Pantallas y Escenarios: PAN-01

Entre los caminos de la miseria


El cine argentino se está pareciendo por fin a sí mismo. Poco a poco las producciones del interior le están haciendo honor a ese nombre que hasta ahora siempre definió al cine porteño. Ahora le toca el turno a Tucumán, en un filme que también abarca escenarios de La Rioja y Catamarca. Esto se ha visto en mucho cine nacional filmado desde Buenos Aires, pero y aunque parezca mentira, el punto de vista es distinto y eso se ve y se hace con una naturalidad difícil de ser adquirida.

Cabecita rubia relata en clave, entre grotesca y documental, las andanzas de un cierto personaje, a la sazón el mago Tulan, y los caminos infinitos que recorre en medio de un árido paisaje, tan desolado como su mundo afectivo. El es el cabecita del título. Ostenta un peluquín teñido al cuidado de su asistente Marta, que se ocupa de presentarlo y asistirlo. Vienen de lejos y ya no les queda amor sino resentimiento, y mientras ella vive recordando su pasado de trapecista, él busca reemplazarla en la primera oportunidad.

Es una película de caminos, sólo alternados con bares de mala muerte y las funciones circenses, en donde nuestro mago de cuarta realiza sus pobres presentaciones. Una galería de personajes extraños van a desfilar en el metraje, desde un travesti que se incorpora a la "compañía", como un enano, una dulce y linda muchachita que terminará siendo vendida a un prostíbulo y hasta unas monjitas gemelas capaces de darle un aventón a un necesitado.

El filme es un muestrario de seres derrotados por la vida y la pobreza, pero también de cómo algunos sucumben a sus propias miserias y otras la enfrentan sin contar con la esperanza pero sí con el deseo de acercarse a ella, torciendo sus míseros destinos. En esta confrontación reside lo mejor del filme, que si bien deja prevaleciendo una mirada escéptica, lo hace acompañando una infinita ternura por estas criaturas, aun las de menor merecimiento para obtenerla.

Y entre ellos está este mago en manos de Eusebio Poncela, un actor que se mete tanto en su papel, que es casi inconcebible imaginar a la película sin él. Lo vemos cometer los actos más repulsivos, pero en su mirada está el desafío del tiempo, de la suerte, de los amores muertos. No sabemos de dónde viene, pero sí que su destino será distinto. Es una pregunta que cierra el filme de Sampieri y que entre algunas desprolijidades narrativas y mucha convicción en el planteo, hace coherente esa búsqueda de sí mismo, que a veces se hace antes de suicidar la conciencia.

"CABECITA RUBIA"


(Argentina, 2000). Dirección: Luis Sampieri; guión: Eduardo Leiva Muller y L. Sampieri; fotografía: Francisco Domínguez; música: Pablo Sala; montaje: Liliana Nadal. Intérpretes: Eusebio Poncela, Micky Ruffa, Gabriela Pal, José Luis Martínez y Noemí y Liliana Serantes; duración: 90m. Presentada por su director en el auditorio ATE.

Calificación: TRES PAJARITOS

Juan Carlos Arch