Miguel Ángel Estrella,
Chopin y los niños gitanos
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El pianista argentino ofreció lecciones en un campamento gitano. Embajador de buena voluntad de la Unesco, Miguel Angel Estrella fue invitado por ATD Cuarto Mundo.
"Chopin, ya escuché ese nombre. íQué lindo, pero qué lindo...!". Timoteo, once años, el menor de cinco hijos de una familia de gitanos, consigue tocar sin equivocarse una escala en el piano que instaló Miguel Angel Estrella en medio de un campamento de gente nómada en Montmagny, al norte de París.
El profesor de un día del muchachito es nada menos que el célebre pianista argentino que aceptó la invitación de ATD Cuarto Mundo, movimiento internacional de lucha contra la miseria y la exclusión, fundado por el padre Joseph Wresinski en 1957.
"La música es el núcleo de todos los desarrollos culturales en el mundo. Los desfavorecidos tienen necesidad de que nos ocupemos de ellos. Si los olvidamos, el mundo no podrá lograr la paz", dijo Estrella en la Butte Pinson de Montmagny, un baldío, cercano, sin embargo, a mansiones lujosas con nombres patricios como Enghien o Montmorency.
El piano de Miguel Angel Estrella estuvo ubicado en el medio de restos de automóviles y también de 30 caravanas de familias. Alrededor del embajador de buena voluntad de la Unesco, que recientemente fue premiado por el Alto Comisariado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), se han reunido unos treinta niños sumamente asombrados. Unos pasos atrás, sus madres también escuchan. Llueve.
Los hombres del campamento ignoraron la reunión. Los niños empiezan a comentar, Estrella los amonesta: "íSin silencio, no hay música!".
"La gente de ATD nos dijo que era un gran pianista. En todo caso, es muy gentil y se ve que tiene mucho sentimiento", dijo a la AFP Perla, de 32 años, mamá de cinco chicos. "íPese a que soy gorda, su música me transporta!", dijo riendo con ganas.
A su lado, Catalina y María, madres de seis cada una, aplauden la "Fantasía impromptu" de Chopin. Perla pide a Estrella que toque "algo de Pavarotti", pero lo que sigue son "Las hojas muertas" y la "Marsellesa" que los reunidos cantarán a coro. "Llueve pero nos puso sol en la cabeza y el corazón. Hoy todos estamos contentos", resumió María. "Los gitanos siempre estamos listos para ir detrás de la música", intervino Perla.
Los voluntarios de ATD Cuarto Mundo, que continúan todo el año trabajando cerca de los niños de la Butte Pinson, tienen como proyecto a mediano plazo la creación de una comedia musical. "Como la gente de los barrios adinerados, los gitanos también esperan lo mejor para sus hijos", explicó Eugene Brand, delegado internacional de ATD Cuarto Mundo.
El singular concierto de Miguel Ángel Estrella termina con otras composiciones de Chopin. Continúa lloviendo y Perla, Catalina y María invitan al profesor de piano de un día a una de las caravanas para ofrecerle un merecido café. De lejos, un coche de policía da media vuelta. "NAS", indica por radio el uniformado, "Nada a señalar" en la Butte-Pinson.
Jean-Francois Guyot (AFP)