EE.UU. y el Reino Unido atacaron Irak
| |
El Pentágono calificó de "rutina" el ataque perpetrado ayer, aunque ha sido el mayor llevado a cabo desde hace mucho tiempo y que por su envergadura necesitó de la aprobación formal del presidente Bush.
Washington (EFE). - Estados Unidos y el Reino Unido atacaron ayer cinco centros iraquíes de control, mando y comunicaciones para destruir la cada vez más eficaz defensa antiaérea de Irak.
El ataque de 24 aviones F-15, F-16 y F-18 de los dos países se planificó cuidadosamente y el presidente estadounidense, George W. Bush, aprobó el jueves la operación, que se llevó a cabo mientras se entrevistaba con su colega mexicano, Vicente Fox, en el rancho de San Cristóbal.
El teniente general Gregory Newbold, director de operaciones de la Junta de Jefes del Estado Mayor Conjunto dijo, en rueda de prensa en el Pentágono, que el ataque cumplió con el objetivo y que no hay previsto bombardeos adicionales.
La operación duró en total dos horas y 20 minutos, comenzó a las 16.20 GMT y concluyó a las 18.40 GMT y se utilizaron bombas "inteligentes" de largo alcance contra cinco puestos de comando, control y comunicaciones, incluidos algunos en los alrededores de Bagdad.
En los últimos días, los aviones estadounidenses y británicos llevaron a cabo otras dos operaciones militares de castigo de rutina, pero de mucha menos intensidad.
El vicealmirante Graig Quigley señaló, por su parte, que los 24 aviones partieron de un portaaviones destacado en el Golfo Pérsico y de bases en tierra que no especificó.
Esos aparatos se utilizan normalmente en las operaciones de rutina de patrulla en el sur de Irak, afirmó Quigley.
El ataque fue la respuesta del Pentágono "a la acumulación durante cierto tiempo de la mayor frecuencia y calidad técnica de la defensa antiaérea iraquí", dijo el teniente general Newbold.
Agregó que el Pentágono desconoce el origen de los sistemas de radares y comunicaciones utilizados por Irak y que pueden proceder de fabricantes y países diferentes.
También afirmó que el Pentágono considera que la operación ha cumplido con el objetivo, que era "degradar y disminuir la capacidad de defensa antiaérea de Irak para coordinar ataques contra nuestros aviones".
El incidente ocurrió dos días después que el secretario de Estado, Colin Powell, hablase con el secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, quien se apresta a una nueva ronda de conversaciones con el gobierno de Irak.
Powell, quien fuera jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos durante la Guerra del Golfo en 1991, dijo tras su entrevista con Annan que el presidente de Irak, Saddam Hussein, debería permitir el retorno de los inspectores de las Naciones Unidas para que verifiquen el desarme iraquí.
Fuentes del Pentágono indicaron que los ataques tuvieron como objetivo instalaciones del sistema de radar de la defensa iraquí y se hicieron en "represalia" porque los radares iraquíes han aumentado su eficacia en el seguimiento de los vuelos de los aviones estadounidenses en la zona de exclusión en el sur del país.
Estados Unidos y el Reino Unido impusieron su control sobre dos franjas del espacio aéreo de Irak después de la Guerra del Golfo en 1991.
Según Washington y Londres, la zona de exclusión al norte del paralelo 36 protege a la minoría kurda, y la zona de exclusión al sur del paralelo 33 defiende a la minoría chiíta de ese país.
Según una fuente militar estadounidense la "agresión" iraquí consistió en la fijación de los radares en aviones que patrullaban la zona de exclusión.
Estados Unidos y el Reino Unido consideran, de acuerdo con sus propias reglas de combate, que eso es un gesto agresivo porque precede al disparo contra los aviones, y por ello actúan "en defensa propia" cuando destruyen los radares iraquíes.
Moscú (EFE). - El bombardeo estadounidense y británico de Irak causó hoy la irritación del Kremlin con la Casa Blanca y azuzó los ataques de los militares rusos contra Estados Unidos, al que acusaron de actuar como "el gendarme del mundo".
