El encuentro estuvo de más. Que no se entienda mal; no fue un trámite para Colón, que aunque lo ganó con lujos y a voluntad en el complemento, tuvo en pasajes del primer tiempo momentos de duda que generaron complicaciones, sobre todo en las pelotas aéreas que supo aprovechar la visita. Pero sobraron los noventa minutos, porque la fiesta ya había empezado a desatarse después de aquel vital triunfo en la fecha pasada ante Guadalupe como visitante, cuando los dos llegaban como punteros y el rojinegro sacó a relucir el brillo de sus garras y, con el buen juego como bandera, logró una diferencia casi indescontable para su rival en el camino al título.

Por eso ayer todos los presentes sólo esperaban el pitazo final del árbitro para desatar el festejo. Y quizás allí estuvo el error principal del local, que cayó en el inteligente desarrollo que planteó Las Flores, con mucha fuerza y roce, y la pelota por el aire y principalmente lejos de ambas áreas. Sólo surgió algún atisbo de creatividad cuando Popelka, en cuentagotas, puso la redonda contra el piso y trató de alimentar a los siempre peligrosos delanteros "sabaleros". La visita complicó con pelotazos y centros en jugadas de pelota parada, adonde se vio una luz de fragilidad en el sólido campeón.

Así cerró la inicial, con una victoria por la mínima diferencia que, teniendo en cuenta lo que regaló el trámite, no aseguraba nada para Colón. Encima, en el arranque de la segunda mitad los "naranjas" salieron con el empate escrito a fuego en sus miradas y pusieron, con mucha voluntad y gran ritmo, al local de lleno en su propio campo. Claro, todo hasta que un pase en profundidad encontró solo a Fabio Mir, que fue derribado adentro del área cuando se disponía a definir. Bessel cambió el fallo por gol y ahí se terminó la historia por completo. Se cayó la insistencia de Las Flores, que no pudo reponerse del golpe, y surgieron como impiadosas aves de rapiña las cualidades técnicas de la mayoría de los jugadores rojinegros, que con sutiles toques, y sin apresurarse, edificaron una goleada minutos antes imprevista.

Se vieron entonces las características principales que hicieron de este Colón de Tobaldo al justo y firme campeón del Apertura de la Liga Santafesina. Atrás, un arquero que mostró una gran seguridad, apuntalado por Diego Rodríguez como primer marcador central, que se encargó de ordenar una línea de fondo que siempre hizo la más simple, consolidándose como la menos vencida del torneo. En el mediocampo, un cinco con personalidad y presencia como Leonardo Bon, que contó con la imprescindible ayuda de un par de volantes siempre prestos a cumplir con la marca y derrochando despliegue físico, que se erigieron así en la incorruptible aduana por la que pocos jugadores contrarios pudieron pasar airosos sin sufrir alguna "baja" (la pérdida de la pelota en la mayoría de los casos). Y en la creación pisó fuerte el dúctil botín de Gastón Popelka, que, acompañado en el otro lateral por el también premiado por la sabiduría técnica, Diego Bruno, sacó del bolsito en los vestuarios la vieja galera de la gambeta y el desborde, que con tanta simpleza y belleza iluminan los ojos de hasta el menos romántico espectador. Pero a la hora del análisis hay que hacer un parate especial en los puestos de ataque, porque los dos "tanques" de arriba, Conrado Bessel y Fabio Mir, aportaron más de 20 goles en esta campaña de Colón, complicando siempre en cada pelotazo, peleando hasta el desmayo cada balón dividido y definiendo con la frialdad y justeza que sólo tienen aquellos que se enamoran del área.

Párrafo aparte para el trabajo de un consagrado en las lides de la Liga Santafesina, como lo es Adalberto Tobaldo. El técnico que batió récords en el fútbol de entrecasa cuando se consagró campeón provincial con Sportivo Guadalupe en el Argentino B estuvo presente en el último título amateur a nivel local de Colón allá por 1995, y volvió en este 2001 para sacudirle la memoria y devolverle la gloria que se merece una de las más prestigiosas instituciones de nuestro medio. Y no mezquinó nada el "Flaco", que no sólo dio la vuelta ayer en primera, sino que también se subió a lo más alto del podio la semana pasada en reserva.

El rojinegro es nuevamente campeón del más viejo y tradicional de nuestros torneos. Desde algún lugar privilegiado aquellos luchadores que en la tercera década del siglo pasado se dieron por entero en pos de un sueño, dejarán escapar una guardada lágrima pintada en sangre y luto. Es que su Colón otra vez, y por decimocuarta en su rica historia, se calzó los laureles de la Liga Santafesina.

Colón...............6

Las Flores........1

Cancha: auxiliar de Colón.

Árbitro: Gustavo Rossi.

Reserva: Colón 5 (Piedrabuena, Yódice, Ortiz y dos de De Filippi)-Las Flores 0.

Colón: Ribas (6); Cardoso (6), Rodríguez (6), Reynoso (6) y Schmidt (6); Bruno (6), Bon (6), Popelka (6) y Pignata (6); Mir (7) y Bessel (7). Director técnico: Adalberto Tobaldo.

Las Flores: Russi (5); Cabrera (5), Cáceres (6), Godoy (5) y Ceconi (5); Costa (5), San Román (5), Nocera (5) y Beltrame (5); Orellano (5) y Tami (5). Director técnico: Héctor Porpatto.

Goles: en el primer tiempo, a los 12 min. Bessel (C), a los 20 min. Orellano (LF) y a los 39 min. Bruno (C); en el segundo tiempo, a los 10 min. Bessel (C) de penal, a los 25 min. Popelka (C), a los 43 min. Bessel (C) y a los 45 min. Duarte (C).

Cambios: Ebenegger por Popelka, Duarte por Bruno y Suárez por Mir (C); Vera (5) por Tami, Mendoza (5) por Costa y Quirelli (5) por Cabrera (LF).

Ayer, en todas las canchas de la Liga Santafesina de Fútbol, se realizó un minuto de silencio por el fallecimiento del árbitro Juan José Trevisán.