de lo que necesita el sistema en su perpetuación, porque aunque parezca arcaico hablar de enajenación o alienación -y ésta es la gran paradoja- en nombre de la libertad estamos esclavizados", enfatizó.

"En todo el mundo el debate hoy es la autorregulación, sobre todo hablando de la información, que no es un objeto de mercancía", confirmó Morandini.

"Recuerdo que en México DF una cámara oculta filmaba a la gente que compraba aire supuestamente no contaminado, atrapado en una bolsita de nailon, ante la mirada burlona del público. Pero en ese caso el problema no soy yo que te creo, sino vos que me mentís", remató.

Doña Rosa mira por el gran ojo de la cerradura

La productora de contenidos Promofilm ya introdujo "Expedición Robinson" en nuestra televisión, en tanto que en el primer trimestre del 2001 llegará "Big Brother" a Telefé. En ambos ciclos se espía el comportamiento de grupos humanos sometidos al rigor de la convivencia diaria.

Un género que cultiva la extraña relación entre el "espía" y el "espiado". Un "espiado" voluntario que ofrece su propia cotidianeidad como espectáculo, a riesgo de cierto grado de degradación se fue imponiendo en el cerebro de los productores televisivos a escala mundial como recurso muy efectivo para capturar audiencias masivas.

El productor ejecutivo del programa "Survivor" (Sobreviviente) original, Mark Burnett, sostiene que "el ciclo funciona como un drama sin guión que logró generar una corriente de conversación". El bien más codiciado son las audiencias verdaderamente masivas. El mecanismo empleado intentará entonces convertir los shows semanales en hechos que sus espectadores crean que no pueden perderse, porque luego serán motivo de charla y crearán un vínculo social.

El francés Dominique Wolton teoriza que "es el milagro de un agrupamiento de públicos a los que, por lo demás, todo separa y distingue", agregando que "el único espectáculo para el gran público es la TV, al mismo tiempo una de las formas sutiles de esa solidaridad diáfana que se instaura entre individuos, separados por todo y que sólo comparten el estar viendo al mismo tiempo (por razones diferentes y de modo diferente) imágenes que han aceptado mirar, lo cual crea una comunicación un poco extraña, pero probablemente típica de nuestra sociedad individualista de masas".

Por estos días, las grandes productoras mundiales pergeñan algunos nuevos engendros. La cadena estadounidense NBC, subsidiaria de General Electric, anunció el lanzamiento de "Cadenas de amor", cuyos participantes deberán pasar cinco días esposados, salvo en los momentos de bañarse o liberar esfínteres.

El "yugo del matrimonio" estará protagonizado por "una Eva y cuatro Adanes", y viceversa, quienes van descartando de a uno a sus pretendientes. Al vencimiento del contrato, el seleccionado/a se hace acreedor/a a dinero y sexo, ya que se lleva al otro individuo ía una "cita de placer" (í!) La cadena ABC ya estrenó sus historias clínicas "Hopkins" -cuyo material fílmico se obtiene de intervenciones quirúrgicas- y se apresta a lanzar "The Mole" (El topo), ciclo en el que un grupo de personas debe descubrir a un traidor.

La Fox trama dos series: "El soltero más sexy de los Estados Unidos", en la que competirán 50 hombres por 100.000 dólares, y "Bootcamp", donde un sargento prueba en entrenamiento militar a un grupo de civiles.

Confesiones de asesinos grabadas por fiscales de distrito (material utilizado como información pública en virtud de que sus juicios han concluido) coronan por estos días la máxima aspiración de otros ejecutivos, que ya lanzaron al mercado la señal de cable Court TV, que emitirá las 24 horas historias de violaciones y descuartizamientos.

Celia Carbajal (Télam).