Sucesos: SUCE-06

Red de testigos


Buenos Aires.- La cónsul boliviana en Buenos Aires María Esther Suárez se mostró indignada por la muerte de una mujer de su país y su pequeño hijo, quienes presumiblemente fueron arrojados de un tren en la ciudad bonaerense de Avellaneda sólo por su nacionalidad y por estorbar a un pasajero.

En diálogo con Télam, la cónsul María Esther Suárez dijo estar indignada por la muerte de Marcelina Meneses, de 31 años y su bebé de 10 meses, el 10 de enero último, y adelantó que a través de radios de la colectividad boliviana en Buenos Aires pedirán testigos del caso.

"Recibí la noticia con indignación. Como boliviana y como autoridad estoy indignada", dijo la cónsul. Suárez también agregó que no sabe a qué obedece la discriminación que sufren los habitantes de su país.

"Hablé con el fiscal, y él me dijo que necesita testigos y que está investigando", relató Suárez.

"Nosotros vamos a colaborar. Vamos a movilizarnos y solicitaremos testigos a través de radios con llegada a nuestros compatriotas", agregó.

El principal obstáculo para esclarecer la muerte de Meneses y su hijo es que hasta el momento hay un solo testigo del hecho, a pesar de que cuando se produjeron las muertes, el tren estaba repleto de gente.

La investigación del caso, calificado como "averiguación causales muerte", la realiza el fiscal en lo criminal de Lomas de Zamora Andrés Devoto, con policías de la Delegación de Investigaciones de esa zona.

Según el testigo, cuando murió Marcelina Meneses, de 31 años, acompañada de su bebé de 10 meses Alejandro Josua Torres, se dirigía en tren al Hospital Fiorito de Avellaneda para hacerse atender de un cuadro alérgico.

Eran más de las 9 del 10 de enero pasado cuando -según el testigo- la mujer, cargada de bolsos, viajaba junto a su bebé en un vagón de un tren que se aproximaba a la estación de Avellaneda.

La mujer vivía con su marido albañil en una casa de la localidad de Ezpeleta, en el partido bonaerense de Quilmes, y había llegado a la Argentina hace cinco años.

Xenofobia


Según el relato del testigo, la mujer que se aprestaba a bajar en la estación Avellaneda se llevó por delante a un pasajero, y lo rozó con sus bolsos. Luego empezaron los insultos.

"Boliviana de mierda, no mirás cuando caminás", reprochó a la mujer el pasajero que había sido rozado, según relató el único testigo del caso.

Tras el insulto se generó una polémica entre los pasajeros.

"Algunos agregaron otras frases discriminatorias, y otros testigos defendieron a la mujer y criticaron a los xenófobos", dijeron fuentes de la investigación consultadas por Télam.

El único testigo del caso, por ejemplo, defendió a la mujer y cuestionó además que nadie le haya dado el asiento a pesar de que tenía el bebé en brazos y estaba cargada con bolsos.

En la investigación se determinó que un grupo de personas que estaba cerca de la puerta del vagón del tren agregó insultos contra la mujer boliviana.

Cuando el tren se aproximaba a un curvón, y Meneses con su hijo estaban en la puerta del vagón, el único testigo del caso, escuchó cómo una de estas personas le decía a un compañero de trabajo: "¿Qué hiciste, la empujaste, hijo de puta?".

Según las fuentes, el testigo declaró que al escuchar lo que pasaba, un guarda del tren exclamó: "Otra vez los bolivianos haciendo quilombo. Yo me voy a la mierda".

Luego el tren llegó a la estación de Avellaneda, y muchos de los pasajeros del vagón bajaron.

Recién pasado el mediodía, los cuerpos de Meneses y su hijo fueron hallados al costado de las vías, y se inició la investigación policial y judicial.

Lo curioso es que un solo testigo declaró en el caso y ninguno de los otros pasajeros del vagón lo hizo. (Télam).