Sucesos: SUCE-01

Pesadilla en un banco de Flores

Télam. DETENIDO. Uno de los asaltantes simuló ser hijo de una rehén para abandonar el edificio, pero la Policía se percató de la maniobra y lo arrestó.

Delincuentes tomaron más de 50 rehenes en un banco y balearon a una mujer embarazada. El asalto "relámpago" terminó transformándose en una odisea de cinco horas y media. Tres ladrones fueron arrestados. Un cuarto cómplice logró escapar.


Buenos Aires.- Tres delincuentes mantuvieron en vilo a la sociedad durante cinco horas y media, cuando entraron a robar en un banco del barrio porteño de Flores, balearon a una mujer embarazada y se atrincheraron dentro de la sucursal con más de sesenta rehenes, hasta que finalmente fueron detenidos por la Policía.

El hecho ocurrido ayer tuvo también otras particularidades: al menos uno de los ladrones es un ex convicto, otro intentó escapar haciéndose pasar como rehén e hijo de unas de las mujeres que salía con él, y no se descarta que un cuarto malhechor haya logrado huir en una moto apenas el robo fue descubierto.

Si bien el atraco logró evitarse y los tres delincuentes que entraron a la entidad pudieron ser arrestados, Yolanda Guirland, una joven de 23 años embarazada de ocho semanas que estaba con su marido y un pequeño hijo de tres años en brazos cuando los ladrones ingresaron al banco, recibió un balazo que la dejó gravemente herida.

Golpe "express"


Todo comenzó minutos después de las 11.30, cuando los delincuentes llegaron a la sede del Banco Itaú-Buen Ayre en la esquina de Pedernera y Ramón L. Falcón, en el centro neurálgico del populoso barrio de Flores, a dos cuadras de la estación de trenes homónima y a una de la concurridísima plaza Martín de Pueyrredón, popularmente conocida como Plaza Flores.

Según los testigos, uno de los sospechosos, a bordo de una moto, quedó en la puerta de la sede como campana.

Mientras tanto, tres delincuentes entraron a la sucursal y se dispusieron a robar las cajas, aclarándole a los clientes que no les interesaba llevarse el dinero que éstos tenían en su poder.

Según fuentes policiales, los sospechosos fueron identificados como Ricardo Romero, de 25 años; Daniel Botte, de 29, y Luciano Javier Campo, de 23.

Cuando los delincuentes se estaban retirando con el botín, unos 30 mil pesos en efectivo y 600 dólares, el primer ladrón que salió a la calle fue advertido por personal de la comisaría 38.

En problemas


El sospechoso, que llevaba en su poder una pistola calibre 45 y una granada, fue rodeado por los policías.

Entonces, sus cómplices volvieron a entrar al banco y dispararon contra los efectivos, explicó el director de General de Comisarías Zona Sur, Alberto Carlos Capuchetti, quien ofició de vocero de la Policía Federal.

Fue en ese momento cuando la joven recibió el disparo y cayó al piso. De inmediato, la mujer y su pequeño hijo pudieron ser rescatados y llevados al Hospital Alvarez, mientras su marido quedaba cautivo dentro de la entidad bancaria.

De inmediato, personal del Grupo Especial de Operaciones Federales (GEOF) rodeó la zona, se instaló en un locutorio frente al banco y evacuó el resto de los negocios de la cuadra.

Mientras, francotiradores se colocaban en los techos de los edificios. Además, la Policía cortó la televisión por cable de la zona -para que los ladrones eventualmente no pudieran ver lo que ocurría afuera-, y estableció un doble vallado para alejar a los curiosos y periodistas y evitar la posible fuga de los delincuentes.

Tires y aflojes


Entonces, un negociador, Pablo Pereyra, comenzó el diálogo con los delincuentes que quedaban en el interior para intentar convencerlos, pero los ladrones pedían insistentemente que los dejaran irse con el botín.

Según explicaron voceros, los jóvenes se dieron cuenta rápidamente de que, si bien los rehenes podían garantizarles la vida, la gran cantidad de personas que estaba cautiva se volvía inmanejable, porque no había posibilidad de controlarlos a todos.

