Es de esos tipos que ya no se ven. Bohemio, soñador, siempre con la sonrisa dispuesta y las ganas de pasarla bien. A Ricardo Zapata me tocó conocerlo en el Diario, cuando fue colorista del suplemento escolar en la década del '80 y uno de los organizadores del Salón Santafesino del Humor y la Historieta y del inolvidable Interprensa de 1982. Su presencia aseguraba, por sí sola, la posibilidad cierta de pasarla bien. Y después de muchos años, la necesidad de contar la experiencia de su viaje a México ("hacía 50 años que soñaba con conocerlo") permitió que volviéramos a disfrutarlo.

No se puede empezar a hablar de México sin mencionar el efecto de la contaminación ambiental. "A mí me afectó la garganta, sentía mucha picazón en la vista y un poco de disfonía. Si a eso le sumamos que en el Distrito Federal hay 100.000 taxis, que el Metro tiene un recorrido de 400 kilómetros con ocho ramales y que viajan 4.500.000 personas por día, se pueden dar cuenta de la magnitud que tiene esa ciudad".

El hecho de haber compartido buena parte de sus horas en México con dos santafesinos triunfadores como "Pepe" Pérez Schechtel (otro ex compañero de tareas en El Litoral) y con Mario Púpparo, le permitió tener siempre presente a la ciudad y a su gente. "Pepe está trabajando desde hace once años para el gobierno, haciendo estudios sobre la realidad social del país. Púpparo es conocido como Ian Simmons, e hizo el famoso tema Amor a la Mexicana, que canta Thalía, que se convirtió en un verdadero éxito. Él era de Villa María Selva y hace 18 años que está en México, pero no se le despegó el vos ni el loco, que es tan habitual de los santafesinos".

Zapata piensa un instante cuando le preguntamos el verdadero motivo de tanta ambición por conocer México, y dice que "se debe a motivos espirituales, pero dejalo ahí", y sigue su narración: "el mexicano es un tipo solidario y atento. La inseguridad existe como en las grandes metrópolis, pero me impactó mucho conocer Televisa y el imponente edificio donde se filman las telenovelas".

Las sorpresas se dieron con cuestiones vinculadas a la historia y al nacimiento de México. "Todavía se conservan las piedras... Toqué la carroza de Maximiliano II en el Palacio de Chapultepec y transité el camino que recorrieron los niños héroes que resistieron el ataque de las fuerzas norteamericanas, siendo famosa aquella anécdota del que se tiró del castillo de Chapultepec envuelto en una bandera mexicana antes que rendirse".

A propósito, resaltó la capacidad de los mexicanos para defender su patrimonio cultural. "Ellos le dan un valor que, quizás, nosotros no le brindamos. Son muy celosos, y como son una raza pura y no un crisol de razas, como pasa en nuestro país, esto agiganta la defensa de todo lo que tenga que ver con la historia mexicana".

Viajar a México, para muchos, puede ser algo cotidiano, o de divertimento y recreación si decide hacerlo a las famosas playas. Para Ricardo Zapata fue el sueño cumplido de 50 años y la satisfacción de haberlo concretado.