Akiro es la apuesta del Jomar
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Desde 1992, el haras Jomar cría sangre pura de carrera en su espectacular establecimiento ubicado en Recreo. Con importantes padrillos y yeguas madres Jomar apunta muy alto.
Pocos kilómetros luego de Recreo y cinco al oeste de la ruta nacional 11 emerge el imponente haras Jomar, que desde 1992 nutre de magníficos caballos a los distintos studs de nuestra zona.
Gitanesco, El Gauchito, El Picador, Golfito y York Love, entre otros, fueron ejemplares que vieron la luz en Jomar y lograron imponerse en Las Flores, sumados a éxitos porteños alcanzados por Westher, Embajadora Toss y el mismo Golfito.
Con 166 hectáreas muy bien cuidadas y sembradas se dispone de distintos sectores para dividir por sexo y edad a los productos que en buen número, nacen año tras año en el haras.
Con cuatro confortables padrilleras, sector de duchas, grandes parideras y más de 40 boxes, la comodidad y el espacio necesario para la crianza de un sangre pura de carrera están garantizados. De ahí los muy buenos ejemplares que compiten en nuestros hipódromos.
El notable Akiro es sin dudas el futuro de Jomar, ya que en él descansan los anhelos de la gente del haras. Con una magnífica campaña en las pistas, el hijo de Saint Sever y Nipona llegó al haras a fines del 98, alcanzando a cubrir algunas yeguas, cuyos productos nacieron en el 99 y que para fines de 2001 ya estarán en las pistas, siendo ésa su primera generación, donde ya hay varios que por físico y pedigrí son grandes promesas.
En una extensa campaña, Akiro alcanzó 13 victorias, incluido un gran premio de grupo uno, como el Comparación, sobre 2.500 metros. Además el zaino se impuso en la arena, en la carrera más importante de Palermo, como el gran premio República Argentina, carrera en la cual fue distanciado en fallo muy discutido, en favor de Lazy Lode, caballo que actualmente reside en los Estados Unidos, donde ya realizó una campaña brillante.
En su haber se cuenta dos veces en el clásico Otoño (G II), carrera en la cual batió el récord de la distancia, marcando increíbles 1 minuto 59 segundos 13 centésimas para los dos kilómetros de arena.
Saint Sever padre de Akiro nació en Francia en 1977 y tras tres victorias en ese país fue importado a nuestro país por el por entonces haras líder del país y Sudamérica como el Ojo de Agua, donde dejó muchos hijos ganadores como Romanee Conti, Bianca María, Muktar y Navigator, entre otros.
Su madre Nipona hija de Babas Fables y nacida en Ojo de Agua alcanzó ocho victorias en Palermo, San Isidro y La Plata, produciendo con Egg Toss a otro gran caballo como fue Nippon Toss, mientras que de su cruce con Just in Case nació The Jap ganador de cuatro carreras.
Sin ser un ejemplar de gran físico lo que caracterizó a Akiro a lo largo de su campaña fue su gran corazón, sobre todo en finales donde parecía todo perdido, pero en los cuales sacaba a relucir toda su clase y categoría ante los mejores exponentes de la época. Esta fue una gran esperanza para transmitir a sus vástagos, que de heredarlo seguramente serán dueños de un enorme futuro.
Entre sus proezas son muy recordados los duelos con el caballo El Compinche (Southern Halo), ganador de las Estrellas Classic, en dos temporadas, y considerado uno de los mejores de los últimos tiempos en nuestro país.
York Shire (Pepenador) fue el padrillo fundador de Jomar, pero sin dudas el que más satisfacciones le ha otorgado fue El Embajador, que además de ser dueño de un sorprendente físico es casi hermano entero del mejor padrillo argentino de los últimos tiempos (Fitzcarraldo). Ambos son hijos de Cipayo y sus madres Stall Only (Fitzcarraldo) y Stall News (El Embajador) son propias hermanas, mientras la por estos días gloriosa Tanti Auguri (madre de Guarachero, ganador del último Pellegrini) también es hija de Cipayo y Stall Only.
Con cuatro generaciones en las pistas, El Embajador produjo ganadores como: Tiberona, Niña Reina, Rianjo, El Picador, Westher, Embajadora Toss, Golfito y Reñagol, entre otros, quedando muchos ejemplares por venir, que seguramente seguirán dando satisfacciones.
Más allá de los magníficos sementales, el plantel de yeguas madres tiene antecedentes de primera línea, que además es renovado constantemente, con miras al constante mejoramiento del elevage, que sin dudas es presente y futuro para el éxito de todo haras.
En Jomar notamos un trabajo serio, desde los directivos, pasando por veterinarios, entrenadores, capataces y peones, por lo que creemos que, como sucedió a lo largo de su vida, las sedas negras y oro seguirán cosechando logros.
Juan Raúl Moncada