Arturo Uslar Pietri, uno de los más destacados pensadores del siglo XX en Latinoamérica, falleció a los 94 años en su casa de Caracas la noche del lunes, a causa de un infarto, y fue sepultado ayer en el Cementerio del Este de la capital venezolana, con una ceremonia menos sencilla de lo que él mismo hubiera querido.

Las exequias estuvieron a cargo del cardenal Ignacio Velasco, arzobispo de Caracas, y asistieron su hijo, Federico Uslar Braun, y personalidades venezolanas como los ex presidentes Luis Herrera Campins y Rafael Caldera y el director del diario "El Nacional" de Caracas, Miguel Henrique Otero, rotativo de que el fallecido fue director entre 1969 y 1975.

Nacido en Caracas el 16 de mayo de 1906, Uslar Pietri estuvo muy vinculado a los avatares de la historia nacional, latinoamericana e internacional, puesto que su formación transcurrió en un momento deefervescencia de las vanguardias literarias, y sus años de juventud los vivió en la convulsionada Europa de entreguerras.

Además de escritor y periodista, fue tres veces ministro, hasta que se retiró oficialmente de la política en 1945, aunque siempre tuvo un pie en la arena política, lo que le valió un exilio de cinco años en Nueva York por sus ideas.

Uslar, el político, siempre insistió en la necesidad de que su país, dependiente del crudo, sembrara el petróleo, frase célebre con la que resumía la necesidad de diversificar la economía venezolana y convertirla en cultura y bienestar para los ciudadanos.

José Vicente Rangel manifestó a EFE que el escritor, "fue una voz que siempre alertó al país, y que si se le hubiera tomado en cuanta nos hubiéramos evitado muchos fracasos".

Colaboró durante varios años con la Agencia EFE con su columna titulada Pizarrón, que publicó semanalmente desde 1946 en "El Nacional" y numerosos periódicos de habla hispana.

Sus actividades literarias las abandonó hace tres años, tras quedar casi ciego, lo que no le impidió mantener hasta el final su lucidez intelectual, pese a que los dos últimos meses un cáncer óseo hacía presagiar su final.

La obra de Uslar, en especial su novela más conocida, "Las lanzas coloradas", publicada en Madrid en 1931 y considerada por la crítica una de las grandes novelas de la literatura hispanoamericana, lo pone al lado del otro gran intelectual venezolano del siglo XX, Rómulo Gallegos, autor de "Doña Bárbara", considerada la obra cumbre de la literatura nacional.

Entre su obra narrativa, enriquecida por la poesía, el teatro y el ensayo, destacan "Barrabás y otros relatos" (1928), "El camino a El Dorado" (1949), "El laberinto de la fortuna" (1964), "La otra América" (1974), "Oficio de difuntos" (1976), y "Godos, insurgentes y visionarios" (1985).

Entre otros premios de su dilatada trayectoria en el mundo literario destacan el Príncipe de Asturias de las Letras en 1990 y el Rómulo Gallegos en 1991 por "La visita en el tiempo" (1990).

El escritor Salvador Garmendia, autor de "La mala vida", declaró a EFE que "Uslar Pietri representa a varias generaciones de escritores en América Latina", y que "su ausencia se notará cada vez más y será cada vez más sensible, porque el vacío que deja no lo puede llenar ningún escritor".

El también hombre de letras local Gabriel Jiménez Emán, que revisó la obra de Uslar y otros pensadores venezolanos en su ensayo "El lúcido ejercicio de la nostalgia" (1997), dijo a EFE que "hizo una profunda meditación sobre el presente y el destino de nuestra historia y de nuestra cultura, especialmente la del siglo XIX".