Por eso, como un gesto de buena voluntad, comenzaron a liberar en grupos a varios de los más de sesenta cautivos: primero a las personas mayores, después a las mujeres y más tarde a algunos de los empleados y hombres que estaban más nerviosos.

A las 13.40, cuando una de las mujeres mayores estaba retirándose del banco, un joven salió detrás de ella haciéndose pasar por su hijo, quien también habría sido tomado como rehén. Pero la Policía rápidamente se dio cuenta de la maniobra y lo arrestó.

Terco


Entonces, sólo uno quedaba adentro del banco, con una veintena de rehenes a su merced. Con dos armas, el tercer delincuente se negaba a entregarse y aseguraba que tenía otro cómplice adentro del local.

Fue por eso que los investigadores se confundieron. Hasta el propio jefe de la Policía Federal, comisario general Rubén Santos, que se acercó hasta el lugar para interiorizarse de la situación, aseguró en ese momento que había dos delincuentes todavía dominando la situación.

"Tenemos que tener paciencia. Sería mucho más grave entrar que esperar", dijo Santos. Es que, según ratificaron a DyN fuentes policiales, se había decidido "esperar" antes que irrumpir por la fuerza y provocar una masacre, sobre todo teniendo en cuenta que no estaba en claro cuántos rehenes quedaban.

Mientras el negociador intentaba convencerlo de deponer su actitud, el ladrón que quedaba en el interior del banco dijo que tenía hambre y pidió que le llevaran comida.

El final


La Policía envió entonces nueve pizzas, acompañadas por gaseosas, hasta la sede del banco. Pero el ladrón insistía: "No voy a salir, no quiero volver a la cárcel".

Así, un robo que debía ser express -o sea, no durar más de dos minutos- se convirtió en una pesadilla para muchas de las personas que habían ido a pagar sus impuestos o a retirar sus ahorros. Recién a las 17, casi cinco horas y media después de que los ladrones hubieran entrado en la entidad, el último de los malhechores fue dominado y detenido. (DyN/Télam).

Estable


La mujer herida ayer se halla estable y el embarazo de ocho semanas está controlado, aunque se teme su desarrollo a futuro, informó hoy el jefe de guardia del Hospital Teodoro Alvarez.

El doctor Francisco Arjón dijo en conferencia de prensa que la paciente, de 22 años, se halla "estable" y que sus "parámetros vitales siguen estabilizados, aunque tiene apoyo respiratorio mecánico preventivo". En cuanto al embarazo, su pronóstico es "reservado en cuanto a futuro", dijo Arjón.

Agregó que la paciente se encuentra sedada y explicó que en las próximas 24 horas podrá haber alguna novedad, que espera "sea favorable".

En cuanto al esposo, que también estuvo como rehén, Arjón dijo que "la visitó y permaneció en el hospital todo el tiempo", que se le prestó asistencia psicológica y que se trató de mantener su privacidad.

Antecedentes


La toma de rehenes de casi seis horas registrada en un banco del barrio porteño de Flores hizo recordar episodios, aunque con desenlace diverso, ocurridos en los últimos años en la provincia de Buenos Aires y en la Capital Federal.

  • Por su cruenta finalización, la toma de rehenes ocurrida el 17 de septiembre de 1999 en Villa Ramallo se convirtió en el caso más demostrativo de la impericia policial en lo que respecta a resolución de crisis de este tipo. Allí, dos rehenes murieron acribillados.
  • Meses después, en marzo de 2000, en el barrio porteño de La Paternal, dos jóvenes resultaron heridos cuando la policía disparó contra dos delincuentes que los llevaban de rehenes y que fueron muertos por francotiradores del Grupo Especial de Operaciones Federales.
  • Ese mismo año, en la localidad bonaerense de General Rodríguez, dos delincuentes mantuvieron cautivas durante tres horas a tres personas, entre ellas a un reportero gráfico de Luján, al ser rodeados por la policía tras un asalto. La irrupción de policías del grupo Halcón, uno de ellos disfrazado de periodista, puso fin al incidente.