El vocero del gobierno, Juan Pablo Baylac, apeló hoy "a la sensibilidad" de los dirigentes sindicales para que eviten, con las movilizaciones en el aeropuerto internacional de Ezeiza "afectar los derechos de otros trabajadores", en tanto aseguró que el gobierno no tiene una actitud represiva hacia los manifestantes.

"El gobierno no reprime, pone orden, ya que su deber es garantizar la igualdad de los derechos", dijo Baylac en conferencia de prensa que ofreció en Casa de Gobierno.

Baylac volvió a descargar la responsabilidad del conflicto en el titular de Apta, Ricardo Cirielli, y sostuvo que la "continuidad de su intransigencia" impide llegar a una solución para salvar a Aerolíneas.

Esta mañana, nuevas protestas realizaban los trabajadores de Aerolíneas en Ezeiza, en el marco del grave conflicto que mantiene esa compañía, en tanto un estricto control de cuatro fuerzas de seguridad para evitar que se obstaculice las operaciones producía demoras en los pasajeros para llegar hasta la aeroestación.

El control sobre la autopista Ricchieri para evitar que los manifestantes ingresen al aeropuerto, provocó retrasos de varias horas, con hileras de autos de hasta 15 kilómetros, lo cual arrancó protestas de los usuarios por el dispositivo dispuesto.

Los trabajadores mantuvieron un forcejeo con personal de la Policía Aeronáutica cuando se abrió el primer mostrador de Iberia y los manifestantes intentaban demorar el despacho del equipaje de más de cien viajeros del vuelo previsto para las 14.15.

No obstante, los incidentes estuvieron lejos del nivel de violencia que se vivió anoche en el hall de Ezeiza.

Si bien los manifestantes admitieron que permitirían salir, "aunque con demoras" el primer vuelo de Iberia a Madrid, impedirán el que está previsto que decole a las 21.40.

De esta forma, los dirigentes aeronáuticos alertaban sobre una nueva protesta para esta noche, similar a la de ayer, que convirtió a Ezeiza en un campo de batalla.

El pico de tensión de esta mañana se vivió en el único de los mostradores de la empresa Iberia que se abrió a las 11.15, para que las más de cien personas que aguardaban para despachar sus equipajes para el vuelo 6840 de las 14.14 rumbo a Madrid.

La PAN llegó y forcejeó con el cordón de trabajadores que en su mayoría están afiliados a la Asociación del Personal Aeronáutico (APA), que si bien no impidió el paso de los viajantes exigió que lo haga de a uno y que el siguiente no pase hasta que el anterior haya terminado el trámite, en un claro intento para demorar en definitiva la salida del vuelo.

Muchos de los trabajadores de Aerolíneas no pudieron llegar debido al estricto control en el acceso al aeropuerto, por la autopista Ricchieri, donde intervenían Gendarmería, las policías Federal y bonaerense, a la que se sumaba dentro de la aeroestación la PAN, que tiene absoluta jurisdicción.

La Fuerza Aérea anunciaba a media mañana de un control para que no haya manifestantes y se permita una acción normal para los pasajeros.

Debajo del puente de la avenida Jorge Newbery, cuatro camiones de Gendarmería cortaban el tránsito, en tanto que sobre el pasto había unos treinta efectivos fuertemente pertrechados.

"Si hay represión no sale ningún vuelo y si no dejan pasar a los compañeros, cortaremos la Riccheri", amenazó Edgardo Llanos, secretario adjunto de APA.

La policía bonaerense achicaba de cuatro a tres los carriles de acceso, hasta minimizarlo a uno, en la autopista Riccheri, donde los tripulantes de autos y ómnibus tenían que mostrar sus pasajes para que se les permita el ingreso.

"Seguramente este vuelo de Iberia (por el de las 14.15) va a salir con demoras, pero el de la noche no sale, hasta que Aerolíneas vuelva a viajar a Madrid", afirmó un dirigente de APA.

Desde el gobierno, el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, dijo sentirse "indignado" por los episodios de ayer y llamó a los sindicalistas al dialogo para salvar las fuentes de trabajo.

En tanto, el ministro de Economía, Domingo Cavallo, logró esta mañana partir desde el aeroparque metropolitano rumbo a Brasil en el avión presidencial Tango 03, evitando ser visto por empleados de Aerolíneas que lo esperaban para probablemente hacerle un "escrache", ya que justo en el momento en que llegó, se produjo un incidente que acaparó la atención de la prensa y de la policía aeronáutica.

Fue poco después de las 7 cuando un hombre llegó al hall de Aerolíneas e intentó apresuradamente comprar un pasaje pero sin dinero y con tarjetas de crédito vencidas. El individuo comenzó a protestar y concitó la atención de periodistas y de la policía aeronáutica apostada allí.

Luego se supo que en ese mismo momento llegaba Cavallo y partía en un vuelo a Brasil dos horas antes de lo que había anunciado, ya que era esperado para las 9 en el sector militar de la aeroestación porteña.

En tanto, el ministro de Infraestructura, Carlos Bastos, también partió esta mañana junto a Cavallo rumbo a Brasil, desde donde viajará directamente hacia Madrid, para efectuar las negociaciones con el gobierno español que le encomendó el presidente De la Rúa, en busca de soluciones a la grave crisis de Aerolíneas.

Bastos tuvo que recurrir a ese rodeo para poder viajar a España, evitando las protestas de empleados de Aerolíneas que impedían la salida de los dos vuelos a Madrid programados por la empresa Iberia.