Mientras, políticos liberales en Moscú calificaron el ataque a Irak de un mensaje dirigido también a Rusia para "demostrar" quién dicta las normas en el nuevo panorama internacional propugnado por la administración del presidente estadounidense, George Bush.
El vicepresidente de la Duma y diputado liberal Vladimir Lukin indicó que, con el bombardeo, EE.UU. ha lanzado un triple mensaje.
En primer lugar a Medio Oriente: "No penséis que nos marchamos, estamos preparados para seguir ocupándonos de vuestros asuntos". También a los aliados de Washington en Europa y la OTAN: "No os tenemos por qué consultar nuestros actos". En tercer lugar, según Lukin, el ataque contenía una advertencia a Rusia: "Andaos con cuidado".
Bagdad (EFE). - La capital iraquí hace hoy recuento de las víctimas y daños causados en el ataque de anoche por aviones británicos y estadounidenses contra objetivos en el sur de Bagdad, que, provisionalmente, se eleva a dos muertos y 25 heridos, según el Ministerio de Sanidad de Irak.
El presidente iraquí, Saddam Hussein, presidió tras el ataque una reunión de urgencia del Consejo del Comando de la Revolución (CCR) y de la dirección del gobernante Partido Arabe Socialista Baaz en la que se acordó que "Irak luchará por tierra, mar y aire contra la criminal agresión estadounidense hasta la victoria final".
"La nueva agresión reafirma que Estados Unidos ha estado planeando y actuando junto con el ente sionista (Israel) para continuar su agresión contra Irak, que ya ha durado diez años", señaló el comunicado.
El ataque demuestra que la nueva Administración estadounidense del presidente George W. Bush pretende mantener una política de mano dura contra el régimen del presidente Saddam Hussein.
Esta nueva acción militar ha coincidido con la decisión de Washington de aumentar la ayuda financiera a los grupos iraquíes de oposición que intentan desde dentro del país derrocar al gobierno de Bagdad.
Anoche fue la primera vez que aviones estadounidenses y británicos bombardearon Bagdad desde diciembre de 1998, cuando se desarrolló la Operación Zorro del Desierto, y la primera acción militar que ordena George W. Bush, desde que asumió el cargo de presidente de Estados Unidos el pasado 20 de enero.
Desde el final de la Guerra del Golfo Pérsico de 1991, cazabombarderos estadounidenses y británicos patrullan a diario las "zonas de exclusión aérea" impuestas por Londres y Washington en el norte y el sur de Irak, y realizan frecuentes ataques contra objetivos iraquíes en esas áreas.
Desde la operación Zorro del Desierto, las sirenas que advierten de los ataques aéreos sólo se habían oído en Bagdad en otra ocasión, en febrero de 1999, pero la capital no fue bombardeada.
El ataque sucedió minutos después de que empezaran a sonar las alarmas antiaéreas y las baterías situadas en diversos puntos de la ciudad comenzaran a disparar balas trazadoras.
Diferentes corresponsales de prensa visitaron cuatro importantes hospitales de Bagdad donde vieron al menos una docena de personas de ambos sexos heridas, que según fuentes hospitalarias eran víctimas de los bombardeos.
Entre las víctimas aparecidas en televisión se encontraban una anciana, tres niños y varios adultos, cuyas imágenes, transmitidas en directo según la emisora, se intercalaron con himnos patrióticos.
La prensa oficial iraquí reaccionó hoy de forma desafiante y advirtió de que el ataque será vengado. También criticó duramente al nuevo presidente de Estados Unidos al que llama "hijo de la serpiente" y recuerda que fue su padre, cuando ocupaba la Presidencia de EE.UU., quien dirigió la Guerra del Golfo contra Irak en 1991.
"Le daremos a la nueva administración estadounidense y al ente sionista (Israel) una lección de Yihad (Guerra santa) y resistencia", avisa en su editorial de primera página el periódico Qadisiya.