Economía: ECON-05

Buscan evitar que las automotrices se desmantelen


"Cuando en 1990 la industria tocó fondo con una producción anual de 90.000 vehículos, pocos fueron quienes quisieron, en ese entonces, transitar el camino de la concertación como salida válida de la crisis. El sindicato fue el motor de esta iniciativa; las razones eran obvias: las fuentes de trabajo estaban en peligro y, con ello, nuestro medio de vida familiar y la dignidad como trabajadores".

Tales afirmaciones pertenecen al titular del gremio mecánico local Jorge Cura cuyos afiliados se ven afectados por la crisis del sector, traducida en nuestra región en caída de ventas, cierres de concesionarias y despidos de personal.

El directivo recordó que durante los años de vigencia del acuerdo para la reactivación de la industria automotriz firmado en 1991, a raíz de su implementación, volvieron al país Fiat y General Motors y se producían nuevas inversiones como las de Toyota Argentina y numerosas autopartistas. A esto -y también con la insistencia de Smata- se sumó el Plan Canje con el que se movilizó el mercado interno y fue renovado el parque automotor con el consiguiente aumento de los servicios y el trabajo en concesionarias y talleres.

"Todo esto -dijo Cura-, es historia". El panorama actual, por el contrario, es que, del récord de 480.000 autos fabricados en 1998, se bajó a 360.000 en el año 2000 y para este año se prevé una producción de 220.000 vehículos. En esa misma proporción también cayeron los puestos de trabajo, lo cual repercute en la organización interna del sindicato y su obra social por la consecuente y considerable caída de los aportes.

Concertación


En otro tramo de la entrevista, manifestó que sobrevino el desorden y, nuevamente, el gremio enarbola la bandera de la producción nacional a través de la concertación, motorizando reuniones con todos los sectores y gremios para proponer al gobierno medidas que puedan revertir la crisis. Esto lo ha canalizado mediante la creación del Foro Permanente para la Reactivación de la Industria Automotriz.

Sin embargo, para el gremialista "algunas terminales no están a la altura de las circunstancias y el ejemplo más claro de ello lo ha dado la empresa Renault". Cura sostuvo que la fábrica intenta, aunque ahora lo desmiente, "transformar su planta en una armaduría donde se ensamblarían autos con piezas importadas, violando todos los acuerdos internos y con el Mercosur que exige, por lo menos, un 30% de integración de piezas nacionales".

"De tener éxito en su propósito -expresó- Renault terminará despidiendo a casi 1.000 trabajadores de la planta de Córdoba, provocando consecuentemente la baja de otros cientos de operarios en las empresas autopartistas".

Ante ello, el gremio fijó posición en el sentido de no permitir el desmantelamiento de esa industria automotriz en la Argentina y así lo demuestra lo hecho con Ford, DaimlerChrysler y Volskwagen con la cuales se acordó la estabilidad laboral para los trabajadores de esas plantas, como mínimo, hasta marzo de 2002; o con Toyota, para respetar el convenio colectivo firmado con la Smata, desde su instalación en la Argentina, y no producir despidos.