Trabajadores de Aerolíneas Argentinas denunciaron anoche, en una asamblea, agresiones de las fuerzas del orden y convocaron para esta tarde a una nueva protesta en el aeropuerto de Ezeiza, o "a dónde nos dejen llegar".

Tras impedir la salida de los vuelos de Iberia y Spain Air y de resistir a ser desalojados por la Policía Aeronáutica, Ariel Basteiro, titular de la Asociación de Personal Aeronáutico (APA) y quien presidió la asamblea, dijo: "Mañana estaremos de nuevo en este lugar para seguir defendiendo nuestros puestos de trabajo, como es Aerolíneas Argentinas".

Basteiro resaltó la "coherencia" de los aeronáuticos, que "quedó demostrada en los campamentos, más allá de las diferencias" entre las posturas entre los distintos sectores y aseveró que "esa coherencia es la que nos va a sacar" de esta situación.

También denunció "los golpes, el ácido y las picanas" utilizados por los efectivos que acudieron a desalojar a los trabajadores de la terminal aérea, uno de los cuales "está internado, porque recibió ácido en la boca, y eso le produjo parálisis respiratoria", según dijo.

"Fueron claras las imágenes de la televisión: los compañeros que terminaron golpeados eran los que buscaban la calma y que no haya hechos de violencia", remarcó Basteiro.

En duros términos, cuestionó el accionar de una "fuerza de represión corrupta", como la calificó, y la acusó de ser "mercenarios del poder de turno" que perciben "sobresueldos para reprimir a los trabajadores".

La titular del sindicato de Aeronavegantes, Alicia Castro, que nuclea a azafatas y comisarios de a bordo, aseguró que la única alternativa, aunque difícil, para que Aerolíneas Argentinas siga funcionando es que la Sepi absorba el pasivo de la empresa.

Castro también mencionó el nombre de Eduardo Eurnekian como uno de los principales interesados en la empresa y que habría pedido "450 millones de dólares a la Sepi para operar Aerolíneas Argentinas. Y que de esos 450 millones, 300 millones deberían ir a pagar despidos para achicar la empresa".

Para la titular de la AAA, "si Eurnekian consiguiera quedarse con Aerolíneas en esas condiciones, podría desplegar un verdadero oligopolio: explotaría los aeropuertos, los depósitos fiscales, tendría parte en compañías aéreas (en principio Aerolíneas, pero también, tal vez, Lapa y parte de Southern Winds)".

La ex frepasista aseguró no estar de acuerdo con esta alternativa ya que dijo "la experiencia muestra que, una vez que la competencia queda eliminada, las tarifas suben y quedan sin cubrir las rutas aéreas menos rentables".

La diputada nacional por el Frente para el Cambio afirmó que "la única solución" para que Aerolíneas vuelva a funcionar es "que la Sepi absorba la deuda" y que para eso es preciso "el teléfono rojo entre Fernando de la Rúa y José María Aznar".

El jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, aseguró hoy que "no hay ninguna posibilidad" de que el gobierno argentino se haga cargo de Aerolíneas Argentinas, y advirtió que "hay que tener mucho cuidado" para recuperar a la compañía y evitar su cierre.

"No tenemos ninguna posibilidad de reestatizar la empresa ni de hacernos cargo y mantenerla en funcionamiento", remarcó Colombo, quien precisó que "la posibilidad que tiene el gobierno argentino es básicamente regulatoria".

En declaraciones a radio América, el funcionario estimó que "hay que ser muy cuidadosos para poder sacarla a flote" a Aerolíneas, porque advirtió que "no vaya a ser cosa que con la adopción de medidas fundamentalistas se favorezca la imposibilidad de mantener una fuente de trabajo para 7 mil personas".

Ante unas diez mil personas, decenas de artistas manifestaron ayer su apoyo a los trabajadores de Aerolíneas y pidieron al gobierno medidas urgentes para evitar la desaparición de la línea de bandera.

El festival Todos Somos Aerolíneas, organizado por la Asociación de Personal Técnico Aeronáutico (Apta), uno de los siete sindicatos de la empresa aérea, se llevó a cabo en el estadio Luna Park, de Buenos Aires.

Según los organizadores, al menos 10.000 personas asistieron al festival artístico, en el que se entonaron cánticos contra la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi), de España, que controla Aerolíneas.

El acto, con entrada libre, comenzó con la lectura por parte del actor Claudio Gallardou de un escrito en defensa de la compañía aérea, tras lo cual continuaron las presentaciones de los demás artistas invitados.

Entre otros, actuaron los cantantes Mercedes Sosa, Víctor Heredia, León Gieco, Teresa Parodi, Adriana Varela, Jairo, Julia Zenko y Antonio Tarragó Ross, además de los grupos Los Auténticos Decadentes, Kapanga, La Zimbabwe, Sol Argentino y Código Viola, entre otros.

También dijeron presente los actores Enrique Pinti, Antonio Gasalla, Daniel Fanego y Gustavo Garzón, y los presentadores de televisión Carmen Barbieri y Mex Urtizberea.

En el festival habló además el secretario de la Apta, Ricardo Cirielli, quien aseguró que la convocatoria "demuestra que la cultura argentina es solidaria con Aerolíneas".

"Ha quedado claro que no se perdió la solidaridad y que es necesario que no se pierda porque, de lo contrario, se perderán la dignidad y la nación", destacó.

Cirielli señaló que su sindicato se sentará a negociar con la Sepi cuando sus autoridades "presenten un proyecto que garantice la fuente de trabajo".

La Apta se niega a negociar nuevas condiciones laborales, como propone la empresa dentro de un plan general para rescatar financieramente a la compañía. (DyN-Télam-EFE-La Nación-Página/12)