Budas afganos bajo el bombardeo de obuses
Kabul (AFP). - Las antiguas y valiosas estatuas budistas de la provincia de Bamiyán (centro de Afganistán) se encontraban hoy bajo el fuego graneado de la milicia Talibán (en el poder) mientras el mundo contemplaba horrorizado tal destrucción.
Fuentes talibanas y de la oposición indicaron que los milicianos estaban atacando con cohetes, tanques y armas automáticas a dos budas de piedra gigantescos tallados en la roca entre los siglos II y V A.C.
"Han comenzado a atacar a los budas con revólveres, tanques, todas las armas que llevaban consigo", indicó una fuente de la milicia que pidió conservar el anonimato.
Soldados talibanes empezaron ayer a destruir todas las estatuas del país obedeciendo a un decreto promulgado el lunes por el líder supremo, el molá Mohammad Omar, para quien la decisión está de acuerdo con la norma que prohíbe la adoración de "falsos ídolos".
La milicia también empezó a almacenar explosivos alrededor de los dos budas, pero parece que los comandantes locales tomaron la situación bajo su responsabilidad antes de que las estatuas sean dinamitadas.
El ministro de Información y Cultura, Qudratullah Jamal, indicó ayer que las históricas estatuas del museo de Kabul, así como las de las provincias de Ghazni, Herat, Jalalabad y Kandahar, también estaban siendo destruidas.
La ola de protestas de la comunidad internacional no logró detener la destrucción de los budas de Bamiyán, de 50 y 34,5 m. de altura respectivamente.
Tallados en la piedra de una montaña cercana a la capital provincial, la figura más alta es el mayor buda de pie del mundo.
Desde que estallaron los enfrentamientos del mes pasado en la provincia de Bamiyán, los periodistas no pueden acceder al lugar y actualmente los talibanes prohibieron la presencia incluso de los residentes locales.
"Estoy conmocionada al enterarme de lo que está ocurriendo", dijo Brigitte Neubacher, coordinadora de la sociedad con sede en Islamabad para la preservación del patrimonio cultural afgano.
Llamados para conservar las estatuas han llegado de Estados Unidos, Francia, Alemania, Tailandia, Japón, Sri Lanka, Nepal, Irán, Pakistán, Rusia, India, Malaisia, la Unión Europea, las Naciones Unidas y muchos museos y organizaciones budistas.