La ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, y el ex titular de Obras y Servicios Públicos Roberto Dromi mantuvieron, por separado, un áspero duelo verbal en torno de la privatización de Aerolíneas Argentinas, que llevó adelante el ex funcionario durante el gobierno anterior.

Así, mientras Dromi juzgó "perfecto" el proceso de traspaso de la compañía y argumentó que si el "niño no aprende inglés, la culpa no la tiene el partero", Bullrich le negó al ex funcionario "autoridad" para discutir este tema y lo definió como el "símbolo de lo que han sido las malas privatizaciones" en el país.

"El partero sacó mal (al niño)", ironizó la ministra y, tras considerar un "desastre" la privatización de Aerolíneas, denunció que Dromi recurre a "mentiras" para defenderse. A la polémica se sumó el titular del gremio de los aeronáuticos (APA), Ariel Basteiro, quien calificó de "caradura" al ex ministro del gobierno de Carlos Menem y lo acusó de "mentir" en las argumentaciones para defender el traspaso de Aerolíneas a manos españolas.

Al romper el silencio que se autoimpuso durante largo tiempo, Dromi reivindicó su gestión como privatizador de la línea de bandera argentina. Lo hizo en una nota de opinión el jueves pasado y ayer, en diálogo con el programa Sábado Tempranísimo de radio Mitre. Tras responsabilizar a los españoles y a fallas en los organismos de control por la crisis de Aerolíneas, el ex funcionario arremetió contra Bullrich.

La ministra "se equivoca si cree que hay que forzar a los sindicalistas" a aceptar un "pacto de ajuste" como el que quiere imponer la Sepi, disparó y agregó que "en vez de apoyar a los trabajadores, los quiere echar de los sindicatos".

La reacción de la funcionaria fue inmediata: "La persona a la que uno le podría escuchar consejo no es Dromi", replicó y sostuvo que la de la línea de bandera "fue una de las peores privatizaciones y así está visto por todos".

"Dromi -descalificó- no es una persona con autoridad para hablar sobre este tema".

Por su parte, el ex ministro de Menem negó que hayan existido coimas en el proceso de traspaso de la compañía.

"Yo respondo por los actos de mi gestión, que llegan hasta el 13 de enero de 1991", aclaró y afirmó no tener inconveniente de presentarse ante la Justicia, si así es requerido. "Que me citen a declarar mañana. ¿Qué inconveniente tengo yo?", desafió el ex funcionario e insistió en que "son los españoles" quienes "no cumplieron" con las garantías que dijo haber impuesto en el contrato de privatización, y culpó también a los organismos de control. Por otra parte, el ex ministro sostuvo que, para salvar a la aerolínea, el presidente Fernando de la Rúa debe "tomar una decisión política y hablar" con el jefe del gobierno español, José María Aznar.

Y agregó que el presidente tendría que instruir a su ministro de Economía, Domingo Cavallo, y el canciller Adalberto Rodríguez Giavarini para que mantengan negociaciones en torno de esta cuestión con sus pares españoles.

Más allá de los fuegos de artificios, y en relación con la situación actual de Aerolíneas, Bullrich instó a la empresa y a los dos gremios que aún no firmaron el Plan Director propuesto por la Sepi a que "terminen de sentarse, y se termine de construir un plan para los próximos tres años".

En la misma línea, el flamante portavoz del gobierno, Juan Pablo Baylac, convocó a los dirigentes gremiales a "un gesto de solidaridad" para resolver el conflicto y reclamó al titular de la Asociación de Personal Técnico Aeronáutico (Apta), Ricardo Cirielli, "que se siente a la mesa" de la negociación y "se deje de joder".